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T2 Aftermath | 04

Capitulo T2 04: Gafas

Habían pasado ya varias semanas desde que Spreen encontró la casa abandonada detrás de la cascada, pero el recuerdo no lo abandonó. 

Estaba la idea más presente de lo que llego a imaginar, por más absurdo que suene, cuando estas cansado de ver lo mismo por 16-17 años es normal.

Lo asaltaba en sus sueños, en sus pensamientos, y cada vez que cerraba los ojos, podía ver la puerta colgante balanceándose lentamente al compás del viento. Nunca había sentido algo así. 

La emoción de haber descubierto un lugar tan misterioso le generaba un torrente de adrenalina, pero también de inquietud. Algo en su interior le decía que no debía contarlo a nadie.

Era un riesgo.

Si le contaba a sus primos, lo más probable es que quisieran volver con él, y la sola idea de que alguien más descubriera ese lugar lo hacía sentirse egoísta. 

Además, estaba el miedo. ¿Qué dirían sus padres si supieran que había explorado más allá del río, solo, sin permiso? Sabía que no se lo perdonarían tan fácilmente. Aquella casa parecía oculta a propósito, y Spreen tenia una espina muy enterrada de solo pensarlo.

Sacando tantas teorías al respecto.

Descarto que sus padres o sus tios supieran de la existencia de este lugar, porque de lo contrario lo hubieran prohibido.

Tantas preguntas, pocas respuestas, estaba decidido a regresar.

Había intentado seguir con su vida normal: la educación, los deberes, los paseos con los gemelos y Axoxer, pero siempre había algo que lo hacía volver mentalmente a esa montaña oculta. 

Cada vez que pasaban cerca del río, se preguntaba si esa casa seguiría ahí, intacta, esperando. Sabía que tenía que regresar. Necesitaba saber más. Sin embargo, había un problema: sus padres.

Spreen no era del tipo de chico que se escapaba o desobedecía sin pensarlo dos veces. Siempre había sido responsable, alguien en quien sus padres confiaban plenamente. Pero ahora, por primera vez en su vida, estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para regresar a la casa abandonada. No podía seguir soportando el peso de ese secreto sin actuar, y la única forma de hacerlo sin levantar sospechas era idear una mentira perfecta, algo que cubriera sus salidas sin que su familia sospechara ni por un segundo.

Una noche, mientras cenaba con sus padres, su mente trabajaba en un plan. Sabía que no podía ser nada demasiado elaborado ni fuera de lo común, porque eso levantaría sospechas. Tenía que ser algo que sus padres aceptaran sin hacer preguntas. Al final

Fue que en una noche, de tanto elaborarlo en su mente, mientras cenaba solo con sus padres, entre más privacidad menos nervios, lo haría.

Nada complejo solo debía sonar lo más común posible. Tenía que ser algo dentro de los limites de sus padres eso si.

__ Eh, quería pedirles una cosa __dijo, blando un poco la voz, como si lo que fuera a decir no tuviera demasiada importancia__ estuve pensando en comenzar a fortalecer un poco más mi físico y mi condición, considero que estoy en una etapa donde la necesito y me surge mucho esa necesidad... quería comenzar mis rutinas ahora desde temprano hasta el medio día. 

El pelinegro levanto la vista del plato, con una sonrisa de tranquilidad. Le recordó mucho su etapa de adolescente cuando el comenzó hacer esas rutinas.

__ La verdad es que estoy encantado con la idea__ dijo Vegetta.

__ ¿Que clase de rutina tienes en mente? __cuestiono Rubius.