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GABRIEL



Me quede esperando hasta que vi por la ventana que ella apagaba la luz. Julia estaba cansada para continuar con la cita. Seguro se quedo leyendo alguna novela nueva.

– Hola, Galán. -Stephen abrió la puerta y se sentó en el asiento que había ocupado Julia. –Justin no pudo venir porque se sentía mal –Se disculpa por el –Pero ¿Cómo te fue?

– ¿De donde saliste?

Stephen saco un paquete de cigarrillos de su bolsillo y encendió un cigarro.

– ¿Importa? – gruño, torciendo el gesto en una sonrisa que destilaba mal humor.

El que fumaba de los gemelos era Justin. El siempre fue el chico bueno, bueno, define bueno, que se negaba a la nicotina por el cáncer de pulmón.

No era la noche que esperaba pero es mejor que nada ¿Verdad? Desde el momento en que pase a buscarla ella me trato con indiferencia y durante la función no dejo de ver su teléfono como si esperara algún mensaje importante.

–Ella estaba muy distante desde que nos encontramos con ustedes en el cine –Confesé con el ceño fruncido. –Solo hablo conmigo de verdad cuando le dije que tu hermano y ella se habían hecho amigos. Creo que estaba incomoda por que aparecieron en el cine.

O ya no le importo.

–Ella se está alejando de mi –Puse la llave y arranque –La estoy perdiendo, Stephen.

Quizás lo que Julia creyó sentir por mi no fue más que una ilusión. Ahora que me conocía mejor empezaba a darse cuenta que no era alguien digno de su amor y estaba separándose de mi por esa razón.

Sabia que no había nadie más. Conocía a todo aquel que rodeaba a Julia, solo éramos su familia, Stephen, Justin y yo.

– Creo que deje de gustarle.

Mire de reojo su cara, para ver que pensaba, y a su asiento. Julia ocupo ese mismo lugar y en ningún momento me miro. Era como si estuviera incomoda y solo hubiera aceptado salir conmigo por compromiso.

Tal vez debería haber empezado de otra forma.

– Tal vez quiere conocer a alguien más y no sabe como decirte sin herirte.

– ¿Y por que? Yo la voy a entender.

– No, eso es mentira.

No me gustaba la idea.

– Haría pedazos al primero que se atreva a tocar a Julia. – Y perdería la razón si llegaran a lastimarla. Lo acabaría con mis propias manos. No me importaría ni siquiera si tuviera que ir preso si supiera que hay alguien que le hiciera pasar un mal rato a Julia.

– ¿Y por que te das cuenta recién ahora?

Lo mire. Esa pregunta me había descolocado.

– ¿A que te refieres?

– Tuviste mucho tiempo con ella. ¿Por que ahora te das cuenta que ella es alguien importante para ti?

Por qué nunca quise algo serio con Julia.

– Somos amigos. Solamente estoy intentando darnos una oportunidad.

– ¿Y porque no le permites que se de una oportunidad con alguien más? – Cruzo sus brazos y cerró los ojos. – Permite que alguien más descubra a nuestra Julia.

Levante una ceja.

– No.

Stephen no respondió.

Al mirar la hora en mi teléfono me di cuenta que mi madre todavía estaría despierta. No quería verla. Mire las luces y vi desde las ventanas las luces prendidas de la sala de estar. Era el horario del programa favorito de los dos.

– ¿Quieres que me quede esta noche? – pregunto Stephen, bostezando.

– Creo que si. – molestar a mamá era un orgullo para mi.

Entre sin saludar a ninguno de los dos y subimos juntos a mi habitación. Escuche como mamá intentaba seguirnos pero su marido la detuvo antes de alcanzarnos.

– ¿Todavía no te acostumbras a el?

– No me importa.

Stephen miro con anhelo mi cama. Estaba bastante cansado y parecía incapaz de permanecer despierto un minuto más. Pero es un buen amigo y, a pesar del sueño que sentía, seguro estaba dispuesto a escuchar todo lo que tuviera que decir.

–El viernes en la noche salgamos los cuatro juntos –Dijo, estirándose y soltando un largo bostezo –Acércate a ella, invítala a bailar o solo háblale de que quieres formalizar al fin su pareja. Dile que quieres estar con ella y cuanto más claro seas mejor les ira todo a los dos. Ya deben dejarse de juegos.

– ¿Crees que funcione? –Pregunte, haciéndome a un lado para que se acostara en mi cama. -¿De verdad crees que vaya a funcionar algo así?.

Asintió.

–Por cierto ¿Qué hacían ustedes en el cine? –Pregunte, cambiando de tema. No era algo que quisiera dejar a ligera –Pensé que Justin odiaba ir al cine.

A mi lado se escucha el ronquido de Stephen y se que aquí termino la conversación.

Voy a preguntarle a Justin

Busco mi teléfono en el bolsillo de mi pantalón, abro en el chat de Justin y le envió un mensaje. Mis dedos se trabaron en las teclas, de repente no sabia como empezar a hablar con el casi como si no encontrara las palabras. No se porque me sentí así, era mi mejor amigo. Mire a Stephen y decidí empezar diciéndole que su hermano se quedaba a dormir en casa esta noche y le avisara a sus padres. A mi madre no le importaba donde pasara la noche pero los Queen eran otra historia.

Para: Justin

Hola, Justin.

Stephen dijo que se quedaba a dormir en casa. Dile a tu mamá que mañana lo llevo directo a su casa antes de las diez.

eh..

¿Estás bien? Stephen me dijo algo de que te sentías enfermo o algo así. ¿Todo bien?

Titubeé, no se porque pero estaba incomodo por hablar con Justin. Era como si hubiera hecho algo malo.

Justin:

Le voy a avisar a mamá.

No dejes que entre en la habitación de Clary. Ya sabes como se pone si ve una foto de ella.

Estoy bien, no te preocupes.

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