capítulo 24

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5 meses mas tarde...

Otra ves pusieron ese líquido frío en mi estomago.

—mmm, todo se ve bien– me dice la enfermera.

Sebastián mantiene una mirada neutra, mientras mira la pantalla donde debe de estar los niños.

—¿ya sabe que pronto dara a luz?, tengo que llevarla a la sala de cesáreas para poner una fe...– la interrumpo.

—¡No!–grite     —no, no, no y no, tengo que tener un parto natural.

—Pero, señorita es arriesgado...

—No me interesa, tiene que ser así.

—¿Su esposo esta de acuerdo?– yo me pongo a buscar a mi esposo y ella mira a Sebastián como si el lo fuera.

—Si es lo que ella quiere– se encoge de hombros.

Últimamente Sebastián a estado muy raro, más conmigo, En el trabajo ni me habla

—Vuelvo en un segundo– sale la enfermera,  nos deja a mi y a Sebastián solos.

—Sebastián...

—Voy a fuera– sale dejándome con la palabra en la boca.

A veces no se que pensar, Sebastián dice amarme, pero lo rechaze, desde entonces no es el mismo, Ya no hablamos, no dormimos juntos, nunca estamos juntos y Sebastián ahora dice que tengo que comprarme lo que voy a comer, es raro vivir con él.

Me sentia sola, tengo frio, hambre, En momentos así ahí que cantar.

—Sol que da furgón con su brillo fiel...

—Listo señorita– y que es ¿nadie puede cantar ahora?

—Gracias, disculpe  ¿A visto al hombre que andaba conmigo?

—Si, lo vi irse, dijo que tenia cosas que hacer– habla despacio pero cada palabra que decia me chocaba.

¿Me abandonó? Aun no me lo creo, la unica persona que tengo y me deja días antes de navidad.

—Mañana tiene que volver para su consulta y después le diremos si puede tener un parto natural de mellizos.

—Gracias– me levanto y salgo cabizbaja.

Ahora iré a pié porqué no tengo dinero para un taxi, tengo qué ir caminando, tal ves enamoré a alguien para que me lleve, pero con esta panza qué no me deja caminar, no creó que me lleven.




Me rindo, camino lento, me cansé, me sente en una banca, Veo a un chico acercase corriendo.

Me sorprendo al ver a Isaías, llevaba puesto unos pantalones negros, una camisa color menstruación y un chaleco del color del pantalon.

—Hola– me saluda.

—Hola– lo saludo de vuelta.

—¿Que haces aquí?

—Acabo de salir del hospital, y... Sebastián me dejo– me encojo de hombros algo ¿triste?

—Lo siento– se sienta a mi lado     —¿no quieres que te lleve?, Digo, si quieres, tengo unos minutos libres antes de entrar a trabajar– sonríe nervioso.

Tengo que pensar bien mi respuesta ya que un si se dice de muchas maneras, nunca diría que no con este frío y hambre que tengo.

—Si– me apresuró a decir.

—Bien, camina– se levanta.

Caminamos hacia un auto del mismo color que su camisa, al parecer le gusta ese color.



Íbamos en un aura muy silenciosa pero no era incómodo, estaba la radio, estaba loca por cambiarla, la canción es horrible, es como del año 1 antes que Cristo.

—Y... ¿donde vives?– pregunta despues de ya mucho tiempo.

—Si no sabes donde vivo ¿porque no preguntasta antes?

—Se me olvidó

—¡llevamos horas en el camino! ¡Casi es de noche!– grito.

—Bueno ahora me das la dirección y llegamos...

Le di la dirección de la casa de Sebastián, al llegar estan los bomberos y ahí mucho humo en la casa.

Salgo apresurada del auto, dentro de esa casa esta el idiota que dio el espermatozoides

Entro corriendo, hay mucho humo, viene de la cocina, Veo a Sebastián y me sorprendo el estaba ¿cocinando?

—¡¿que paso?!

—Sorpresa– sonríe.

—¡que!

—Mañana es navidad y yo... ¿quieres venir a la casa de mis padres?

—¿Que?

Su casa sus padres, mi vestido se quema ¿¡mi vestido se quema!?








Hola...

Recuerden esta chica tiene instagram.

¿A quien se imaginan como la escritora? Lo sabran si me buscas.

Patricia

La Secretaria De SebastiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora