Han pasado dos semanas desde aquella discusión con Alec, y aunque él sigue llamándome rechazó todas sus llamadas. Me siento mal por las cosas que dijo y no he querido hablar con él desde entonces. La relación con mis padres ha mejorado un poco, aunque mi papá sigue molesto y mi mamá tampoco está del todo contenta conmigo. Hoy estoy en la cafetería de la universidad con Elaia, pero no puedo concentrarme en la conversación que tenemos; algo en mí se siente raro.
Elaia me observa con curiosidad.
—¿Estás bien Adhara? Te noto un poco pálida—dice acercándose para verme mejor.
Suspiro sin saber cómo explicarlo.
— No sé...Llevo días sintiéndome mal ¿sabes? He tenido mareos y náuseas.
Elaia frunce el ceño intrigada.
—¿Y te ha llegado la regla? —pregunta observándome con una mirada inquisitiva.— No...todavía no— Respondo escogiéndome de hombros—. Pero no creo que sea nada raro; debe ser que está por llegarme.
Justo en ese momento, mientras trato de comer un pedazo de pastel de chocolate, siento una náusea intensa y apenas tengo tiempo soltar el tenedor antes de correr al baño.
— ¡Adhara! —oigo que me llama Elaia subiéndome preocupada.
Entro al baño y me arrodillo junto al inodoro, vomitando mientras el mareo me invade. Mis piernas se sienten débiles y apenas noto que Elaia entra tras de mí.
—¿Estás bien?—pregunta, arrodillándose a mi lado y sujetándome el cabello.
Me limpio la boca sintiéndome agotada.
— No lo sé Elaia. Esto se está poniendo peor... Me siento tan mareada.
Elaia me ofrece un poco de agua, ayudándome a recomponerme.
—¿Estás segura de que esto no tiene que ver con algo más?— me dice con voz suave—. Tal vez...¿no crees que podrías estar...embarazada?
La miro atónica, sin saber cómo responder.
—¿Embarazada? No...no, imposible—balbuceó sacudiendo la cabeza—. No puede ser... ¿Verdad?
Elaia me observa en silencio y poco a poco mi incredulidad se convierte en duda.
— Adhara... por si acaso...vamos a la farmacia y compramos unas pruebas de embarazo para salir de dudas—dice Elaia mirándome con determinación.
—Está bien...— respondo con el corazón latiendo rápido.
Nos dirigimos a mi carro y aunque yo sé manejar desde que mi papá me pagó unas clases de manejo, hoy prefiero que Elaia tome el volante; los nervios no me dejarían concentrarme. Nos subimos y ella conduce en silencio, aunque debes en cuando me lanza una mirada de apoyo. Al llegar a la farmacia, Elaia baja y compra dos pruebas y luego nos dirigimos a su departamento.
Cuando entramos, Elaia me pasa las pruebas.
—Anda, hazlas y así salimos de duda.
Asiento en silencio, entro al baño y trato de calmarme mientras me bajo los pantalones y me preparo para hacer las pruebas. Los minutos que pasan después se sienten eternos mientras esperamos los resultados.
—Adhara tranquila . Pase lo que pase te voy a apoyar en todo. Si sale positivo yo te voy ayudar, no estás sola.— me dice Elaia tomando mi mano.
Le sonrío débilmente.
— Gracias Elaia. De verdad...no sé qué haría sin ti.
Respiramos hondo y miramos las pruebas al mismo tiempo. Ambas positivo.
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Amor Imposible
RomantizmAdhara lleva una vida tranquila y ordenada, siguiendo el camino que sus padres han trazado para ella. Alec parece tenerlo todo: lujos, viajes y una vida perfecta, pero las apariencias engañan. Cuando sus mundos colisionan inesperadamente, surge una...