Tatuajes

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JULIA

GABRIEL: Julia, contesta el puto teléfono. No me ignores. ¿Por qué haces esto? Dijiste que harías como si no hubiera pasado ¡Han pasado dos semanas!

Presione borrar y guarde el teléfono en el bolsillo de mi campera.

Cinco minutos después.

GABRIEL: Por favor, Julia. Te extraño. Eres mi mejor amiga… necesito verte.

Cerré los ojos.

GABRIEL: Sé que no hago las cosas bien. No debería haberte dicho nada… Ahora necesito verte porque eres la única que me hace olvidar todo lo malo en mi vida. Mi casa es un desastre y no tengo a donde ir. Todos parecen que pueden seguir con sus vidas pero yo sigo estancado aquí y no tengo a nadie.

Mi padre me ha dicho que me vaya a Londres con él y su nueva novia. No lo he visto en un largo tiempo y las pocas veces que nos hemos encontrado ni siquiera lo podía reconocer. No quiero conocer a su novia ni a su hija, y menos pasar cinco minutos con ellos mientras él finge ser otra persona. No es el tipo al que yo quería. Sé además porque lo hace y la verdad es que no quiero ayudarlo a alivianar su consciencia.

¿Pero que hago, Julia?

No tengo a nadie. Soy un estorbo en la casa de mi mejor amigo. A mi madre no le importo. Mi hermana me vuelve loco.

¿Tengo que ignorar todo esto y aferrarme a ellos porque si no me quedo solo?

Stephen apenas me habla.

Justin ya no esta.

¿Ahora tu también vas a desaparecer?

Me quede mirando la pantalla entre mis dedos y me pregunté que debería decirle ¿Por donde empezar? Gabriel estaba sufriendo, hablarle por un mensaje de texto era algo tan insensible que no podía hacerlo... y sin embargo era todo lo que podía ofrecerle en este momento.

Cada vez que Gabriel y yo nos encontrabamos alguien terminaba sufriendo, si no era uno de nosotros, era Justin. Ya no podía ver a nadie derramar más lagrimas por esto que ya no era posible.

YO: Gabriel... no te enojes con Rose. Creo que necesita ayuda psicologica... no ha sido tan fácil lo que vivió como crees. Ella también debe estar sufriendo por la muerte de su hermana y esta es la manera que encontro de sobrellevar el dolor. No la juzgues ni la dejes de lado.

A veces mi hermano y yo también nos peleamos. Sé que no es lo mismo, ni siquiera puedo compararse. Pero puedo entender un poco lo pelearse con tu misma sangre. Él me enloquece pero lo amo con todo mi corazón.

Tus padres también están sufriendo. Todavía no han encontrado la manera de sobreponerse a la perdida de una hija.

Sé que no quieres escuchar esto.

Perdón si no soy de utilidad.

No te estoy dejando. Jamás voy a desaparecer.

Solo que ha pasado mucho. Tengo cosas en que pensar y que hacer. Perdón si estamos desaparecidos... nunca dudes en buscarnos si quieres hablar.

Cuando termine de escribir me dí cuenta que Gabriel jamás iba a terminar de leer este mensaje.

"No estoy dejando. Perdón. Estoy ocupada organizando mi habitación para el bebé...

No digas que no tienes a donde ir. Sabes que las puertas de mi casa siempre están abiertas para ti"

Después de eso deje el telefono en la mesa de luz y me acoste en la cama.