Capítulo 23: Respirar en el silencio

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Los días se convirtieron en semanas, y mi rutina se dividió entre la cafetería y la casa de Matt. Cada día parecía más cansado, pero seguía negándose a admitir que algo estaba mal.

Una tarde, mientras tomábamos té juntos, intenté abordarlo nuevamente.

—Matt, ¿cuánto tiempo piensas seguir ignorando esto?

—El tiempo que haga falta —respondió, sonriendo como si mi pregunta no fuera seria.

—No es gracioso.

—No, no lo es —admitió, mirando su taza—. Pero preocuparte no va a cambiar nada.

No supe qué responder. Había una parte de mí que entendía su punto de vista, pero eso no hacía que fuera más fácil aceptarlo.

Entre dos MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora