Kendra... Y el Torneo de los Tres Magos

Capítulo 24: ¡Atrapado! Pevees habla...

Kendra Prince...

Me encontraba en la sala común de Slytherin... lo se era extraño, yo me quejaba de ellos... pero en estos momentos eran mis mejores aliados. Ya saben lo que dicen el enemigo de tu enemigo es tu amigo. Y mi instinto me decía que los descendientes de los merodeadores eran de Gryffindor. Al igual que sus antecesores...

-¿Y cuál es tu plan Prince?

-¿Mi plan Malfoy?

-Si tu plan Prince...

-Simple.

Rayos, no tenía ningún plan... porque me estaba preguntando sobre el justo ahora.

-¿Y?

-Antes de decirte mi plan tienes que jurar que no me traicionaras.

-Claro lo juro.

-Yo no quiero cualquier juramento Malfoy.-El me miro algo dudoso.-Yo quiero el juramento inquebrantable.

-¡¿El qué?!

-El juramento inquebrantable Malfoy.

-P-pero eso es muy peligroso.

-Es muy peligroso sino cumples tu palabra. Malfoy ¿acaso no la vas a cumplir?

-No, yo te he dado mi palabra y...

-Tu palabra no me vasta Malfoy, eres una serpiente y me puedes traicionar, nadie me asegura que no lo harás.

-¿Pero yo?

-¿Tú que Malfoy?

Últimamente lo de acorralar a la gente, se me estaba dando muy bien.

-Nada, yo...

El extendió su mano derecha de manera dudosa, yo extendí y junte nuestras manos, comencé con el hechizo, el me juro lealtad y silencio. Lo que no sabíamos era que eso sería para siempre, no solo para esta broma... sino para el resto de nuestras vidas.

Salí de la sala común de Slytherin con una sonrisa imborrable, pero sin saber el significado tras lo que había hecho.

[...]

-Pevees, oh Pevees... yo sé que estás ahí. Traje chocolate y de los mejores.

Un ruido se escuchó en el pasillo siguiente.

-¿Quién me busca?

-Quien crees Pevees.

-A mí nunca nadie me busca.

Por unos minutos me dio pena, debe de ser triste que nadie te quiera y todos te quieran fuera del castillo, ese lo que sea... era un luchador. Solo por eso me caía bien, pero fui una tonta, me descuide intente ser buena y termine empapada en lo que parecía ser un menjunje echo por el mismo.

-¡Pevees! Intente ser buena, Merlín sabe que sí.

Lo acorrale igual que a los Weasley.

-Ahora me vas a decir lo que quiero saber.

Pevees se encogió en su lugar.

-No caeré, ya no te tendré lastima. Te di una oportunidad y la desperdiciaste, me vas a dar la información que necesito o vas a necesitar más que una poción para regresar a la vida. El basilisco no es el único con la capacidad para inmovilizar a un fantasma o lo que sea que tú seas.

Sus ojos se llenaron de pavor y asintió de manera poco perceptible pero yo lo note.

-Tú sabes quienes son los merodeadores.

-Pevees no sabe quiénes son, él sabe quiénes fueron.

Lo apunte con mi varita, esta sí que era muy útil en ocasiones como esta.

-¿Quien? Dimen quienes son.

-Los merodeadores fueron... cornamenta, lunático, canuto y colagusano.

Me estaba quitando toda la paciencia que tenía.

-Yo ya se sus apodos, pero necesito saber quiénes eran, sus nombres reales, ¡no sus estúpidos apodos!

Pevees tembló ante mi cambio de humor palpable, yo estaba de malas... claro que estaba de malas. Quien no lo estaría después de estar cubierto por una extraña mezcla pegajosa tan parecida al vomito en un dragón.

-Lunático es, él fue profesor de Hogwarts el año pasado... impartió defensa contra las artes oscuras y P-Pettigrew era colagusano, también estaba el ex convicto de Azkaban él era canuto...

-¿¡Quién era cornamenta!?

-P-potter...

-¿Potter? Como Harry Potter...

-James Potter, para ser exactos... Harry Potter es su hijo.

Solté a Potter y camine confundida hasta la sala común de Gryffindor. Allí me cruce con Harry y su grupete lo ignore por completo, él era el descendiente de él cabecilla de ese grupo de idiotas. Él era el único descendiente de los merodeadores, el seria mi próxima víctima y no... no me podía echar atrás.

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