Capítulo 22.

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—Yo te ayudo papá, soy experta en hacer nudos de corbata.—Dije divertida.

Estaba en mi departamento ayudando a mi papá con el vestuario y con sus nervios también. En poco menos de una hora se casa y está hecho un lío.

—Papá, debes tranquilizarte porque si no te dará un infarto a los cuarenta.—Reí al ver su cara cuando dije su edad.

—Debby hija, la última vez que subí a un altar tenía unos veintipico de años y tu eras apenas una bebé.—Rió.—Estoy que me como las uñas, no se lo que tengo que hacer.

Terminé con el nudo y me alejé de él para mirarlo mejor, se ve muy guapo.

—Papá, estás muy guapo y todo va a salir bien, así que relájate y disfruta de esta nueva oportunidad que la vida te está dando.

Mi mamá había llamado la noche anterior para felicitar a mi padre por su compromiso, se excusó al no poder asistir porque Bryan tiene mucho trabajo y su embarazo está muy avanzado para viajar en avión.

Mi padre le agradeció el gesto y le deseo suerte con el embarazo. Al fin y es lo que creo que es, mi padre ha sabido despegar sus alas fuera de la vida de mi madre, y aunque en parte me duela porque sé que jamás volverán a estar juntos, me emociona saber que los dos han encontrado su otra mitad, y que son realmente felices.

—¿Ya nos vamos?—Preguntó mirándose al espejo una vez más.

—¡No, espera!

Corrí hacia el sofá donde un pequeño ramillete de una rosa blanca se encontraba. Me acerqué a él y la coloqué a un lado de su saco.

—Ahora sí, ya estás listo.—Le sonreí abiertamente.

Mi padre se vio por última vez en el espejo y me sonrió.

—Estoy muy feliz de que hayas aceptado a Claudia como parte de la familia y como mi esposa hija.

Hice una mueca divertida.

—Todo por ti papá, tu siempre has estado ahí para mi, en todo momento y en cualquier situación, mi deber es apoyarte y ser feliz por ti, como siempre tu has sido feliz por mi.

Me atrajo a sus brazos y nos unimos en un necesario y fraternal abrazo. Me separé antes de comenzar a llorar.

—Bien, vamos, Claudia debe estar ansiosa y tu debes llegar primero a la iglesia.—Dije tomando las llaves del auto.

Hoy llevaría yo misma a mi padre a la iglesia.

—¿Claudia dónde está?

—Jessica está con ella en su casa, tranquilízate y vámonos papá.

Reí al verlo tan nervioso y salimos del departamento rumbo a nuestro destino. Mientras conducía no dejaba de pensar en Wendy y en nuestra conversación de ayer, en su actitud y su preocupación cuando me vio sangrar, la verdad es que necesito volver a hablar con ella y no sé como lo haré.

Miré a mi padre y le sonreí al verlo mirar por la ventana nervioso, es todo un show verlo así. Justin y yo habíamos tomado la decisión de no decirle a nadie sobre mi incidente de ayer, no quería preocupar a nadie y por suerte y gracias a Dios, nada pasó a mayores, así que es mejor no contar de eso a nadie.
Estacioné frente a la iglesia y salí primero para abrirle la puerta a mi papá, que rió a carcajadas por mi gesto tan gentil y caballeroso. Entramos a la iglesia y mi padre saludó a unos cuantos amigos para dirigirse al altar a esperar a su futura esposa. Yo me quedé en la puerta, pues tenía que esperar a Jessica y a Claudia.

Kourtney y Litzie se me acercaron muy contentas. Estaban muy hermosas y la felicidad de ambas era contagiosa.

—¡Qué bella estás Debby!—Gritaron las dos al unísono.

Ámame Hoy y Siempre #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora