70

23.4K 1.5K 38
                                    

JULIA

Había dejado de sentir el temor incial y ahora solo quedaba un vacio indescriptible en mi pecho: asomandose a la velocidad de las lamidas del fuego trepandose por las ramas secas. Mis oidos zumbaron, pero mis manos estaban quietas: no sentia esa necesidad casi insoportable de pasarme los dedos por el cabello como me sucedia siempre que estaba nerviosa o incomoda ni tuve ese pequeño impulso de salir corriendo, ni de hablar para detenerlos. Todo lo que había sentido ayer cuando estuvimos a solas o minutos antes cuando me amenazaban con decirle mi secreto habia desaparecido y ahora me sentia en calma al fin.

Estabamos los cuatro juntos en la habitación de Rose. Las cortinas se movian por el soplido del viento que entraba por las ventanas abiertas. El silencio era insostenible, era incomodo, se escuchaba las risas de los niños abajo, los autos pasar por la calle y la erratica respiración de todos. Las pisadas de Gabriel caminando por la alfombra al ir a la esquina nos hizo levantar a todos la mirada y dirigirla a él. De repente nadie queria hablar. Todos habiamos perdido las palabras, o era que todos esperabamos que alguien hablara primero. Esa debia ser yo. Todo lo que los demás tenían por decir ya fue dicho: ahora era mi turno, Justin ya sabía que estaba embarazada, era el momento de dar explicaciones.

Pero lo cierto es que no sabía por donde empezar. No sabía que era lo primero que tenia que hacer, si debia disculparme por haberselo ocultado, si tenia que decirle porque Gabriel lo supo antes que él. Menee la cabeza y la borre de mis pensamientos. Nuestra relación sobrevivo a muchos obstaculos, a mi complicada relación con Gabriel, a nuestras relaciones diferentes, a una ruptura, pero esto nos podia separar. El obstaculo final. 

 Estaba concentrandome en empezar a hablar, le oí carraspear.

Justin tomo aire y se volvió tranquilo a Gabriel.

– ¿Nos puedes dejar solos? –pregunto con tono suave.

Su voz se oía lejana y el vello del brazo se me erizo.

Gabriel me miro.

No estaba enojado tampoco, pero si se veia profundamente triste. Nunca lo habia visto tan destrozado. 

Rode los ojos y corri la mirada hacia otro lado.

-¿Julia? -me pregunto, como pidiendo saber si quisiera saber si me sentia preparada para quedarme sola.

Aprete los labios. No creia que fuera posible sentirme tan decepsionada por una persona. Gabriel lo había logrado y ahora ya no tenia vuelta atrás.

Gabriel nos miró dudoso pero asintió, no sin antes decirme que estaría en la otra habitación si lo necesitaba y que solo tenía que llamarlo para que viniera.

Cuando al fin se fue, mire a Justin y nuestros ojos se encontraron al mismo tiempo. Fue entonces cuando empece a sentir nuevamente el temor y el corazón se me aceleraba. Tuve la sensación de estar acorralada. 

Justin cerro la puerta que Gabriel dejo abierta y yo me sente en la cama.

Observe a ese hombre que iba a convertirse en el padre de mi bebé, parado sobre unas zapatillas blancas, con las piernas largas enfundadas en unos vaqueros azul y el cuerpo cubierto por un sueter blanco. Se había quitado el pircing de su labio y la ceja, dejando unos pequeños puntitos en donde estaban antes.  Parecia otra persona. Se había preparado para la ocasión lo más formal posible pero a pesar del cambio lograba verse muy bien. ¡Señor! Era demasiado guapo. Era aterrador lo bien que le quedaba cada cosa que se ponia y lo sexy que era. 

Le menti, lo puse en la posición de un... estupido... 

Ese pensamiento me llevo inmediatamente a la culpa. Tenia que haberle dicho la verdad desde un principio. Sin embargo, Justin me habia dejado una vez y fue por que eligio por mi ¿Quien podria culparme por estar tan asustada? Conociendolo, podia cambiar de idea de haber regresado tan rapido como haber roto aquel día. 

TatuajesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora