Capítulo catorce ꗃ 11 de Enero del 2024 ꗃ San Juan, Puerto Rico
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-Apúrate, Ángel-. Íbamos siete minutos tarde a la cita y era algo que me desesperaba; odiaba ser impuntual con mis citas.
-Mera, tranquilízate- dijo, bajando del carro.
-No me pidas que me tranquilice, estamos demorados por tu culpa, Ángel- dije, tomando su mano.
Sí, al don Ángel se le había dado por quedarse despierto jugando baloncesto con los chicos hasta las dos de la mañana.
Entramos al consultorio y, gracias a Dios, no había nadie. Fui donde la secretaria, la cual al parecer ya me estaba esperando.
-Lorena los está esperando, con gusto pueden pasar- dijo, dándome una sonrisa. Le agradecí y le hice un ademán a Ángel con la mano para que viniera. Ángel me tomó de la mano, empujándome hacia el consultorio.
-Hola, Lore- dije, entrando poco a poco.
-Paula, te estaba esperando- dijo, parándose de su silla y viniendo hacia mí-. ¿Cómo vas?
-Bien, pero siento más náuseas ahora que antes.
-Eso es normal. Pasen y siéntense- dijo, dándonos el paso.
Me senté en la silla junto a él, entregándole la carpeta a Lorena que me había dado la primera vez que vine, según lo que entendía, era para darle un seguimiento a mi embarazo.
Lorena se sentó en su silla, abrió la carpeta y comenzó a revisar mis registros. -Sí, háblame de tus náuseas. ¿Son constantes o solo en ciertos momentos del día?-.
-Son constantes, pero empeoran por la mañana y por la noche -le respondí.
-¿Y has notado algún otro síntoma? ¿Dolores de cabeza, fatiga, sensibilidad en los senos?-.
-Sí, he notado que estoy más cansada de lo normal y que mis senos están más sensibles -le dije.
Lorena asintió con la cabeza y anotó algo en mi expediente. -Todo parece estar dentro de lo normal para un embarazo de este trimestre. Sin embargo, voy a hacer una ecografía para asegurarnos de que todo esté bien con el bebé
Me sentí aliviada al escuchar que todo parecía estar bien, pero también un poco nerviosa ante la posibilidad de que hubiera algún problema con el bebé. Ángel me tomó la mano y me dio un apoyo tranquilizador.
-¿Es normal que sienta un gusto por lo ácido y salado?- pregunté, porque últimamente había sentido un antojo terrible de comer mango con sal, algo impresionante.
-Lamentablemente, no. Es un síntoma de pica, y es algo que puede ser malo para el embarazo, pero se puede controlar- dijo, a lo que asentí.
-Bien, como sólo tienes eso, vayamos a la camilla para darle un chequeo al bebé-.Dijo, parándose de su silla yendo hacia el ecografo.
