Capítulo 35 Sin lazos que nos una

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El hospital estaba en silencio, excepto por el sonido lejanos de los pasos en el pasillo. La tensión en la habitación era casi palpable. Tenía la mano de Adhara entre las mías, tratando de ofrecerle alguna especie de consuelo, aunque sabía que cualquier palabra sonaría vacía.

—Adhara...— murmure en voz baja.

Ella apartó su mano de la mía con brusquedad, mirándome con una mezcla de dolor y rabia.

— No me digas nada Alec— respondió molesta, desviando la mirada.

La puerta se abrió y el doctor entró con una expresión seria en el rostro. Nos saludo brevemente antes de acercarse.

— Adhara ¿recibiste algún golpe hoy? ¿O hiciste algún movimiento brusco ?— preguntó el doctor.
Adhara dudó un momento, tragando saliva como si las palabras fueran difíciles de pronunciar.

— Sí... recibí un golpe en el abdomen— respondió finalmente, su voz apenas un susurro.

El doctor asintió con pesar y continuó.

— Mientras  estuviste desmayada, te hicimos una ecografía para saber si el bebé estaba en buen estado... y no había latido del bebé— dijo en voz baja —. Haz tenido un aborto.

Sentí que el mundo se me caía encima. La incredulidad me dejó paralizado; no podía creer lo que estaba escuchando. Observé a Adhara, cuya expresión se había endurecido, como si no pudiera asimilar lo que el doctor acababa de decir.

El doctor continuó explicando, sus palabras eran cuchillas que me atravesaban.

— El golpe en el abdomen pudo haber provocado el aborto— dijo—. Además, estabas muy débil debido a los vómitos recientes y eso pudo haberlo desencadenado también. Mientras estaba inconsciente, tuvimos que realizar un legrado para extraer todos los tejidos que habían quedado en tu útero. Afortunadamente todo salió bien, y ya no queda nada. Estás bien físicamente. Lo siento mucho, de verdad.

Adhara no respondió, se quedó inmóvil, sus ojos fijos en un punto en la pared como si es un procesar a cada palabra. Después de unos segundos de silencio, el doctor se despidió y salió de la habitación.

Tan pronto como la puerta se cerró, Adhara comenzó a llorar en silencio, un llanto desgarrador que rompí el alma. Me senté a su lado y traté de acercarme, de hacer algo, de decir algo que pudiera aliviar el dolor.

— No tenía idea de lo que Brittany había hecho...— dije con mi voz apenas un susurro lleno de remordimiento.

Ella levantó la mirada con los ojos llenos de lágrimas y tristeza, y negocio suavemente con la cabeza.

— No quiero hablar de esto ahora Alec... déjame tranquila, por favor— dijo volviendo a mirar hacia otro lado.

A sentir entendiendo que necesitaba su espacio. Me retiro y volver a la silla al otro lado de la habitación dejando que el tiempo pasar en silencio. Después de un rato sus ojos se cerraron y agotada se quedó dormida.

   
                                               ***

Salimos del hospital temprano en la mañana. Adhara caminaba unos pasos delante de mí, con el rostro pálido y una expresión de dolor y tristeza que me partía el alma. Cuando llegamos a la salida, se detuvo de repente y yo sin entender, me coloqué a su lado esperando a que dijera algo.

Finalmente rompió el silencio, sin mirarme.

— Alec...ya no hay nada que me ate a ti — dijo con su voz quebrada, pero firme—. Perdí al bebé...y fue por mi culpa, por estar contigo.

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