Capítulo 42 Noticia

2 0 0
                                    


        Penúltimo capítulo mis Lectores ;)

Unos meses después...

Han pasado ya tres meses desde que  nos enteramos que íbamos a ser papá , y ahora mi pancita es bastante notoria. Estamos de vacaciones en La Guaira, disfrutando del sol y el mar. Yo estoy recostada en una silla, tomando sol, mientras Alec se acerca lentamente hacia mí.

Siento su mano en mi vientre, y, sin decir palabra, empieza a acariciarlo suavemente. Me giro un poco para mirarlo, y veo la sonrisa en su rostro.

—Hola, bebé que está ahí adentro, soy papá— dice con voz suave, como si estuviera conversando con el bebé—. Tu mami y yo estamos ansiosos por conocerte. Espero que saques el color de los ojos de tu madre.

Sonrío ante sus palabras, pero, al mismo tiempo, una mezcla de ternura y emoción me llena el pecho. Es increíble cómo este hombre puede hacerme sentir tan especial con algo tan sencillo
  Alec sigue acariciando mi panza con los dedos, hundiéndolos suavemente, y me empieza a hablar de nuevo, esta vez con más confianza.

—Vamos, bebé, patea para papá. Estoy seguro de que te escuchas, ¿verdad?

Me río suavemente al ver lo que está haciendo.
—¿Qué estás haciendo, Alec?— le pregunto, divertida, mientras me ajusto en la silla.

—Es que el ginecólogo  dijo que el bebé ya podría empezar a dar patadas— me responde, casi como un niño pequeño tratando de conseguir la reacción de alguien.

— Sí, el ginecólogo dijo eso... pero no he sentido nada en estos tres meses—le contesto, no muy convencida, y me doy cuenta de que en realidad ya no esperaba nada

De repente, algo extraño sucede. Un pequeño golpecito, apenas perceptible, se siente bajo sus dedos. Mi rostro se ilumina, y me quedo inmóvil.

— ¡Adhara!— exclama Alec, casi sin poder creerlo—.¡Lo sentí el bebé! ¡Pateó!

Mi mirada se encuentra con la suya, y la sorpresa y la emoción en sus ojos me hacen reír de felicidad.

—No puede ser... ¡pateó! ¡Dio una patada!— digo, con los ojos abiertos de par en par, mientras siento cómo el bebé se mueve por primera vez.

Alec se agacha un poco más cerca de mí, emocionado, tocando mi panza con más cariño.

—Es increíble— murmura, y yo no puedo dejar de sonreír mientras lo miro. Este momento, tan pequeño pero tan lleno de significado, es uno de los más hermosos que hemos vivido juntos.

 







 

Amor Imposible Donde viven las historias. Descúbrelo ahora