Capítulo 15.

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Me desperté en los brazos de mi romeo quien aún yacía dormido como un bebé. Sonreí y me moví solo un poco para poder mirarlo desde un mejor ángulo.
Sus párpados estaban cerrados y podía escuchar su respiración suave y lenta. Una de sus manos estaba tendida en mi estómago dulcemente y su cabello rubio se encontraba revuelto sobre la almohada. Suspiré. Es que estoy verdaderamente loca por este hombre, que ya puedo llamarlo mi esposo.

Se movió un poco pero no despertó. Tomé el celular de la mesita de noche y observé la hora. Eran las diez de la mañana y Justin y yo tenemos que tomar un avión en dos horas. Lo miré una vez más y no quería despertarlo, se veía realmente como un ángel y se merece descansar. Me levanté despacio y envolví la sabana en mi cuerpo dirigiéndome al cuarto de baño.
Encendí la ducha y dejé que la bañera se llenara colocándole jabón de espuma para que la llenara. Sentí unos brazos rodearme y unos labios depositar un dulce beso en mi cuello. Me di la vuelta y me encontré con mi esposo en bóxers y con cara de adormilado.

—¿Qué haces aquí? Te dejé descansar porque te veías realmente cansado.

Me sonrió y me apretó a sus brazos.

—Claro que estaba cansado, no me dejaste de toquetear toda la noche, eres una salvaje. —Dijo con una sonrisa pervertida en su rostro.

Golpeé juguetonamente su pecho.

—Tú eras el que no me dejabas en paz. —Me defendí siguiéndole la corriente.

—Debs, no te hagas la dura, estamos solos, puedes aceptar que eras tú la que no quería parar.

—¡Eres un tonto!—Golpeé su pecho una vez más moviéndome para salir de sus brazos.

Me tomó en brazos besando mis labios peligrosamente.

—Me encanta cuando te sonrojas, me hace desearte más. —Me sedujo como todo un adolescente.

Negué con la cabeza y me solté de su agarre.

—Ya soy tu esposa, respétame. —Dije tragándome una carcajada que amenazaba con salir.

Entró a la bañera y levantó la vista hacia mi.

—¿Me hablas de respeto cuando la noche anterior no parabas de pedir más? ¡Dios me ha bendecido con la mejor esposa del mundo!

—¡Te odio!—Le grité lanzándole agua de la bañera.

—¡Yo te odio más!—Me gritó con una sonrisa.

Y me haló de una mano lanzándome encima de él sacando la mitad del agua con espuma fuera de la bañera. Risas y carcajadas era lo que se escuchaba en este cuarto de baño y es que yo no puedo ser más feliz, esté en donde esté, si Justin está a mi lado yo seré siempre la mujer más feliz de todas.

Minutos más tarde nos encontrábamos en la bañera tomando un baño con espuma. Justin se encontraba abrazado a mi espalda mientras dejaba pequeños besos en mi hombro. Yo tenía mi espalda sobre su pecho mientras jugaba con nuestras manos unidas en la espuma.

—¿Sabes?—Comenté después de varios segundos en silencio.

—Mmmm. —Murmuró sin dejar de besarme el cuello.

—Me llenó de mucha alegría ver a tú madre en nuestra boda, sé que era importante para ti que tu ella estuviera presente.

Justin sonrió mientras mordía el lóbulo de mi oreja.

—Fue una sorpresa para mí. Estaba esperándome en el altar antes de que llegaras y ella entró a la playa del brazo de mi padre y yo no podía creerlo, realmente se olvidó de su terquedad un momento y lo aceptó.

Ámame Hoy y Siempre #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora