Capítulo 02.

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En la vida hay situaciones en las que aprendemos cosas que creíamos imposibles o inexistentes. Por ejemplo yo. He aprendido mucho más el valor de las personas que tengo a mi lado. Pasé años en los que para mí mi madre no era nada, en donde los únicos sentimientos que podía sentir por ella era desprecio, y que habían días en los que me odiaba a mi misma por sentir esa clase de emociones hacia la persona que me dio la vida. Pero aprendí a perdonarla, a olvidar el pasado, a seguir adelante y no puedo estar más feliz y orgullosa de mi decisión, ahora mi madre es una buena mujer, y intenta ser la madre que una vez no pudo ser, y estoy feliz con eso.

El horrible pasado con Parker fue también una de mis lecciones. Vivía con ese dolor y esa rabia dentro de mí que me destruían cada vez más, y yo nunca pensé llegar al punto de perdonarlo, pero lo hice, lo perdoné porque si no lo hacía seguiría llevando mi pasado conmigo, y mi presente y mi futuro seguirían manchados con los horrorosos sucesos que ya no importan. A veces pensamos o decimos que no haremos alguna cosa o que no perdonaremos a equis persona por algún daño que nos han causado, pero con el paso del tiempo lo único que nos queda es perdonar, y si supiéramos el alivio y la grandeza del perdón, lo haríamos siempre.

La mañana siguiente estuvo definida en: Levantarse, bañarse, arreglarse, desayunar y llegar a la universidad lo más rápido posible.

Hoy es el gran día, nuestra graduación.

Hoy estoy más nerviosa que todos los que se graduarán. Al Decano Rogers se le ocurrió la brillante idea  y cuando hablo de brillante no lo es en absoluto, de dejarme a mí el cargo de hacer el discurso final en público para todos. ¿Qué al Decano no se le pasó por la cabeza que me graduaré de arte y no de periodismo?, estos son los momentos en que deseo no tener una de las mejores calificaciones de la universidad.

Tengo náuseas y eso que aún no he subido al estrado, me estoy mareando y no es broma. Todos caminan hacia el enorme campus de la universidad a tomar sus asientos porque pronto darán inicio al acto. Yo estoy que me muevo de un lado a otro volviendo locas a las chicas que no dejan de mirarme con desaprobación desde que llegué.

—¿Puedes parar ya Debby? Lo vas a hacer perfecto, eres muy buena nena, deja de perturbarte tanto.—Expresó Kourtney con dulzura pero a la vez perdiendo la paciencia.

—Es que no puedo, siento que me dará un ataque frente a todos, no, simplemente no puedo hacerlo.—Comencé a caminar nuevamente de un lado a otro.

—Nena, si sigues pensando así te pasara exactamente eso, tienes que pensar positivo, eres muy inteligente Debby, utiliza esa inteligencia para calmarte un poco.—Comentó Jessica dándome ánimos.

Bufé enojada conmigo misma, debo calmarme, tranquilizarme, pero es que simplemente no puedo.

—Yo ya sé lo que haré para que te calmes.—Dijo Litzie tomando su celular y marcando un número.

—¿Qué estás haciendo?—Pregunté sin entender.

—Estoy llamando a Justin, él es el único que te puede tranquilizar.—Suspiró.—¿Hola? Justin, mira cariño si estás en el campus por favor antes de que comience el acto ven donde tu novia que está llena de nervios y no nos escucha ni a mi ni a las chicas y ya nos está sacando la poca paciencia que tenemos, tu eres el único que puede calmar esta fiera.

Litzie es tan exagerada a veces, pero sí, tiene razón, lo necesito. Colgó la llamada y me miró a los ojos.

—Tu príncipe viene enseguida.—Me guiñó un ojo.

Pasé mis manos por mi rostro una y otra vez, en que me he metido Dios mío. El color de nuestras batas es un azul cielo y es hermoso, todo el campus se ve florecido con este color. Miré el pasillo y vi a Justin correr hacia mí sumamente decidido. Cuando se detuvo a mi lado, pude observar esos ojos que tanto amo, brillar de esa manera tan perfecta. La bata azul y su gorro de graduación le quedan de infarto, creo que me he enamorado un poco más de este hombre.

Ámame Hoy y Siempre #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora