Un mes después.
Las Islas Maldivas. Esto era más que un sueño, era una realidad y aun no lo podía creer. Mañana es la boda y hoy hemos tomado un avión hacia nuestro destino. Justin y yo no viajábamos juntos porque a las chicas se les ocurrió que Justin y yo no debemos vernos el día antes de la boda para que sea más emocionante todo esto.
Viajaba en un jet privado que el padre de Justin nos facilitó con las chicas. Justin viajaba en otro vuelo con los chicos. Hoy llegábamos a las Islas y no nos veríamos hasta mañana que es el gran día. La noche anterior Justin me había rogado que no aceptara el trato de las chicas y que no permitiera que no nos dejaran ver por un día. Yo tampoco quería, pero no quiero quitarle emoción a esto, quiero que todo sea inolvidable, así que terminé aceptando de todas formas. Las chicas habían organizado todo junto con Susanne, mi coordinadora privada para lo de la instalación en el hotel donde sería la boda. Litzie especialmente se había encargado de hacer las reservaciones de las habitaciones a centímetros cada una, quiere asegurarse que Justin no se acercara a mí hasta la mañana siguiente.
Mi madre viajará con Bryan y llegará en la tarde a las Islas, al igual que mi padre y Claudia. Había invitado a mis amigos más cercanos y a unos que no se si lo son. Le envié la invitación a Lauren y ella encantada aceptó, pero no solo a ella, también a Sarah. Sé que sonara tonto, pero ella ayudó a que este día no fuera arruinado por las malas vibras de Wendy, y aunque no lo crean, yo soy muy agradecida, y no podía dejarla fuera del paquete. Lauren y Sarah llegaban a medio día y el padre de Cameron con su esposa y su hija igual, estaba verdaderamente emocionada. Nunca antes había vivido algo así. Cuando llegamos al aeropuerto una limusina nos esperaba y me sorprendí de verla allí.
—¿Qué es esto?—Dije admirando lo brillante de esta.
Las chicas estaban de igual manera.
—Cortesía de su futuro esposo señorita Bradshaw. Por favor abordar que el hotel las espera. —Dijo el chofer.
Las chicas y yo nos miramos y gritando de felicidad nos subimos a la limusina. Dentro había una champagne y varias copas a su alrededor. La tomé en mis manos y saqué la pequeña tarjeta que contenía.
"Princesa, aquí un pequeño regalo para ustedes. Solo una copa Debs, ya sabes. Te amo y no puedo esperar para que seas mi esposa".
—¡Oh vaya, McBroom pensó en todo!—Exclamó Litzie sirviéndose champagne.
—Esta va a ser la boda del siglo Debby.—Gritó Kourtney.
Reímos y unimos nuestras copas en el centro.
—¡Por Debby y Justin, por su boda, por su felicidad!—Brindó Jessica.
—¡Salud!—Dijimos todas muertas de risa.
Observando el paisaje a mi lado, una sensación de paz y alegría me invadió. Este era un lugar precioso, el lugar perfecto para la boda perfecta. La limusina se detuvo y supe que habíamos llegado. El chofer que aún no se su nombre nos abrió la puerta con una enorme sonrisa. Las chicas comenzaron a salir y yo me detuve frente al chofer.
—¿Necesita algo Señora McBroom?
—Aún no soy la Señora McBroom. —Le respondí con las mejillas rojas y esa sonrisa de timidona.
—Lo sé, pero tengo ordenes estrictas de llamarla así. El joven Justin me dijo que así lo hiciera.
Reí negando con la cabeza. Justin y sus locuras.
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Ámame Hoy y Siempre #3
RomanceTERCER LIBRO DE LA TRILOGÍA ÁMAME. Todo empieza a encajar a la perfección, solo la graduación y listos para la boda, cuando aparece una sorpresa totalmente inesperada. En esta etapa, Debby y Justin tendrán que enfrentarse a la última prueba que les...