Capítulo 01.

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Entre las sabanas y el rico sabor de su piel me encontraba. Era simplemente el paraíso, donde los dos habíamos sido hechos el uno para el otro para vivir esta y todas las vidas que existan. Es mi lugar favorito. Es un lugar donde reina la felicidad, la armonía, la confianza, el placer, pero mucho más que todo eso, reina el amor.

Han pasado dos meses, dos completos meses y he aprendido mucho en todo este tiempo. He aprendido tanto a lo largo de este camino, de nuestra relación que me ha hecho mejor persona de lo que era antes de todo esto. Aprendí que ser feliz es valorar lo que tengo, a quienes tengo. Aprendí que amigo no es cualquiera si no quien lo demuestra. Aprendí que a veces tendrás que ser tu propio héroe y no esperar porque este llegue. Aprendí que las cosas comienzan a encajar con perfección absoluta cuando estamos concentrados en lo que en realidad queremos. Y por último aprendí que el amor no se elige, es él quien nos elige a nosotros.

Una etapa y luego otra van pasando y así es como funciona la vida. Un día eres un niño de cinco años corriendo por los jardines del kínder Garden y al otro ya eres un adulto que está a punto de graduarse de la universidad, es increíble. Me encuentro acurrucada entre los brazos de Justin, mientras siento sus manos apretándome fuertemente y escucho su respiración por encima de mi cabeza, sonrío llena de felicidad.
Mañana es nuestra graduación, un día sumamente esperado por todos nosotros, es un honor y una felicidad poder estar a solo pasos de culminar con nuestras carreras universitarias. Su mano vaga por la piel de mi espalda de arriba a abajo haciendo que mis ojos se cierren por la dulce caricia. Una sabana cubría nuestros cuerpos unidos en la gran cama de mi habitación. Habíamos salido con los chicos a jugar bolos esta noche, queríamos celebrar que mañana ya nos convertiríamos en profesionales de verdad. Pero tuvimos que dejar la diversión para otro día ya que a Kourtney se le subieron las copas de más y Dylan tuvo que encargarse de llevarla a casa sana y salva.

Observo una vez más mi anillo de compromiso y sonrío de pura felicidad. Es que me siento plena, feliz y sumamente completa.

—Aún no me creo que voy a ser tu esposa.—Comenté con alegría mientras sus manos acariciaban mi cabello.

Besó mi cabeza y lo escuché reír despacio.

—¿Soy demasiado partido cierto?—Lanzó una carcajada cuando vio mi rostro de seriedad.

—Eres demasiado arrogante cielo.

Con sus brazos me alzó colocándome más cerca de su pecho mientras nuestras caras se mataban con la mirada.

—Es juego mi amor.—Tomó un mechón de mi cabello que corría por mi rostro y lo colocó detrás de mi oreja.—Yo soy el que no se lo cree, yo soy el afortunado aquí. Aún no creo que dijiste que sí.

Lo miré con el ceño fruncido.

—¿Esperabas un no por respuesta?

Suspiró y se colocó de lado en la cama haciendo lo mismo conmigo para poder verlo mejor. Apoyó su cabeza en su brazo y me miró a los ojos mientras con la otra mano daba pequeñas caricias a mi brazo.

—Pensé que me dirías que no estabas lista.

—¿Y quien está listo para casarse? La verdad, nadie mi amor. Pero yo estoy dispuesta a arriesgarme contigo a lo que sea, eres el hombre de mi vida, yo no pienso esperar a nadie más, yo lo quiero todo contigo.

Me sonrió con esa sonrisa solo para mí.

—Te amo.—Susurró acercándose y besándome los labios con delicadeza.

Cuando nos separamos mi cabeza viajó a un tiempo atrás y me acordé de la vez que encontré aquel anillo de compromiso en la mesita de noche de Jaxon.

Ámame Hoy y Siempre #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora