—Debby, nena, despierta dormilona.
Sentí que me movía despacio para que despertara pero no quería, la cama estaba muy buena.
—Vamos nena.
—Mmm, no quiero.—Me quejé volviendo a cerrar los ojos.
Escuché su risa y luego sentí su cuerpo abrazar al mío y sentí su respiración en mi cara.
—Necesito que te levantes y dejes esa pereza, Señorita McBroom y me acompañe a un lugar donde quiero que vayamos.
Tomé la almohada y cubrí mi rostro.
—¿Por qué tiene que ser ahora? Quiero seguir durmiendo.
Volví a escucharlo reír.
—Debby, ya has dormido suficiente, vamos levántate perezosa, voy a prepararte el desayuno mientras te duchas. Arriba holgazana.
Quité la almohada de mi vista y abrí los ojos acostumbrándome a la luz. Lo primero que vi fue el rostro angelical y perfecto de mi hombre quien me miraba con una sonrisa y con sus manos cruzadas sobre su pecho
—Tus hijos tienen sueño.—Dije intentando chantajearlo.
Rió a carcajadas.
—Deja de usar a mis hijos de excusa. Ya han descansado lo suficiente, vamos termina de levantarte.
Sacudió las sabanas para que de todas maneras me levantara.
—Eres un desconsiderado.—Dije divertida.—¿A dónde me llevas? ¿Es otra de tus sorpresas?—Sonreí de oreja a oreja. Amo sus sorpresas.
—Si, y esta te va a encantar. Así que si no te apuras, me iré solo y la disfrutaré yo.
Chillé levantándome de un salto de la cama.
—¡Claro que no!
Rió al verme correr como una adolescente al baño.
—Te espero abajo cariño.
Me metí a la ducha y tarde unos diez minutos en estar lista. Me vestí y salí escaleras abajo en busca de mi muy desconsiderado marido. Mi vientre es un dilema. Tengo cinco meses pero parece de ocho de tan enorme que esta, y es por lógica, tendré mellizos. Cuando llegué al comedor, Justin me tenía el desayuno listo en la mesa.
—Hmm, muero de hambre.
—Pues que bueno, porque todo esto es para ti.
Me sonrió y me abrió paso para sentarme. Justin siempre ha sido atento conmigo, pero después que me diagnosticaron la Preeclampsia lo es aún más. Me prepara el desayuno todos los días, me prepara el baño, me acompaña a todas las citas que tenga con el médico por mi embarazo o por mi tratamiento, siempre está al tanto de todo y no se ha despegado ni un segundo de mi, simplemente para ir al trabajo y cuando lo hace me llama cada hora del día.
En la galería todo esta más que perfecto. En la semana tengo varias sesiones fotográficas con varias familias que quieren un cuadro y con la ayuda de Liam y Hannah todo marcha a la perfección. Justin sigue trabajando para Bruce Lewis, junto con Cameron y Dylan pero también tiene obligaciones en la empresa de su padre, que le ha insistido en que tome la presidencia de la misma, pero Justin dice aún no estar preparado para guiar la empresa de su familia.
Litzie trabaja para la firma de abogados de su padre y ya es toda una abogada prestigiosa y toda la cosa. Kourtney continúa trabajando en el hospital de la ciudad junto a su padre y ya ha participado en varias operaciones y varios partos, es una increíble médica. Y mi mejor amiga Jessica sigue dando clases en el mismo colegio donde siempre ha trabajado, pero ahora le han subido el sueldo y está a la mar de contenta.
ESTÁS LEYENDO
Ámame Hoy y Siempre #3
RomanceTERCER LIBRO DE LA TRILOGÍA ÁMAME. Todo empieza a encajar a la perfección, solo la graduación y listos para la boda, cuando aparece una sorpresa totalmente inesperada. En esta etapa, Debby y Justin tendrán que enfrentarse a la última prueba que les...