Ámame Hoy y Siempre #3

Capítulo 18.

En la mañana Justin y yo habíamos dejado el yate para dirigirnos a otro lugar de ensueño. Una casa de campo lo bastante preciosa para no querer dejarla nunca.
Estaba en la habitación más amplia e iluminada de la casa, que sería nuestra habitación hasta que terminemos nuestra estadía en este lugar. Un enorme cristal cubría las paredes dejando ver lo precioso del paisaje. El agua del mar es de un color mucho más oscuro en un lado y mucho más claro en otro, es precioso. Dejo el equipaje y bajo a la planta baja en busca de Justin. Cuando llegamos nos recibió una mujer muy amable que gracias a Dios habla nuestro idioma a la perfección y pues nos comunicó que sería la encargada de cualquier cosa que necesitáramos.
Salí a la alcoba sumamente amplia y busqué con la mirada a Justin. Se encontraba hablando por teléfono de espaldas y se veía un poco alterado.

—¿Cómo es posible Victor? No pueden dejarla fuera simplemente por falta de más pruebas. — Gritó exasperado.

Fruncí el ceño.

—¡A la mierda los oficiales esos y el cabrón del juez! No la pueden dejar en libertad. — Suspiró. —Si, lo entiendo, no, por supuesto que no, Debby no debe saberlo. Llámame si pasa algo más, yo cuidaré de mi esposa.

Me crucé de brazos demasiado enojada. Al dar la vuelta se asustó al verme.

—Debs, me has pegado un susto. —Respiró sonoramente.

—¿Qué es eso de lo que no puedo enterarme?

Justin masajeó su frente, se le veía realmente cansado.

—Wendy, ha salido en libertad bajo fianza.

No puede ser.

—No entiendo.

—Yo tampoco lo entiendo pero estoy seguro que su padre tiene que ver en esto. —Dijo seguro.

—¿Su padre?—Pregunté confundida.

—Si, el padre de Wendy es un hombre con muchas influencias, el debió de mover sus contactos para sacar a Wendy de la cárcel.

Asentí restándole importancia ya al problema de Wendy y sus estupideces. Levanté la mirada y lo miré a los ojos con enojo.

—¿Por qué tu y mi padre querían ocultármelo?

—Debs... —Intentó acercarse pero lo rechacé. —Nena, no te pongas en ese plan, solo queremos protegerte.

—¿Protegerme? ¿Se supone que ocultándome que Wendy salió en libertad es protegerme? Por Dios Justin, no me pueden mantener al margen de algo que me puede lastimar.

Se acercó a mí acariciando mis hombros.

—Tanto tu padre como yo solo queremos velar por tu bienestar y el de nuestro hijo.

Me solté de su agarre.

—Tu y mi padre se han olvidado que soy una adulta y que no tienen derecho a ocultarme así las cosas. —Lo miré apretando mi labio inferior. —No soy una niña, así que paren de tratarme como a una.

Y lo dejé solo subiendo las escaleras de la casa de campo hasta nuestra habitación. Cerré la puerta con seguro y me lancé a la cama hechando una rabieta. Me enoja bastante que quieran ocultarme las cosas, y más si se trata de Wendy, no me pueden mantener en el silencio sobre los pasos de ella.