82

21.3K 1.4K 53
                                    


GABRIEL

. – Julia sigue durmiendo – dijo Justin cabizbajo – Tuvieron que darle un sedante porque no dejaba de llorar.

. – Es normal. Al fin se hizo a la idea y ahora le arrebataron todo en un segundo.

Quería encontrar al hijo de puta que choco a Julia y matarlo con mis propias manos.

. – Julia esta destrozada. No sé si se va a recuperar.

. – Lo hará – dije en voz baja.

Suspiró.

Me imagine que algo así pasaría. Después de salir de su habitación me fui de inmediato a mi auto y esperé, esperé y esperé hasta que en un momento Justin se subió al auto.

Fue un silencio aterrador.

No le hable, no porque no tuviera nada que decirle, si no porque quería molestarle haciéndole preguntas tontas. “¿Cómo te sientes?” “Todo estará bien”. No me gustaba. Y ya había pasado por lo mismo que él sentía ahora para saber que irritante puede llegar a ser una persona molestando a tu alrededor, por eso me quede callado y espere en silencio hasta que él estuviera listo. Y tuve razón, en un momento se rompió y se puso a llorar.
Escuchar que alguien le decía a Julia que su bebé estaba muerto me dio un terror inmenso y no pude afrontarlo, solo me fui. A Justin le paso lo mismo. Cuando amas a alguien con tantas fuerzas prefieres estar en cualquier parte que verla sufrir, te desarma porque te sientes impotente al no poder ayudarla de ninguna manera. No hay forma, no existen palabras que te hagan sentir mejor después de perder a alguien que amas.

. – Esta destrozada – susurre, agarrándose del volante.

. – No puedo entrar… no quiero ver a sus padres. Estoy seguro que todos están contentos de sacarse a mi bebé de encima.

. – Tienes que dejar de pensar lo peor de los demás – replique.

Era verdad que la madre de Julia no le gustaba nada Justin, pero no por eso podía decir que estaba contenta por la muerte de su nieta. Ella había hecho lo imposible para que su hija se sintiera cómoda con su embarazo, la cuido y estuvo atenta a cada una de sus necesidades. Justin no entendía eso. La mamá de Julia amaba a sus hijos más que a su propia vida y mucho más a su hija, ella fue su primer amor y la que le enseño a ser madre. Que no lo quisiera no significaba que hiciera algo para separarlos o que se alegrara de que no estuvieran juntos, ella sufriría o sería feliz por su hija. No le importaba Justin en realidad.

Incluso a mi me costo entenderlo al principio, y debo decir que me gustaba verla haciendo sufrir a Justin, pero fue hasta que la vi llorar por su hija que entendí todo: jamás haría nada para lastimarla. Ella siempre estaría ahí, acompañando a su hija sea cual sea la decisión que ella tome.

. – Por favor, ve a ver como esta – me dijo, aguantando las lagrimas y soltando un gimoteo – Mantenme informado, Gabriel. No puedo entrar.

Suspire y apoye la cabeza en el respaldo del asiento. No podía decirle que no a alguien que estaba sufriendo tanto… sería de una persona mierda.

. – ¿Quieres que llame a Stephen? – No quería dejarlo solo.

Negó.

. – Le contara a mis padres y no quiero escuchar a mi papá decir que esta feliz. – De repente su rostro se ensombreció y vi como apretaba la mandíbula – Ellos odiaban a mi hija.

No me gusto la idea de dejar fuera a Stephen, pero Justin había sido muy insistente de que no le dijera nada a su hermano. No quería que sus padres se enteraran por nada.

No podía creer que Grace fuera capaz de sentirse contenta por algo asi, pero Justin estaba muy enojado con sus padres y no pensaba con claridad, ahora los veía como si fueran personas muy malas, no sus padres. Sin embargo, obligarlo a hacer algo que no quería no era lo mejor en este momento. Para mi los Queen eran personas calidas y que nunca me fallaron, si yo estuviera en su lugar lo primero que haría sería llamarlos, pero, Justin no necesitaba eso ahora y yo respeto eso.

Le di una palmada en el brazo.

. – De acuerdo. Iré a ver como están las cosas por allá y te llamo si pasa algo ¿si? – Abrí la puerta y le deje las llaves en la mano – No hagas tonterías.

No sé porque le dije eso, creo que fue un impulso.

Cuando llegue a la habitación su papá estaba sentado en una silla cerca de la camilla, abrazando a Julia. Ella no se movía, tenía la pierna colgando, enyesada y estaba completamente dormida. Ni siquiera el ruido de la puerta cerrarse la despertó.  El clima era angustiante y el silencio era sepulcral. La mamá de Julia se levanto para recibirme y vi que tenía entre los dedos un papel descartable todo arrugado y húmedo.

. – Cariño, gracias por haberte quedado… pensé que te fuiste con Justin – dijo la mamá de Julia, abrazándome.

Había un deje de resentimiento en su voz.

Lo odiaba con cada parte de su ser… y al mismo tiempo lo toleraba porque era lo que Julia quería. Estaba en una posición muy difícil.

. – Justin esta en el auto. Él necesitaba un minuto… esta feliz por julia, pero murió su bebé, asique necesita procesarlo. – susurré, tratando de suavizar las cosas. – Me pidió que viniera por si algo pasaba. No puede entrar todavía. Esta destrozado.

Su rostro se apago y luego sus mejillas se pusieron rosas por la vergüenza.

. – Estoy acostumbrada a pensar lo peor de él…

Lo sé.

La acompañe hasta el pasillo y nos pusimos cada uno del lado de la pared. Desde ahora estaríamos para siempre así, cada uno en la vereda del frente.

Adiós al sueño de ser parte de su familia.

. – Es tan frio con Julia todo el tiempo y apenas si habla. Pensaba que no la quería y que se quedo porque tenía vergüenza a lo que otros iban a decir de él si la abandonaba…

. – Justin quiere mucho a Julia – dije sin poder evitarlo.

Aunque me dolió mucho admitirlo, en el fondo de mi ser sabía que Justin quería a Julia porque si no nunca habría hecho nada de lo que hizo. Era demasiado calculador y precavido para joderlo así.

Claro, que lo que siguió después pone en duda mucha de las cosas todo eso, pero antes de todo esto Justin siempre me pareció un tipo muy confiable. Aún asi no dudo de lo que quiere a Julia, porque todo  lo que hizo prueba de que no le importa nadie más que Julia. Por ella mando todo al carajo.

Y por eso ahora están como están

Si Justin no hubiera hecho lo que hizo tal vez esto no hubiera pasado.

No me había atrevido a llamar a Winston pero su silencio respondía todas nuestras dudas. Él ya sabía lo que había pasado y estaba en su oficina festejando porque entendimos el mensaje.
Ahora viene por nosotros, pensé, y solo va a terminar cuando acabe con los tres.

. – Gabriel, apenas si la mira. Nunca habla cuando están juntos y mi hija tiene que hablarle o si no, no dice nada por horas...sinceramente, no sé que le vio.

. – Justin nunca fue una persona muy charlatana. Me tomo mucho tiempo antes de poder entrar en su circulo y ser su amigo. Desde que era un niño siempre fue tímido, callado y muy celoso con su hermano. Pero una vez que entras y tienes su confianza, es la persona más amable y leal del mundo – o al menos lo fue alguna vez.

Alguna vez fuimos los mejores amigos. Tal vez por eso lo defiendo.

. – Justin es muy cariñoso con Julia. Nunca vi a Justin tratar con tanto amor y respeto a nadie antes que no le guste… y la ama.
Para los que no conocían nunca les agradaba. Era muy poco sociable, tenia cara de estar enfadado, te miraba con asco, apenas si hablaba… pero al momento que se acercaba te dabas cuenta que era un gran tipo. Era divertido… te cuidaba las espaldas, nunca hablaría mal de ti,

. – Señora Smith – dice una enfermera – Tenemos que hablar un momento con usted.

Ella se giro y miro la enfermera con angustia… asustada por escuchar más malas noticias.

Mi corazón se agito en mi pecho y sentí como el terror empezaba a invadirme… ¿Qué más podía ser? Me apure hacía la puerta de su habitación y di un golpecito para que saliera el papá de Julia. No estaba listo para escuchar malas noticias, no, ya no podía más. Julia tenía que estar bien. Por favor, que este bien…

Sin embargo, la noticia fue diferente a lo que pensé:

. – Al… al parecer hubo una confusión en el hospital – murmuro la enfermera con la voz temblando y muy nerviosa – El bebé que pensamos que era de su hija, Julia Smith no era… suyo.

¿Qué?

. – Es que hubo… alguien que ingreso al hospital y que intento robarse al bebé…

Los tres nos quedamos callados, mirándonos. Volví a repetir lo mismo que dijo ella hace unos segundos en mi mente, tratando de procesar cada palabra y poder saber si entendí bien o si era mi imaginación y, cuando llegue a la misma conclusión sentí como agua helada descendiendo por mi espalda. Estire una mano en el aire y me sujete de la pared…

La mamá de Julia soltó un gemido y cuando la mire, vi como su cuerpo caía hacía atrás. Me apresure a sostenerla antes de que de la cabeza diera contra el suelo y la levante para depositarla en una silla.

Desde lo lejos escucho un grito, una llamada, luego unas manos me apartan y la toman en sus brazos.

. – ¿Qué paso? – grito su esposo, asustado – Amor, amor… reacciona ¿Qué paso?

Guarde silencio, no sabía como decirle. Detrás de mi se escucho unos pasos acercarse y entonces, con una calma y rapidez sorprendente, se inclino sobre la mamá de Julia y después de revisar que estuviera bien, dijo:

. – La enfermera ya fue arrestada y ahora la están interrogando en una de las salas de abajo. Al parecer, según lo que dijo una amiga, una familia que acababa de perder a su bebé en el parto le habría pagado para que robara a una niña del hospital y las intercambiara. Los policías no le creen, sospechan que podría ser otra cosa, pero siguen investigando. Dicen que probablemente se trate de una red de trafico de niños… no sé, estas cosas nunca ocurren en un pueblo como este. Esta mujer ha trabajo aquí casi nueve años y jamás había ocurrido algo así.

Me hablaba a mi directamente. Arrugue el entrecejo y moví la cabeza.

– ¡Mi amiga esta destrozada y tuvieron que ponerle un sedante porque no podía dejar de llorar! – grito, señalando hacía su habitación – ¿Qué clase de hospital es este? No pueden ir vendiendo por ahí porque quieren ¿O es que a eso se dedican?

. – Señor, le pido que se calme…

. – ¡Este es un hospital y aquí nacen miles de niños cada maldita hora! ¿Acaso no tienen seguridad? ¿Acaso van por ahí regalando niños al que les conviene?

. – No fue nuestra intención

. – Oh, si estoy seguro que no – rodé los ojos – ¡Solo que se les paso que tienen una enferma de mierda vendiendo bebés por ahí! – la señalo – Ustedes vinieron y le dijeron a Julia que su hija estaba muerta, pero resulta que, por no revisar bien antes de hablar, estaban en un error. ¿Y que iban a hacer después? ¿Eh? ¿Le iban a dar ese cuerpo de ese pobre bebé y ella tenía que quedarse con eso?

. – No, nosotros no…

. – Gabriel, cálmate – El papá de Julia puso su mano en mi brazo y me hizo retroceder – Ha sido un error, tienes que calmarte.

. – Mis dos amigos piensan que su hija murió por ese error – susurro, apretando los dientes – Justin esta muerto en vida y Julia tuvo que ser sedada… ¿Y ellos piensan que todo se soluciona diciendo que es un error?

. – Lo importante es que mi nieta esta viva – intento deshacerme de sus manos pero él me bloquea el camión de nuevo.

Estaba tan enojado que mi cuerpo entero temblaba, no podía creer que algo así pudiera pasar en un hospital. En las veinticuatro horas había sufrido un sube baja de emociones que nunca había experimentado en toda mi vida. Por un momento no sabía donde estaba parado y ahora estaba feliz
Maldije por lo bajo.

Saque el teléfono del bolsillo y marque el numero de Justin. No me atendió hasta la cuarta llamada;

. – Ven rápido. Algo le paso a Julia – dije tan rápido como pude y le corte.

No quise darle la noticia porque estaba seguro que no era de mi de quien quería escuchar la noticia.

Puse las manos contra la pared y suspire con fuerza.

. – Necesito sentarme – susurré sintiendo que las rodillas me temblaban.

Esta, por lejos, había sido la peor noche de toda mi vida.

Tenías las manos temblando y el corazón me martillaba en el pecho, parecía que quería salirme del pecho por la fuerza con la que latía. Puse el codo sobre las rodillas y me agarre cada costado de la cabeza, respirando profundo.

. – ¡Justin, cálmate! – dijo la voz amortiguada del papá de Julia – Dejame que te explique, por favor. No pasa nada malo.

. – Pero Gabriel… - hablaba agitado, como si hubiera corrido un maratón.

Sentí que mis oídos zumbaban… me cubrí las orejas y cerré los ojos.







Nadie como sabía como explicarle esta noticia, los padres de Julia pensaron que era algo que le correspondía a Justin pero él todavía no se había recuperado y estaba sentado, en shock, desde que se entero. Cuando me recuperé fui a buscarle un café, pero lo rechazo y me dijo que tenía miedo de vomitarlo.

. – Le voy a contar yo – dijo la mamá de Julia viendo que ninguno de los dos era capaz.

Sin embargo, a diferencia de nuestros peores temores, Julia se tomo inexplicablemente bien la noticia para como lo tomamos los demás. Ella se cubrió la cara con las manos y rompió en un mar de lagrimas de felicidad que nadie pudo comprender. Ella no estaba enojada, estaba agradecida.

Julia no le importaba que todo hubiera sido un error, lo único que le importaba era que su hija estaba viva y que la quería tener en sus brazos. Era lo unico.

En un momento tuvimos que intentar convencerla entre todos para que no se levantara, ella estaba tan ansiosa por ver a su hija que quería ir a verla cuanto antes, porque los médicos nos habían dado la orden de que no se podía mover. No le importaba ni siquiera el dolor.

. – No, no – negó con la cabeza – Quiero ver a mi bebé.

. – Mi amor, no puedes levantarte – susurro – Recién te operaron…

Julia se deja caer contra la camilla y se cubre la cara con el brazo.

. – Todavía esta muy débil para que te la traigan, Cariño. Todavía es muy pequeña y no ha desarrollado bien los pulmones…

. – ¿No pueden darme una silla de ruedas al menos?

. – No, la doctora nos dijo que era necesario que trataras de no mover la pierna por las siguientes horas.

Su pecho bajaba y subía a un ritmo lento… pero vi como las lagrimas se deslizaban por su piel. Me senté a su lado y le di una palmadita en el hombro, tratando de reconfortarla de alguna manera. Julia estiro la mano y la aparto delicadamente.

. – ¿Al menos alguien le podría tomar una foto y mostrarme su cara? – susurro con la voz ronca.

Su madre asintió.

. – Iré a preguntar – dijo, se inclino y le dio un beso en la frente – Te la encargo, Gabriel. Cuídala ¿si?

. – Si, por supuesto.

Julia dejo caer el brazo al costado y me miro:

. – ¿Dónde esta Stephen? – pregunto.

Ah… ese es otro problema.

Justin iba a tener muchos problemas después por eso…

. – Stephen estaba aquí hasta hace un momento – balbucee – Eh…
. – ¿Le contaron?

Trague.

Julia y Stephen eran mejores amigos. Ellos se habían pegado mucho más que lo que nosotros nos habíamos pegados a ellos, asi como alguna vez fuimos Justin y yo. Julia le conto primero a Stephen de su embarazo y siempre que tuvimos una pelea, o que peleaba con Justin, recurría al pelirrojo. Los dos se amaban. Se cuidaban entre ellos. Eran confidentes.

Ella necesitaba a Stephen en este momento.

. – Si, por supuesto que le contamos – me apresuré a decir – Justin y él estaban recién en la cafetería.

Sin embargo, Julia me miraba como si no me creyera. Claro, era obvio porque; Stephen nunca se hubiera despegado de su lado si supiera lo que paso.

Julia no dejaba de mirar la puerta y se pasaba el mechón detrás de la oreja, ansiosa. En cuanto su madre apareció ella intento sentarse, pero, puse la mano en su brazo y la mantuve acostada.

. – Es pelirroja – dijo.

Fruncí el ceño.

Una sonrisa oreja a oreja ilumino su rostro, pero no dijo nada y aguardo en silencio hasta que recibió el teléfono en sus manos.

. – ¿Cómo esta? – pregunto, ansiosamente – ¿La viste de cerca o solo te dejaron tomarle una foto?

. – Juls, cálmate – su mamá le acarició las mejillas y beso su frente – Esta bien. No te preocupes.

. – ¿Si?

. – Esta un poco débil pero las cosas van a mejorar, cariño. No tengas miedo – susurro.

Cuando Justin se sentó al lado de Julia y sus padres se apartaron para darles espacio, di un paso atrás y fui a agarrar mi campera para poder irme. Estaba claro que ya no tenía lugar mi presencia en esa habitación y que sobraba.

Pero no me sentí mal, o triste. No, todo lo contrario.

Fue como si, por primera vez en mucho tiempo, toda esta pelea hubiera terminado y ahora por fin cada pieza estuviera en su sitio. No sabía como sería mañana, ni como arreglaríamos lo que hizo Justin, pero no era el momento para averiguarlo ahora. Estaba cansado. Me iba a tomar este día y vería después que solución le podría encontrar.

Una vez que llegue al auto, las lagrimas empezaron a fluir y pude deshacerme de esa enorme carga que había estado llevando a cuestas desde que la vi en esa camilla. Tuve tanto miedo. La verdad es que ya no me importaba si no quería estar conmigo o si Justin era o no lo que le hacía feliz, lo único que quería era que fuera feliz. Todo lo que quise fue que su bebé estuviera bien y que ella estuviera bien… tuve mucho miedo.



*************************************************************
JULIA
JULIA



Dicen que fue un error, que una enfermera intento vender a mi hija…

No sé que explicación tengan pero no me importa. Quiero tener a mi hija en mis brazos y que todo termine de una vez. Amo a esa niña y haré todo lo que sea por ella, solo necesito tenerla conmigo.

Solo verla en esa foto hizo que olvidara los peores momentos de mi vida, que fueron porque pensé que la perdí. Mi corazón se hincho de orgullo y de amor al ver su cabello rojizo en la foto y al mismo tiempo me dolió verla llena de esos cables y en la incubadora. No se suponía que teníamos que conocernos así, no se suponía que tenía que nacer sufriendo este dolor. No. Ella tenía que estar en mis brazos y salir conmigo mañana o pasado para ir a casa juntas.

No importa, sea cuando sea, saldremos juntas…

Mis padres y Justin habían discutido con varios empleados del hospital, incluso Gabriel le había retado a la enfermera que les dio la noticia, pero yo no les había dicho ni una palabra. Para mi eran mis héroes. Esta viva gracias a todos ellos y, desde mi punto de vista, y mi hija había sido devuelta a mi. No tenía quejas.

. – Es hermosa – susurré, pasando el dedo por la pantalla – Se parece mucho a él.

A pesar de su tamaño tan pequeño y lleno de cables a su alrededor, era la cara de Justin

Sabía que otra en mi situación estaría como loca. De hecho, estoy sorprendida hasta yo misma por tomarme tan bien esta situación. Tal vez es por que los efectos de la morfina, pero no puedo dejar de pensar que hasta tres horas atrás, mi mundo se desplomo y que pensé que mete a mi propia hija por negligencia. Creí que nunca la volvería a ver. ¡Y ni siquiera la conocía! No, para mi estaba… era una segunda oportunidad.

Y era hermosa. Era perfecta. Era igual a Justin.

– Es hermosa – dijo mi madre mirando su cabello rojo con los ojos fijos – ¿Cómo la llamaran?

Mi entrecejo se arrugo, Justin y yo no habíamos hablado de como la llamaríamos.

– Nosotros… Aún no lo sé – dije, apartando la vista de mi bebé para mirar a mi mamá.

Entonces recordé que entre medio de la neblina y la confusión, había escuchado la voz de una mujer diciéndome que todo iría bien y que iba hacer lo posible para salvar a mi hija, que tuviera confianza en ella. Su voz temblaba y no parecía estar segura, pero en ese momento lo fue todo.

. – ¿Cómo se llamaba la doctora que me opero a mi y salvo a mi hija? – le pregunte, viendo como Justin finalmente volvía – Hola.
Ella negó y se puso de pie.

. – No sé…

. – Era una mujer – le dijo – ¿Podrías averiguarlo? Quisiera agradecerle en persona por habernos salvado, por favor.

Justin se sentó a mi lado y tomo el teléfono de mi mano. Estaba segura que él también iba a querer ver su foto tanto como yo… es que era tan hermosa que no podía quitarle los ojos de encima.





Estaba escuchando los posibles nombres que Justin me decía cuando ellas por fin llegaron. Supuse que después de todo lo que había pasado, la doctora no había tenido ninguna oposición en visitarme para recibir las gracias, o tal vez los médicos siempre hacen esto. No sé. Nunca pase por algo asi.

– Hola – dijo la doctora, ingresando y acercándose a mi camilla – ¿Cómo te sientes?

A pesar de los calmantes todavía estaba el dolor.

– Bien – mentí.

Ella frunció el ceño y me miro con desconfianza. Por el estado en el que me encontraba seguro no era fácil de creer.

. – Me alegro – susurro, un poco incomoda.

. – ¿Cómo se llama usted? – pregunte.

Sus mejillas empezaron a sonrojarse y comenzó a sonreír como si supiera lo que estaba pensando.

. – Beatriz – dijo con una sonrisa

Ella no sabía lo bien que me habían hecho sus palabras en el peor momento. Tal vez si, quizás por eso lo dijo, porque sabía.

. – ¿Le podría poner su nombre a mi hija? Me gustaría que llevara el nombre de la mujer que le salvo la vida.

La doctora asintió.

. – Si, gracias. Sería un honor. – respondió, con la voz compungida.

Justin miro a la pequeña julia, que ahora se llamaba Beatriz, con asombro y luego sonrió.

. – ¿Te parece bien, cierto? – le pregunte a Justin.
Justin asintió.

. – Si, Beatriz Queen – dijo, dando el visto bueno – Le queda muy bien.

. – Beatriz Queen Smith – corrigió mi mamá rápido.

Papá se rio.

Mamá observaba fijo a Justin, esperando que diga algo, pero él solo se limito a mirarla.

. – Ahora un segundo nombre – dijo papá, riendo nervioso.
Mire a la doctora y me reí.

. – Es Isabella – dijo.

Mamá sonrio.

. – Es el destino

Asentí.

Beatriz Isabella Queen Smith…


TatuajesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora