Bucky Barnes OneShots III

Uno

Prólogo: Sam y tu le hacen una broma a Bucky que cuando está durmiendo lo despiertan para fingir que están en una partida de cartas de Uno.

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mernesarbillaga

–¿Si está durmiendo?–Te preguntó Sam en voz baja desde donde estaba detrás tuyo.

–¿Te quieres callar? Recién abrí la puerta.–Te quejaste dándole un suave golpe.

Los dos estaban fuera de la habitación de Bucky en el campus donde querían hacerle una broma.

Dentro de la habitación del Sargento las cortinas estaban cerradas por lo que todo estaba oscuro, y él se encontraba durmiendo en su cama abrazado a tu almohada.

–Está dormido, ven.–Le susurraste haciéndole una seña para que te siguiera.

Los dos entraron en la habitación y encendieron la lámpara de tu lado de la cama, a la vez que ambos se sentaban en ella. Tu en tu lado y Sam junto a ti a los pies sacando las cartas de Uno del paquete.

–Toma, estas son las tuyas.–Te susurró entregándote unas pocas cartas.–Y estas son las de Bucky.

Sam y tu rieron por lo bajo cuando te entregó las cartas de Bucky, a la vez que él acomodaba algunas en el medio para simular que llevaban un buen rato jugando.

–¿Listo?–Le preguntaste en voz baja.

Sam solo te dio pulgares arriba y los dos volvieron a reír antes de que movieras a Bucky ligeramente.

–James... James despierta, toma, te toca.–Le dijiste mientras el otro daba un pequeño salto, y fruncía el ceño confundido cuando le entregaste sus cartas.

–¿Pero qué...?

–¡Ya Bucky! ¡Te toca!–Le dijo Sam mientras el soldado analizaba las cartas que estaban en medio, para luego ver las que tenía en la mano aún medio dormido.–No tenemos todo el día.

Bucky finalmente tiró un más cuatro, luego tu tiraste uno también, y Sam se quejó.

–¡Eso no es justo!

Tu solo reíste y Bucky se les quedó viendo mal tirando las cartas en la cama dándoles las espalda.

–Déjenme dormir...–Se quejó el soldado.

Sam y tu explotaron en risas, sin embargo pronto el Sargento se dio vuelta y te tomó en sus brazos para atraparte escondiendo su rostro en tu cuello, mientras que el otro reía aún más fuerte.

–¡Sam ya deja de reírte! ¡Sácame de aquí!–Le dijiste tratando de liberarte del agarre del Sargento.

–Quiero vivir, muchas gracias. Buena partida.–Dijo aún riendo un poco dándole una palmada en la espalda a Bucky quien solo murmuró algo incoherente y siguió durmiendo.

Sam salió de la habitación mientras que tu seguías tratando de salir de su agarre, y el soldado soltó un quejido.

–Muñeca ya...

–Bucky déjame ir.

–Tú empezaste.–Se quejó pasando su pierna por encima de las tuyas para atraparte aún más.

–Ay... ya que.–Dijiste soltando un suspiro y te volteaste para abrazarlo y así aprovechar de dormir, mientras que Bucky sonreía y se acurrucaba aún más en ti.