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JULIA

JULIA

La relación con Justin y mi madre había mejorado bastante; ya no se hablaban. Desde que se mudó parecía como si ni siquiera pudieran verse sin poder atacarse…

– ¿Dónde esta mi hija? – pregunto Justin, haciendo énfasis en la palabra.

Mi madre le miro con una ceja arqueada.

– Esta con mi esposo, Querido. ¿Algún problema?

Justin dormía en el sofá, mis padres habían sido categóricos respecto al asunto, pero a pesar de eso, de todo el movimiento que representaba para él, se levantaba cada vez que le tocaba su turno y cuidaba de Beatriz cada noche. La verdad es que era mucho más útil que nadie.

Gracias a la mudanza Beatriz se estaba apegando más a Justin y parecía que su vínculo se había reforzado más, cosa que nadie se había dado cuenta antes de que necesitáramos. Lo buscaba con más frecuencia y cada vez le costaba menos calmarse en sus brazos, en lugar de tener que recurrir a mi o a mi madre cuando no podía solo.




Había asumido que conocía a Gabriel desde todos los ángulos y que ya nada me sorprendía, pero, sin embargo, después de leer el diario íntimo de Clary me di cuenta de las muchas cosas que desconocía de él, e incluso, de mi novio.

No podía decir que conocer a Clary fuera una experiencia maravillosa. Era todo lo contrario.

Si tuviera que elegir las palabras para describir a Clary creo que no sabría cómo hacerlo sin tener que mentir o usar las palabras “narcisistas”, “problemática” o, peor, “posible psicópata” en alguna parte. Ella era, probablemente, la persona más mezquina, egocéntrica y cruel que hubiera conocido en toda mi vida. En menos de dos hojas me di cuenta de que sin importar lo que los otros me dijeran de ella jamás pensaría que ella pudo haber sido buena con alguien en un solo día de su vida. Era alguien que disfrutaba del dolor ajeno, alguien que se burlaba de los demás, que mentía constantemente, y que se jactaba de eso, que usaba a los demás como instrumentos para su diversión. Con poco menos de veinte años había vivido tantas cosas que me costaba imaginar a alguien así caminando por la misma calle conmigo.

En sus primeras hojas, en las que reitera muchas veces que es alguien tímida y que le cuesta expresarse en ese diario, pero que quiere hacerlo porque se lo han recomendado, describe un momento donde mantiene relaciones sexuales con el padre de su mejor amiga, una tal Rachael, mientras la esposa y su hija están a dos habitaciones durmiendo y como a la mañana siguiente ella se burla tanto de la madre como de su hija, que es su supuesta mejor amiga, dando comentarios en doble sentido y se ríe porque ninguna es capaz de imaginarse lo que hizo esa noche en esa misma casa donde todo están. Luego, más tarde de ese mismo día, visita a un profesor con el que mantiene una relación secreta y dice que tiene que dejarlo porque, según ella, por mucho que le guste, no le da ningún beneficio esa relación y ya se aburrió de él. Termina el día contando como ese profesor acabo llorando y suplicándole que no le deje, pero que a ella le dio igual y que incluso se sintió contenta con su decisión ya que no quería a un llorón a su lado.

Cada día estaba relatado con la fecha y hora de que escribía. Ella explica brevemente como su madre les hizo el desayuno por primera vez en una semana y que acabo en pelea porque ella no quiso comer nada de lo que preparo. Dice que la vio con su amante, un médico con el que la vio varias veces, pero que no se lo ha dicho a su padre porque es demasiado tonto para no darse cuenta por sí solo. Jamás quiere comer nada que cocine su madre.

Luego, en dos fechas más, habla finalmente de Gabriel. Lo describe como una especie de perrito abandonado que busca cariño

Las personas como nosotros no merecemos ser amados. No podemos.

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⏰ Última actualización: Sep 29 ⏰

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