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Jimin se apartó de Yoongi lentamente, como si necesitara espacio para procesar todo lo que acababa de escuchar. Dio un par de pasos hacia la ventana, sus ojos fijos en el cielo nocturno que apenas se veía a través del vidrio empañado.

—¿Cómo... cómo sabes todo esto? —preguntó finalmente, sin volverse hacia Yoongi.

Su voz era baja, casi un susurro, pero la duda y el temor eran evidentes en ella. Yoongi suspiró, cruzando los brazos mientras apoyaba la espalda contra la pared.

—No es la primera vez que escucho de un puente allumimon. —admitió, con una seriedad que hizo que Jimin finalmente girara la cabeza para mirarlo. —Pero nunca pensé que llegaría a conocer uno.

—¿Qué significa eso? —insistió Jimin, dando un paso hacia él. —¿Qué sabes realmente?

Yoongi lo miró, sus ojos oscuros reflejando un torbellino de emociones. Era evidente que estaba debatiéndose entre decirle todo o guardarse ciertas verdades.

—Hace años. —comenzó Yoongi, su tono bajo y medido. —conocí a alguien que decía ser un puente, no como tú, no con tu energía, pero aseguraba tener la capacidad de conectar este mundo con el otro.

—¿Qué le pasó? —Jimin frunció el ceño, intrigado y temeroso a partes iguales.

—Murió. —Yoongi desvió la mirada, sus labios apretándose en una línea tensa antes de responder.

El silencio volvió a instalarse en la habitación, pero esta vez estaba cargado de algo más profundo, una sensación de pérdida que parecía envolverlos a ambos.

—¿Por qué no me lo dijiste antes? —preguntó Jimin, su voz quebrándose ligeramente.

—Porque no quería asustarte. —respondió Yoongi, su tono más suave esta vez. —Y porque... aún no estoy seguro de lo que esto significa para nosotros, además no estaba seguro de que tú fueras uno.

—Para nosotros... —repitió Jimin en un susurro, sus ojos buscando los de Yoongi.

Había algo en esas palabras que lo hizo sentir una mezcla de consuelo y miedo al mismo tiempo. Yoongi dio un paso hacia él, cerrando la distancia entre ambos.

—No sé qué pasará ahora. —dijo Yoongi, sus manos descansando ligeramente en los hombros de Jimin. —pero quiero que sepas que no estás solo en esto, no importa cuántos oscuros o sanguinarios vengan por ti, no pienso dejar que te toquen.

Jimin lo miró fijamente, y aunque aún había miedo en sus ojos, también comenzaba a surgir algo más: una chispa de confianza, un destello de esperanza.

—¿Y si no podemos detenerlos? —preguntó Jimin, su voz temblando.

Yoongi inclinó la cabeza, su mirada intensamente fija en él.

—Entonces lucharemos. —respondió con determinación. —Y si eso no basta... entonces encontraremos otra forma, siempre hay otra forma.

Jimin asintió lentamente, dejando que las palabras de Yoongi calaran en él. Pero antes de que pudiera responder, un ruido extraño rompió el silencio. Era un golpe sordo, como si algo pesado hubiera caído al suelo en la habitación contigua. Ambos se quedaron inmóviles, sus ojos dirigiéndose instintivamente hacia la puerta.

—¿Qué fue eso? —susurró Jimin, acercándose instintivamente a Yoongi.

—Quédate detrás de mí. —ordenó Yoongi en voz baja, mientras sus ojos se endurecían y su cuerpo se tensaba.

Con pasos calculados, Yoongi se acercó a la puerta y la abrió lentamente. La penumbra del pasillo no dejaba ver mucho, pero el aire se sentía diferente, más frío, como si algo hubiera cambiado en el ambiente.

—Yoongi... —murmuró Jimin desde atrás, sus manos aferrándose a la espalda del mayor.

—No te muevas. —le advirtió Yoongi, sacando un pequeño cuchillo que llevaba oculto en el cinturón.

Ghost: Zero O'clock [Y.M] [PRÓXIMAMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora