Capítulo 21.

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Hoy era el primer día de trabajo de Justin y yo como su esposa estaba muy emocionada por él. Nos habíamos levantado temprano, yo también tenía que ir a la biblioteca, cosa que a Justin no le hizo muy feliz, está vuelto loco que renuncie de una vez y por todas.
Se estaba vistiendo y yo lo estaba ayudando, por ser su primer día de trabajo tiene que dar una muy buena impresión, aunque Justin siempre da buena impresión, aunque vaya en calzones.

—No quiero que sigas yendo a la biblioteca, no necesitas trabajar Debs.—Me dijo mientras se hacía el nudo de la corbata.

Fruncí el ceño.

—No me vas a mantener, ni se te ocurra.—Suspiré.—Ven aquí, déjame y te ayudo.

Se acercó a mi para ayudarlo con el nudo de la corbata.

—Debs, ya hemos hablado de esto, tu sueño es tu galería de artes y...

—Y mientras aún no encuentre el lugar para hacer realidad ese sueño, me quedaré en la biblioteca, no por el dinero, simplemente porque me ayudará a despejar la mente.

—Estás embarazada Debby, no quiero que estés trabajando.—Se quejó.

Terminé de atar el nudo de su corbata y me alejé con una sonrisa.

—Hablaremos de esto después, ahora déjame prepararte el desayuno para que empieces tu primer día con todas las energías.

Rió y salí de la habitación, bajando las escaleras para dirigirme a la cocina. Justin bajó minutos después, peinado y reluciente, es que es todo un adonis griego.

—¿Por qué me miras así?—Preguntó divertido.

—Pues porque tengo un esposo muy guapo.—Dije de forma sensual.

Justin rió sentándose en el taburete de la cocina mientras yo le colocaba el desayuno. Me senté a su lado para desayunar con él.

—Mi madre me llamó a noche, quiere que vayas a verla hoy, quiere platicar contigo.

Fruncí el ceño mientras metía un pedazo de manzana a mi boca.

—¿Qué quiere platicar conmigo?

Justin se encogió de hombros.

—No lo sé.—Se limpió las comisuras de su labio con la servilleta y se puso de pie.—Tengo que irme cariño, nos vemos más tarde.

Se acercó y depositó un dulce beso en mis labios.

—Toda la suerte del mundo hoy mi amor.—Dije dandole cortos besitos.

Justin sonrió en medio del beso.

—Gracias por el desayuno, estuvo delicioso.—Tomó su maletín de trabajo y se dirigió a la puerta para salir.—¡Te amo!—Me gritó antes de cerrar la puerta.

Reí totalmente enamorada y corrí escaleras arriba a darme una ducha, tengo cosas que hacer. Después de vestirme terminé de ordenar un poco el departamento y salí rumbo a mi trabajo. Mi padre me había llamado la noche anterior felicitándome una vez más por los mellizos, él está igual de entusiasmado que todos. Su boda ya es mañana y está de unos nervios terribles, y para mi es muy divertido, porque nunca había visto a mi padre tan desesperado y muerto de miedo por algo, es lo más adorable, tengo al mejor papá de todos.
Cuando llegué a la biblioteca Marie y Paul me llenaron de preguntas sobre mi luna de miel y pues le conté todo, excepto los detalles que no son acto para todo público. Les conté lo de los mellizos y se pusieron como locos, fue divertido.

—Debby, necesito que me ayudes a sacar la nueva mercancía.—Me comunicó Marie.

—Por supuesto.

Ámame Hoy y Siempre #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora