Cinco años después.
Justin.
Es tan divertido verme en el espejo y pensar que de verdad tengo treinta años. ¡Virgen santa! ¿Cuándo pasó el tiempo? Hace unas semanas que los cumplí y me niego a aceptarlo, aunque la verdad no importa, sigo siendo guapo y aún más irresistible para Debs y eso es más que suficiente para mí.
Observo la ventana de nuestra habitación y veo como los copos de nieve caen cubriendo todo el césped del jardín, convirtiéndolo en un blanco total. Es mi época favorita, bella y tierna navidad. Termino de ponerme las botas y vuelvo a mirarme al espejo y hago muecas graciosas que parecen seductoras y me río de mi mismo.
—¡Papi, Papi!
Escuchó sus llamados y luego veo a mi pequeño campeón correr hacia mi. Lo tomo en brazos y lo hago volar por los aires antes de mirarlo a los ojos.
—¿Qué pasó campeón?—Le pregunto desordenando su rubia cabellera.
Mis mellizos ya tienen cinco años, y es tan frustrante verlos creer, quiero que sigan siendo pequeños, mis pequeños.
—La Abu Becca ha llegado y traído a la araña de Becky.
Reí por la forma de llamar a la pequeña Becky. Rebecca, mi amada suegra, se ha mudado de Seattle hasta la ciudad de Nueva York y ¿Adivinen qué?, su casa es a una cuadra de la de nosotros, y la pequeña Becky y mi muñeca Maddy son las mejores amigas, y Jake parece fastidiarle que Becky quiera robarle a su hermana.
—Jake, ya hemos hablado de eso mi amor, no llames araña a tu tía Becky.
Jake hizo una mueca de disgusto que se pareció a mi cuando hago las mías cada vez que Debs me lleva la contraria.
—Ella no es mi tía, es una niña papi. —Exclamó haciendo un puchero de enojo.
Jake aún no ha entendido que la pequeña Becky es hermana de su mami y que por consiguiente, es su tía. Pero solo tiene cinco años, lo terminará entendiendo luego.
—¿Por qué no te agrada la tía Becky?—Le pregunto aunque ya se la respuesta, es que solo me gusta escucharlo hablar. Tiene ese tono dulce pero varonil que tanto se parece a mí, es mi campeón, mi vida entera.
—Porque siempre cuando viene Maddy no me presta atención y no tengo con quien jugar. —Dijo con tono triste.
Sonreí enamorado de mi pequeño campeón.
—Quiero un hermanito papá. ¿Por qué no le dices a mami y juntos se lo piden a la cigüeña?
Me paralicé un segundo. Jake y no solo él, también Maddy, nos han pedido a Debs y a mi un hermanito, pero no es tan sencillo como ellos creen. Después que nacieron los mellizos, y pasaron unos dos años, cuando ya los pequeños no necesitaban tanto cuidado, Debby y yo intentamos tener otro bebé, muchas veces, pero ha sido casi imposible. Fuimos al médico para ver si había algo mal con alguno de los dos, y pues parece que Debby tenía problemas para volver a quedar embarazada, y no volvimos a mencionarle nada a los niños, para no ilusionarlos.
—Mamá y yo estamos muy contentos con solo ustedes dos.
Dije para ver si calmaba su curiosidad, pero cuanto me equivoco, mi pequeño campeón es igual de entrometido que su madre.
—Eso no es cierto, he escuchado a mami hablar con mi madrina Jess y ella dice que si quiere darnos un hermanito.
¿Lo ven? Es una caja de sorpresas.
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Ámame Hoy y Siempre #3
Roman d'amourTERCER LIBRO DE LA TRILOGÍA ÁMAME. Todo empieza a encajar a la perfección, solo la graduación y listos para la boda, cuando aparece una sorpresa totalmente inesperada. En esta etapa, Debby y Justin tendrán que enfrentarse a la última prueba que les...