Capítulo 18 Los Roques

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El ruido del avión me resultaba lejano , casi como si fuera parte de otro mundo. Desde que subí , no había dejado de darle vueltas a lo mismo : la amenaza de esos tipos en el estacionamiento, las mentiras, las dudas . El aire parecía pesado y a pesar de estar rodeada de amigos , no podía evitar sentirme inquieta .

Sentí un ligero apretón en mi mano, y al girar la cabeza, ahí estaba Alec. Su mirada me atrapó como siempre , llena de esa mezcla de preocupación y calma que hacía que, por un segundo ,todo se sintiera menos confuso .

— Se lo que estás pensando — susurró, inclinándose hacia a mí —. Pero pronto voy averiguar que está pasando con mi papá . Te lo prometo Adhara . Todo va a estar bien .

Su voz era baja , casi íntima . No puse evitar mirarlo, queriendo creerle, pero mi mente no dejaba de imaginar los peores escenarios.

— Alec, no es tan fácil . Hay tantas cosas que no sabemos ... Y eso es lo que me da miedo .

El me sonrío , esa sonrisa suya que siempre lograba calmarme un poco , incluso cuando las cosas estaban mal .

— Lo sé . Pero tienes que confiar en mí . Vamos a resolverlo cuando regresemos, pero por ahora ... quiero que disfrutes de este viaje . Dejemos eso atrás , aunque sea por unos días .

Asentí , aunque el nudo en mi estómago no desapareció del todo. Le devolví una pequeña sonrisa, intentando no preocuparme tanto, aunque era difícil.

— Lo intentaré—  murmuré.

Cuando llegamos a Los Roques , la vista era impresionante . El agua cristalina brillaba bajo el sol y las arenas blancas parecían sacadas de una postal . Intenté disfrutarlo , dejar que la belleza del lugar me distrajera de mis pensamientos , al menos por un rato.

Cuando llegamos al hospedaje , no podía dejar de maravillarme con lo perfecto que era todo . La habitación que compartía con Elaia era espaciosa y luminosa. Había una cama grande en el centro, cubierta con sábanas blancas impecables que se veían suaves y cómodas. Justo enfrente de la cama , un televisor de pantalla plana colgaba de la pared , pero la que más me llamaba la atención era la enorme ventana que ocupaba casi toda una pared .

A través de esa ventana, la vista era increíble . Podíamos ver toda la isla , el sol se infiltraba por la ventana , iluminando la habitación con una luz cálida y suave .

A un lado , había una puerta  que daba a un pequeño balcón privado. Imaginé lo hermoso que sería sentarse allí por la noche , mirando las estrellas y escuchando el suave murmullo del mar .

El baño también era lujoso . Tenía una bañera amplia , perfecta para sumergirse y relajarse después de un día de playa . Sobre una  pequeña mesa junto a la bañera , había botellitas de esencias románticas y jabones artesanales , todos perfectamente dispuestos , como si el lugar estuviera diseñado para que te sintieras en un Spa privado .

El yate ya hacía en la playa fue la distracción que necesitaba. La brisa salada del mar y el sol calentando mi piel ayudaron a soltar un poco la tensión acumulada. Estábamos todos en nuestros trajes de baño , riendo y disfrutando de la compañía . Gabriel y Elaia se burlaban el uno al otro , como siempre , y Alec... Alec no dejaba de mirarme con esa sonrisa tranquila que tanto me gustaba.

— ¿ Lista para montar en moto de agua ? — Me preguntó Alec con una sonrisa cómplice.

Nos subimos a la moto , y pronto estábamos deslizándonos sobre el agua , dejando la orilla atrás . Sentía el viento en mi rostro y el sonido del mar rodeándonos . Con Alec manejando , me sentía segura , como si nada pudiera alcanzarnos en este momento .

Nos alejamos lo suficiente como para encontrar un lugar más tranquilo, donde el agua era tan clara que podíamos ver el fondo. Me incliné hacia el agua , y emocionada , vi una estrella de mar reposando en las profundidades.

—¡ Mira, Alec ! — dije , inclinándome para tomarla con cuidado entre mis manos —. Es preciosa ¿ Verdad ?

Le mostré la estrella de mar, pero cuando lo miré , me di cuenta de que no estaba viendo la estrella . Estaba viéndome a mí .

— No tan preciosa como tú — murmuró , con esa mirada que hacía que mi corazón latiera más rápido .

Sentí como mis mejillas se calentaban al instante, y antes de poder decir nada, Alec me rodeó la cintura con sus brazos , atrayéndome hacia el . Estábamos tan cerca que podía sentir el latido de su corazón, y entonces, sin pensarlo mucho , nuestros labios se encontraron .

El beso fue suave , pero estaba cargado de todo lo que habíamos estado guardando. El mundo a nuestro alrededor desapareció, solo éramos él y yo , flotando en medio del mar , rodeados por la belleza de aquel lugar . En ese instante , todo lo demás dejó de importar . Solo Alec y yo, en un momento que no quería que terminara .

De regreso a los hospedaje, el día estaba terminando . Estábamos agotados por todo lo que habíamos hecho , pero también felices . Alec me acompañó hasta la puerta de mi habitación, y antes de despedirse, me dio un último beso, uno mas suave , pero lleno de sorpresas .

— Buenas noches , Adhara — dijo , mirándome con esa expresión que siempre lograba desarmarme .

— Buenas noches , Alec — Respondí , sonriendo .

Lo vi alejarse hacia su habitación, y cuando cerré la puerta detrás de mi , me apoyé en contra ella , con una sonrisa que no podía contener . Por primera vez en mucho tiempo , me sentía ... en paz. Al menos por ahora .

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