Capitulo treinta y ocho ꗃ 20 de Diciembre del 2024 ꗃMEDELLÍN, Colombia.
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Hace una semana que había llegado a Colombia. El ambiente se sentía un poco más liviano, aunque no del todo. Medellín me abrazaba con su cielo nublado, el olor a tierra mojada y ese frío tibio que se cuela por las rendijas, como si el clima supiera que yo también necesitaba bajarle un poco al fuego de todo lo que venía arrastrando.
Bernardo dormía en el cuarto. Llevaba dos días con gripa. De esas que solo le daban cuando nos tocaba cambiar de ambiente. Pobrecito, mi niño. De pasar del calor sofocante de California a este clima tan cambiante, con neblina en las mañanas y lluvia por las tardes... su cuerpecito lo sintió. A veces se agitaba entre sueños y me tocaba cantarle bajito, solo con el pecho, como si me reconociera más por el ritmo de mi respiración que por la voz.
Estaba en la cocina, preparando una crema de calabaza y arroz para mí. Tenía tiempo sin cocinar. Y aunque parecía poca cosa, eso de cortar verduras y sazonar me devolvía un poco de control. Era sanador.
Puse el teléfono en altavoz y lo dejé sobre el mesón, justo cuando Kelly respondió. Su voz carraspeó del otro lado.
-¿Alo? ¿Qué hay, chica?
-Necesitaría los papeles para enero -le dije, removiendo la olla-. La solicitud de divorcio.
Se hizo un pequeño silencio al otro lado de la línea. Luego escuché su suspiro.
-¿Estás segura que pa' enero? ¿No los quieres radicar ya mismito?
-No quisiera arruinarle las fiestas, ni a él ni a su familia -respondí bajito-. Ya bastante tienen. Prefiero esperar a que pasen estas fechas. Enero está bien.
Kelly tardó unos segundos en responder, como si sopesara mis palabras.
-Está bien, nena... como tú digas. Eres tú la que lleva eso por dentro. Supongo que se lo entregarás tú misma, ¿o quieres que yo me encargue?
-No, es necesario que lo haga yo -dije, más para mí que para ella-. Me gustaría despedirme de su mamá, de su familia... al final de cuentas ellos no tienen la culpa de que Ángel sea así.
-Tú sí que tienes un corazón noble -respondió-. No sé cómo haces pa' ser tan justa, aún después de todo.
-Me cansé, Kelly. Me cansé de estar al borde todo el tiempo. De aguantar por amor. Ahora estoy pensando más por mí, y por mi hijo.
-Pues okey, escúchame bien. A Ángel se le va a enviar una citación oficial del tribunal entre el veinte y el veintidós de enero. Va a ser allá mismo, en Puerto Rico. Ahí se van a leer los acuerdos frente a un juez. Tú no tienes que estar, pero si quieres, puedes asistir. Depende de cómo lo quieras manejar.
-Entiendo...
-Y es tu deber, Paula, hacérselo saber. Que se vaya mentalizando. Que si va a tener algo de dignidá, al menos enfrente eso como un hombre.