Capítulo veintiuno ꗃ 27 Marzo del 2024 ꗃ Guaynabo - Morovis, Puerto Rico
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Después de una semana tormentosa, estaba aquí, organizando los últimos detalles para la revelación de sexo del bebé. A pesar de las dificultades, había estado cumpliendo con mi parte en estar pendiente a todo, y cuando digo todo, es todo.
La vestimenta ya estaba lista, las invitaciones también, y junto a eso, los centros de mesa, juegos, globos, comida, lugar de reunión, etcétera, etcétera. Estaba feliz, pero también estresada. No es que me hubiera tocado todo a mí, tenía la ayuda de mis amigas, pero como suelo ser perfeccionista en algunos aspectos, había puesto toda mi energía en lo que estaba en mis manos.
- Nos quedaría perfecta para el seis de abril, dándonos tiempo así para terminar de organizar los últimos detalles de la revelación - habló Diana, recibiendo el papel con el género del bebé.
- Muchas gracias por tu ayuda. Unos dias antes del evento y me tienes aquí - respondí, despidiéndome de la gerente con un beso en la mejilla, saliendo del almacén directo hacia la camioneta que me estaba esperando.
- ¿Y? - preguntó Soley, guardando su gloss en la gaveta del carro.
- Me mostró unas imágenes de cómo se vería más o menos la decoración junto al lugar, y déjame decirte que me encanta - puse mi cinturón de seguridad, acomodándome en el asiento.
- Pasa por la casa de Angel, necesito buscar algunas cosas que dejé - continué.
Hacía casi tres semanas que había decidido mudarme de casa, y para ser sincera, siento que fue la mejor decisión. Todo tiene una explicación, y esa es el simple hecho de que Hades nunca cambiará, y si no lo hace por él mismo, mucho menos por mí. Estas semanas han sido muy reflexivas para mí, he decidido ir a una terapia de yoga para mujeres embarazadas, e incluso me siento diferente al ambiente que cargaba con Ángel en casa.
Me sentía más libre, más ligera, y más enfocada en mí misma y en mi bebé. La terapia de yoga me había ayudado a conectar con mi cuerpo y con mis emociones de una manera que nunca había experimentado antes. Me sentía más fuerte, más segura de mí misma, y más lista para enfrentar los desafíos que se avecinaban.
- ¿Quieres que te ayude a buscar algo en la casa? - preguntó Soley, interrumpiendo mis pensamientos.
- No, no, estoy bien. Solo necesito buscar algunas cosas que dejé en el armario - respondí, sonriendo.
Soley asintió con la cabeza y se quedó en el carro, mientras yo salía a buscar lo que necesitaba. Me sentía agradecida por tener amigas como Soley, que siempre estaban allí para apoyarme y ayudarme en lo que necesitara.
Encajé las llaves en el manubrio de la puerta, entrando a la casa que había compartido con Ángel durante tanto tiempo. Un olor fuerte a marihuana invadió mi nariz, haciendo que me diera una arcada. El olor me desagradaba más de lo normal, y me sentí incómoda al saber que Ángel había estado fumando en la casa.
Caminé por el pasillo hasta llegar a la supuesta sala, que más que sala parecía un basurero. Al parecer, Ángel había utilizado la sala de estar como un mini estudio, y se suponía que lo tenía en una habitación especial para llevar a cabo sus proyectos. Me sentí frustrada al ver el desorden y la falta de respeto que Ángel había demostrado hacia nuestra casa.
- Na' bajen pa' mi casa - la voz de Hades que venía desde la cocina hizo que me asomara y lo viera haciendo un intento de cocinar mientras tenía un philie entre sus labios y expulsaba el humo con el teléfono en alta voz.
Suspiré y me devolví por donde había venido, subí las escaleras paseándome por los pasillos hasta encontrar la habitación que solía compartir con Ángel. Fui directamente hacia la peinadora.
Pasé mi vista por la habitación, y vi que aún faltaban muchas cosas por las cuales tendría que guardar y llevármelas. Pero eso sería ya después, cuando estuviera organizada en mi nueva casa. Volví mi vista a la peinadora, sentándome en la mini silla de esta, revisando los cajones. Juraba que había dejado las llaves en uno de los cajones.
- Yo pensaba que no ibas a volver ma' nunca - la voz de Ángel me hizo rodear mis ojos, llevándolos a la dirección hacia la puerta.
- Solo vine a buscar unas llaves, no te preocupes - me limité a decir, volviendo a lo que estaba haciendo.
Gracias a Dios que vi esas benditas llaves, porque estaba hasta el colmo y más cuando sentía su mirada pesada en mí.
- Tú sabe' que no es necesario que te vayas, está es tu casa, mami. Tú lo sabe' - dijo Ángel, sintiendo como se acercaba a mí, su respiración en mi cuello hacía que me pasara una corriente y me pusiera nerviosa.
Me sentí incómoda con la proximidad de Ángel, y decidí mantener la distancia. No quería que él pensara que estaba dispuesta a reconciliarme con él, porque eso no era lo que yo quería. Quería seguir adelante con mi vida, sin él.
-Ay Ángel no empieces-dije mientras volteaba a verlo con la llave en mis manos.
Me puse de pie caminando hacia la puerta, Hades se interpuso en mi camino-Ángel... déjame irme, no tenemos nada de que hablar.
-Paula mami, acho' escúchame- pidió bajando la mirada para poder verme.
-¿Qué te voy a escuchar? ¿La misma labia de siempre? No Ángel-conteste.
-Mami... diache', yo quiero estar bien contigo, mi amor tu más que nadie sabe que yo daría to' por ti.
Le di un leve empujón apartandolo-Te dije que no comiences- dije para después salir de la habitación dejándolo solo.
- Deja de hacerte la roga, Paula. Tú sabes que tienes que volver a tu casa. Mami, tenemos que criar al chamaquito juntos -habló a mis espaldas. Ahora sí se acuerda del bebé.
- Esta no es mi casa, Ángel... Esta no es casa para criar a mi bebé, y menos si sigues trayendo a tus groupies aquí -hablé, girándome en mi propio eje-. Ángel, sabes perfectamente lo que hiciste. ¿O te lo recuerdo?
- Tú sabes que eso es un embuste para dañar nuestro matrimonio -habló.
- Esto ni siquiera es un matrimonio, Ángel. Desde cuándo un matrimonio se basa en mentiras e infidelidades -dije, dando un suspiro corto-. El Gender Reveal del baby será la próxima semana. Está pendiente en el celular.
Volvi mi camino hacia la puerta, sintiendo los pasos apresurados de Ángel bajando las escaleras. Sintiendo el portazo en una de las habitaciones, cerré mis ojos, respiré y salí de la casa con todo en mis manos, yendo directamente hacia el carro que me estaba esperando.
- ¿Que fue?- dijo Soley al verme subiendo al auto- ¿Y esa cara mami?
- Arranca, más tarde te cuento- Dije a lo que sol asintió y emprendió camino.
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