Ghost: Zero O'clock [Y.M] [PRÓXIMAMENTE]

37

Jimin apretó los dientes, ajustando nuevamente su postura. Esta vez, cuando Hoseok lanzó un ataque similar, logró bloquearlo con más firmeza, aunque el impacto aún hizo que sus brazos temblaran.

—Eso estuvo mejor. —admitió Hoseok. —Pero necesitas más que fuerza, usa tus pies, muévete, no te quedes en un solo lugar.

El entrenamiento continuó durante horas, con Hoseok lanzando ataques impredecibles y Jimin intentando mantener el ritmo. A pesar de los tropiezos y las caídas, había algo en su mirada que no se quebraba: determinación.

Finalmente, cuando Hoseok decidió que ya había sido suficiente por esa noche, Jimin estaba tirado en el suelo, jadeando mientras sostenía el bastón con manos temblorosas.

—No estuvo mal para tu primer día. —dijo Hoseok, ofreciéndole una mano para ayudarlo a levantarse.

—¿Eso fue un cumplido? —preguntó Jimin con una sonrisa débil mientras aceptaba la ayuda.

—No te acostumbres. —Hoseok soltó una pequeña risa.

Yoongi se acercó, llevando una botella de agua que dejó caer en las manos de Jimin.

—Lo hiciste bien. —dijo, su tono más suave que el de Hoseok.

Jimin lo miró, sus ojos reflejando un cansancio que iba más allá de lo físico.

—¿Crees que esto será suficiente? —preguntó, con la voz cargada de duda.

—No se trata solo de ser fuerte físicamente, Jimin. —Yoongi se agachó frente a él, colocando una mano firme en su hombro. —Todo esto es para que confíes en ti mismo. —le dio ánimos. —Porque cuando llegue el momento de usar tu luz, necesitarás estar seguro de lo que eres capaz.

Jimin asintió lentamente, dejando que las palabras calaran en él.

—Bien, porque mañana será más duro. —añadió Hoseok, apoyándose contra la pared con los brazos cruzados.

—¿No podemos descansar al menos un día? —preguntó Jimin, dejando caer la cabeza hacia atrás.

—No mientras ellos sigan buscándote. —respondió Hoseok con seriedad.

El ambiente se tensó nuevamente al recordar el peligro constante que los acechaba.

—Por ahora, duerme. —Pero antes de que el silencio se volviera demasiado pesado, Yoongi habló. —Has hecho suficiente por hoy.

Jimin asintió, aunque sabía que el descanso no sería fácil. Mientras se dirigía a su habitación, con los músculos doloridos y la mente agotada, no podía evitar sentir que algo había cambiado. No era solo el entrenamiento; era él. Por primera vez, sentía que tal vez, solo tal vez, podía enfrentar lo que venía. Yoongi y Hoseok se quedaron ahí platicando un rato.

—¿Por qué cuidas a ese chico? —le pregunto.

—No debo darte explicaciones Hoseok. —respondió Yoongi.

—Nunca te ha interesado nada. —hablo. —y menos cuando estabas vivo ¿Qué cambió?