Justin.
Me levanté realmente tarde el día de hoy, no tenía deseos de absolutamente nada. Mirando al techo de mi habitación estrujé mis ojos para lograr despertar por completo. Pensé inmediatamente en Debby, es inevitable no hacerlo y mucho más cuando estoy cabreado con ella. Tal ves me vi muy inmaduro y desesperado al no querer que ella fuera a ver a ese imbécil pero es que tengo mis razones y son perfectamente razonables. Ese mal nacido le destrozó su adolescencia de la peor manera y ahora porque el idiota quiere pedirle perdón ella va como si nada, amo a Debby con toda mi existencia pero hay veces que tengo ganas de estrangularla con mis propias manos.
Con un suspiro me levanto y voy directamente al baño, un poco de agua caliente me hará bien. Dejando caer el agua sobre mí Wendy llegó a mis pensamientos. No voy a negar que su regreso me tomó fuera de base, no esperaba que volviera así Debby me repitiera en algunas ocasiones que podría pasar. Está muy cambiada en algunos aspectos. Su pelo rubio ahora está más corto que antes y esa mirada angelical que tenía cuando la conocí ahora es ocupada por una mirada oscura. Cuando la vi sentí que moriría y no es por la emoción porque fue lo menos que sentí si no, porque algo me decía que se venían problemas para mí y para Debs. Yo amé a Wendy con locura una vez, y si estaba dispuesto a darlo todo por ella, pero eso se acabó en el mismo momento en que ella me traicionó y se fue de mi vida, ahora yo tengo a alguien mucho mejor a mi lado, mi preciosa Debs. No la cambiaría por nada ni por miles de Wendy que existieran en el mundo, Debby es única y mía, solo mía y eso es lo que me llena cada vez más de amor por ella. Envolviendo mi cuerpo en una toalla alrededor de mi cintura, entré nuevamente a mi habitación y me vestí.
Tomé las llaves de mi auto y salí del departamento. Iría a casa de mis padres, mi mamá ha querido verme desde hace unos días así que iré a visitarla al menos unos minutos. Encendí mi celular y la foto de pantalla se mostró. Éramos Debby y yo, y un suspiro salió de mi boca. No he sabido nada de ella desde ayer y la necesito pero estoy enojado y no quiero llamarla ahora, esperaré a que ella lo haga o si no, esperaré a que se me pase el enojo. Estacioné en la entrada de la casa ya que solo venía por unos pocos minutos. Salí del auto y caminé por el enorme portón adentrándome al jardín. Toqué el timbre y una sonriente Carmen me abrió.
—Que bueno que vienes y nos visitas mi niño, no sabes la falta que nos haces aquí. —Dijo abrazándome mientras caminábamos hacia el living.
—Lo sé, es solo que he estado ocupado. ¿Dónde están mis padres?
—Están desayunando en el jardín trasero. Vamos, se pondrán muy contentos al verte.
Con una sonrisa débil abracé a Carmen por los hombros y caminamos hacia el jardín trasero. Mi padre y mi madre desayunaban mientras platicaban en la mesa del comedor del jardín. Cuando me vieron acercarme con Carmen mi padre despegó la mirada del periódico y junto con mi madre me sonrió.
—Hey campeón que bueno verte por aquí. —Me saludó mi padre con una sonrisa en su rostro.
Me acerqué a mi madre y le di un beso en la frente.
—Por fin te acuerdas que tienes una familia Justin. —Me dice mi madre con voz enojada.
Ruedo los ojos y me siento en la mesa con ellos.
—Amor, por favor. —Le reclama mi padre.
—Es la verdad Jeremy. Justin no nos llama ni nos mantiene informado de su vida, simplemente anda para arriba y para abajo con Debby.
—Mamá... —Dije cansándome de esto.
—No me interrumpas Justin. —Me reprochó y realmente esto me está cansando. —Tienes tu propio departamento, eso lo sé y acepto que ya eres grande y no tienes que darnos explicación de lo que haces, pero somos tus padres, tu familia, y no puedes abandonarnos de esa manera.
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Ámame Hoy y Siempre #3
RomansTERCER LIBRO DE LA TRILOGÍA ÁMAME. Todo empieza a encajar a la perfección, solo la graduación y listos para la boda, cuando aparece una sorpresa totalmente inesperada. En esta etapa, Debby y Justin tendrán que enfrentarse a la última prueba que les...