ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 27

6.6K 426 52
                                    

-ᴅᴀʟᴏ ᴘᴏʀ ʜᴇᴄʜᴏ-

DANTE

Reconocí a mi tío inmediatamente, el único cambio en él era una barriga más pronunciada y mucho menos cabello.

Tras él entró quien supuse era mi primo. Un chico alto, bien formado y con brazos llenos de tatuajes. Ciertamente tenía rasgos de la familia, pero nadie podría decir que éramos familiares si nos veían juntos en la calle.

Mi tío saludo a mis padres con una alegría bonachona que era muy de su estilo y a mí y mi novia nos hizo a un lado sin pena ni gloria mientras mi primo apenas volteo a mirarnos y también nos ignoró.

Miré a Loreley que estaba ruborizada y mirando hacia el suelo.

―¿Pasa algo? ―le pregunté inmediatamente, pero ella volteó a mirarme con su sonrisa tímida y negando con la cabeza―. No pasa nada, es que aún sigo un poco avergonzada.

Me quité las gafas y las colgué sobre mi camisa, busqué a mamá y ella se nos acercó con una sonrisa.

―Deberían ir con tu hermana, se ve que tiene muchas ganas de conocer a Loreley también, vamos Dante no seas maleducado y la ambiciones sólo para ti.

Volteé hacía el sillón más grande donde Trudy nos miraba igual de sonriente que mamá y una enorme barriga de siete meces de embarazo. Tomé a Loreley de la mano otra vez y fuimos hasta donde mi hermana, ella intentó levantarse antes de nuestra llegada, pero lo fue imposible.

―Trudy ―dije en forma de saludo.

Estire mi mano y le ayude a levantarse para poder abrazarla o al menos intentarlo, pero inmediatamente fui ignorado para ir detrás de Loreley.

―A si claro ¿Qué te paso hermanito? ¿Por qué traes esa férula en la mano? –esperaba que mi sarcasmo lograra algo, pero mi hermana me ignoró por completo.

―Ya me contara mamá ―contestó muy burlona y se dirigió a mi chica―. ¿Así que eres Loreley?

―Sí, mucho gusto.

―Te llamare Lory ¿Puedo hacerlo cierto? ―Loreley le sonrió y afirmó con su cabeza―. Siéntense por favor, necesito un poquito de compañía, mi esposo no ha llegado y le encargué un litro de helado de chocolate..., las gemelas me están matando por esto.

Loreley volteó a verme sonriendo y yo a ella en tono de sorpresa, no tenía ni idea de esa información, estaba a punto de reprochárselo a mi hermana, pero ella me gano la palabra.

―Aún no se lo digo a nuestros padres, así que mantengan la boca cerrada ―guiño un ojo. Tomamos asiento y ella siguió hablando―. Y dime Lory, ¿Dante ha sido un buen chico contigo?

Por un momento percibí que mi novia estaba un poco distraída, pero contestó rápidamente.

―Sí, es muy lindo conmigo.

―Eso espero porque si algún día se porta mal tienes que avisarme. Yo y mi ejercito estaremos listas para atacar ―frotó su barriga mientras decía eso―, las chicas tenemos que apoyarnos Lory.

Mi novia se echó a reír y yo solamente sonreí agradeciendo que las cosas iban mejor de lo que esperaba.

Después pasamos a saludar a mis tíos y sus familias, al último nos topamos con mi tío Samael y su hijo.

―¡Muchacho! ¿Eres Dante cierto? Tenía años sin verte ―sí..., tampoco me vio en la entrada.

―Está bien tío.

―¿Y recuerdas a tu primo Sam? Hijo ya estás un poco grandecito para pedirte que saludes.

Samael, mi primo con cara de incomodidad se quitó los lentes, lo primero que note en su mirada fue la insistente forma en la que observaba a Loreley a lo que aclare un poco la garganta para llamar su atención.

Dante entre pacto y éxtasisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora