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JULIA

Michael y Gabriel se miraban de tal forma que parecía que se odiaban desde siempre. Gabriel saco su mano con un movimiento del brazo y avanzo furioso hacía el, enojado porque se hubiera atrevido a ponerle una mano encima. Enseguida, uno de los pelirrojos da un paso adelante.

-Gabriel -dice Justin poniendo su mano en su hombro.

Estoy casi segura que es Justin. Tiene esa mirada tan fría, tan indescifrable, que se ve muy distinto a Stephen.

El pelirrojo le lanza una mirada de advertencia a Michael, pero él lo ignora y trata de acercarse también a Gabriel, sin querer quedarse atrás.

-Michael. Vamos -le pido, tirando de su brazo.

Esas miradas que se lanzan empiezan a asustarme y no sé por qué tengo la fuerte sensación de qué si Michael se lanza sobre Gabriel, Justin irá sobre él y no tratará de separarlos. Busco con la mirada a Stephen, que siempre está con ellos, pero no lo veo por ningún lado. Se esfumó apenas vio que se iban a pelear. Miro a Justin. Su pecho sube y baja lentamente mientras no le quita el ojo a Michael, parece tranquilo pero tiene los puños a cada lado de cuerpo y su expresión se vuelve más y más vacía.


Esto no es solo porque Gabriel, sé que también es por él.

¿Qué es lo que habrá hecho?

- ¡Michael! -grito tirando de su mano.


-Deberías hacerle caso a tu novia - susurra Justin.

- No soy su novia - le contesto.

Me mira de reojo.

- Lo que sea.

Gabriel intento dar otro paso pero Justin bloqueo su camino y se puso en el medio.

-Deja que se vaya, Gabriel - le pide con tono sereno y suave como si le hablara a un caballo salvaje. -Vamos.

Aprovechando su distracción, tiro de la mano de Michael y lo saco de ahí antes de que empiece una verdadera pelea. Michael me pasa su brazo por encima de los hombros, apoyándome en su costado, y le guiña un ojo a Gabriel antes de besarme la cabeza. Una vez que esta fuera de su vista, lo empujo y me voy por mi camino.

- Julia - me dice, disculpándose.

Apuro el paso y me alejo lo más rápido que puedo.









Cuando llego a casa mis padres, como siempre, están con su computadora trabajando. Tienen los ojos rojos por pasar horas frente a la lente de la computadora y se refriegan la nuca cada tanto, cansados, mientras beben un batido color verde y comen galletas de arroz para combatir la fatiga.

Les salude con la mano y me respondieron con un gesto vago. Quizás esto del trabajo en casa no era tan simple como creyeron que seria.

Mi hermano esta mirando una pelicula en la televisión; Cards, otra vez. Me siento a su lado, pero sigo miran la cara de mis padres. Papa se la mano por la nuca y cierra los ojos, cansado.

-Hola, Jul -me dice, saludándome con una galleta en la mano.

Le sonrió.

-Mamá dijo que esta noche trabajaran hasta tarde -me avisa.

Mamá anoche no durmió y cuando salí todavía seguía con su computadora.

- ¿No dijeron hasta que hora? -pregunto.


Niega.

Algo malo estaba pasando para que le avisaran a Michael. Han logrado mantener sus trabajos prometiendo trabajar desde larga distancia. Fue un gran cambio pero ninguno parece estar logrando adaptarse a esto.

TatuajesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora