Capítulo cinco ꗃ San Juan, Puerto Rico ꗃ23 de Julio del 2021 - pasado
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hacía un mes que había despegado rumbo a Puerto Rico en busca de nuevos conocimientos e inspiración para mi marca de moda tropical. Buscaba ayudar a otras creadoras y había conseguido mucho para mi marca. Hoy era uno de esos días en que me sentía realmente feliz al ver tanta gente entrando al local de Verónica y comprando cada prenda diseñada y hecha por mí.
Me hacía sentir orgullosa por todo el esfuerzo que había puesto en ella. Y así pasó el día, entre ventas y más ventas, haciendo que Puerto Rico se cubriera con la capa nocturna y se convirtiera en esa isla tan carismática y embriagadora.
- Un día muy duro-, suspiró Verónica, dando por cerrado el almacén.- Salgamos a janguear, nos lo merecemos.
La bulla de las chicas al escuchar las palabras de Verónica resonó en todo el local
- Es más, yo invito y tú no te quedas atrás, vienes con nosotras- dijo Verónica, señalándome con la mano.
Sonreí y negué con la cabeza. El día había estado realmente pesado, pero me daba emoción al saber por qué había sido tan agotador.
- Ay, nenas, yo quisiera ir, pero en verdad que estoy cansadita- dije, recogiendo mis pertenencias.
- Hay un jangueo bien grande en Llorens, yo voy pa' ese, ¿se animan?- dijo Sabrina, entusiasta, haciendo que las chicas pegaran un grito.
Por lo que tenía entendido, Llorens era un caserío reconocido por sus fiestas escandalosas y claramente por los cantantes que surgían de ahí.
- No se diga más, vas con nosotras y no quiero un "no" como respuesta- terminó de decir Verónica, señalándome.
Asentí, rendida. Verónica era de esas personas que se hacían las cosas como ella dijera, y esas decisiones eran irreversibles. Además, desde que llegué a Puerto Rico, no me había dado el lujo de conocer algunos lugares, y sabía dónde quedaba el almacén en el que estaba laborando junto a Verónica.
Mi objetivo principal era mostrar ante un público mis diseños de moda tropical. Tenía dos locales en Colombia que le estaban yendo muy bien, y al quererme expandir, terminé aquí en Puerto Rico. Y fue una de las mejores decisiones, porque en verdad que tanto esfuerzo se estaba haciendo posible.
- Nos vemos allá- grito Verónica indicándole a Helen y a Sabrina que nos veíamos en aquel caserío
Al pasar un rato, ya habíamos llegado a la casa. Verónica se había metido a bañar primero, y yo solo pude recostarme en mi cama y ponerme a ver mi teléfono mientras esperaba a que ella desocupara el baño. Realmente estaba cansada, pero tal vez valía la pena una desvelada, y tal vez solo tal vez un perreito seguro.
Empecé a ver Instagram, viendo storys de algunos de mis amigos de Colombia, los cuales ya estaban montando algunas fotos en el mirador de Medellín. Realmente extrañaba ir de viajes con ellos, pero bueno, estas oportunidades no se presentaban todos los días, y tenía que aprovecharla si quería que mi marca fuera reconocida.