Ámame Hoy y Siempre #3

Capítulo 20.

Los rayos del sol entraban silenciosamente por la ventana haciéndome abrir los ojos lentamente. Escuché su respiración en mi cuello, suave y lenta sobre mi oído. Estaba de espaldas a él y sus brazos me apretaban contra su pecho. Observé la hora en el despertador y eran las ocho y media de la mañana, tenemos una cita con mi ginecóloga. Me senté de golpe en la cama y desperté a Justin de inmediato.

—¿Qué sucede princesa?—Preguntó con voz ronca y rostro de dormido.

—Tenemos una cita para la ecografía del bebé y se nos hace tarde. —Me puse de pie rápidamente.

Justin sonrió y se acodó mucho más en la cama.

—¿Qué haces? Justin de verdad se nos hace tarde. —Hablé desesperada buscando una toalla limpia para darme una ducha.

—Ven aquí. —Me llamó aún con esa sonrisa.

Fruncí el ceño y me crucé de brazos, ¿es enserio?.

—¿Qué? Ahora no Justin, sal de esa cama y date prisa. —Comencé a buscar algo de ropa en una de las pocas cosas que traje ayer.

Tengo que traer todas mis cosas para instalarme por completo, hoy pasaría por el departamento a recoger lo que me falta.

—Vamos nena, ven aquí. —Volvió a insistir.

Lancé un suspiro y caminé hacia él, sabía que no dejaría de insistir si no hacia lo que me pedía.

Me acosté boca abajo cerca de él mirándolo con las cejas levantadas.

—¿Qué quieres?—Dije tratando de sonar ruda pero se escuchó demasiado gracioso.

Tomó mi rostro en sus manos.

—Que lindo es despertar contigo mujer, y en nuestra casa.

Me puse blandita al instante. Sonreí enamorada.

—Es usted un romántico, Señor McBroom.

Rió besando la punta de mi nariz.

—Tu me haces serlo.

—Bien, Señor Don romántico, venga a darse una ducha, tenemos una cita importante.

Nos duchamos y después nos vestimos para bajar a desayunar. Justin estaba empecinado en que fuéramos a casa de sus padres para invitarlos a que nos acompañaran a la primera ecografía del bebé, yo no estaba muy de acuerdo, pues porque Paty me odia a morir.

—Mi amor, dejemos lo de hablar con tu mamá para después. —Lloriqueé mientras íbamos de camino a la casa de sus padres.

—Nena, es mejor que ustedes dos solucionen lo que sea que tienen de una vez y por todas.

Negué.

—Se supone que hoy iba a ser un día feliz porque conoceríamos a nuestro bebé, pero estoy segura que tu madre lo echara a perder con sus comentarios innecesarios.

—Vamos a intentarlo, no perdemos nada.

Suspiré en derrota, ya estaba estacionando en el jardín. Salí del auto quejándome mientras Justin me halaba del brazo muerto de risa obligándome a caminar. Tocó el timbre y yo intenté escapar corriendo pero me atrapó lanzando unas cuantas carcajadas de lo graciosa que me veía.

—Justin, Debby, que alegría verlos mis niños, pasen. —Nos invitó Carmen.

Justin me arrastró conteniendo la risa hacia el living donde se encontraban sus padres. Jeremy al vernos se paró a saludarnos y Paty se quedó en su mismo lugar.

—Hijo, no sabía que llegaban hoy de luna de miel. —Dijo Jeremy con una sonrisa en su rostro. —Debby, preciosa estás radiante.

—Gracias Jeremy. —Le sonreí.