27

48 13 1
                                    

Yoongi y Jimin estaban en la cama acostados, el rubio descansaba en el pecho del pálido, para Jimin era extraño; a pesar de que Yoongi era un fantasma este era cálido. Jimin cerró los ojos, escuchando el suave latido del corazón de Yoongi, algo que nunca imaginó que pudiera sentir, menos aún de un fantasma. Su respiración se fue acompasando con la del mayor, creando un momento de paz que parecía fuera de la realidad.

—¿Es raro, no? —murmuró Yoongi de repente, con su voz grave, rompiendo el silencio.

Su mano, que estaba apoyada en la espalda de Jimin, hizo un pequeño recorrido hacia arriba, hasta posarse en su nuca con una suavidad casi protectora.

—¿Qué cosa? —preguntó Jimin, sin moverse de su lugar.

Le gustaba la calma de ese instante, el calor que no debería estar ahí, pero estaba. No quería romperlo.

—Que puedas sentirme así. —Yoongi hizo una pausa, como si estuviera eligiendo cuidadosamente sus palabras, su mirada, usualmente distante, ahora tenía un toque de ternura que Jimin no había visto antes. —Soy un fantasma, pero contigo… no es igual.

Jimin levantó la vista, encontrándose con los ojos oscuros de Yoongi. Siempre había algo en ellos que le desconcertaba, una mezcla de melancolía y misterio. Aun así, en ese momento, solo pudo sentir una calidez inesperada.

—Nunca me ha importado lo que seas. —respondió Jimin en un susurro, acariciando suavemente el pecho de Yoongi, sintiendo la textura de su piel, firme y real bajo sus dedos. —Solo sé que no quiero perderte.

Yoongi sonrió levemente, un gesto casi imperceptible pero sincero. La mano en la nuca de Jimin se deslizó hasta su mejilla, acariciándola con el pulgar.

—No voy a irme a ningún lado, Jimin. —prometió. —No mientras me quieras aquí.

El rubio se acurrucó más cerca, cerrando nuevamente los ojos. Aunque Yoongi era un fantasma, en ese momento, sentía que lo tenía más presente que cualquier otra cosa en su vida.

El silencio volvió a instalarse entre ellos, pero esta vez no era incómodo. Jimin se permitió disfrutar de la calma, del suave ritmo de la respiración de Yoongi y del cálido contacto de sus cuerpos.

No podía explicar cómo era posible que un fantasma fuera tan tangible, tan real, pero decidió no cuestionarlo más. Lo único que sabía era que no quería que ese momento terminara.

—¿Cómo es estar… del otro lado? —preguntó Jimin de repente, rompiendo el silencio de manera vacilante.

Era una pregunta que siempre había tenido en mente, pero que nunca se había atrevido a hacer. Yoongi se quedó en silencio por un momento, como si estuviera buscando las palabras adecuadas para describir algo tan abstracto.

Jimin sintió cómo el pecho del mayor se elevaba lentamente bajó su cabeza, antes de que comenzara a hablar.

—Es… vacío. —La voz de Yoongi sonaba apagada, distante. —No hay luz ni oscuridad, solo una sensación de estar suspendido, sin tiempo ni espacio. —miro al techo. —No hay calor ni frío, pero tampoco dolor, es como estar atrapado en una pausa infinita, sin un propósito.

Ghost: Zero O'clock [Y.M] [PRÓXIMAMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora