capítulo 30

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Hoy a sido el peor de mis días.

Las contracciónes se hacen presente más amenudo, ya no puedo ni caminar, los últimos días Sebastián a estado más tiempo en la oficina que en el apartamento, eso significa que estoy sola en esto.

Me levante lo más rápido que pude al oír el timbre, al abrir veo a la vieja esa.

— Oigame si quiere azúcar...

— Te traje pastel – me lo extiende.

— Gracias – digo realmente sorprendida, quiero llorar, esta mujer lleva desde que me mude pidiéndome la azúcar pero  nunca, NUNCA me dio ni un pedazo.

— No es nada, espero que eso compense todos esos años de pedir tú azúcar– se disculpa y puedo notar lo apenada que esta.

— No es problema – y con eso cierro la puerta.

Desperté por el sonido de la alarma,

Sabia que no era posible que la vieja diga eso.

Mire a la ventana, vi que ya amaneció, Sebastián aún no llega, vi a su lado y no estaba, su lugar estaba intacto.

Curiosidad y temor se forma en mi.

¿Se habrá arrepentido?

¿Me habrá engañado?

¿Se fue para no volver?

Muchas preguntas se hacian presentes en mi mente, todas tenian su respuesta.

Tome mi teléfono, marque el número de Sebastián y al instante este me mando al buzón.

Mierda

Lo intente unas 7 veces y no contestó.

Bien, el se la buscó.

— Sebastián estoy en el apartamento a punto de dar a luz cuando escuches este mensaje llamame – Sonreí con malicia.

Me encontraba de espaldas a la cama aún esperando a Sebastián.

No se donde paso la noche ese pendejo quizás con otra no lo se, no voy a sacar conclusiónes sin antes esperar que dirá en su defensa.

— ¡Tranquilo pelotero papi esta aqui! – grito Sebastián desde la entrada   — Laura escuche tú mensaje – hablo apresurado al entrar en la habitación ¿laura?

Yo no me moví de mi posición a espaldas, sentí su brazo apresurarse a tocar mi hombro, entonces hay  hable para que se detenga.

— ¿Con quien estabas anoche?

Fui directo al grano,  el no respondió, me volte a verlo y su cara estaba neutral, entonces volví a preguntar

— ¿Con quien carajos pasaste la noche Sebastián?– me empezaba a alterar.

Otra ves se quedo en completo silencio, sentí mis ojos llenarse de lágrimas a punto de salir.

— ¡Responde! – grite y las lágrimas salieron como mares

— No puedo decirte donde estaba – hablo bajo casi como un murmullo.

— ¿Por qué? – mi voz se estaba cortando.

No respondió solo me miro sin moverse de su lugar.

— Porque no creo que sera sorpresa – y salio de la habitación.

¿Me estara engañando?

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— Hola – salude un poco desanimada.

— Vamos ¿con ese animo traeras a tus hijos al mundo? – rie la doctora.

— Creo que si – me encogi de hombros.

— ¿Has tenido contracciones?

— Si...

—¿Sabes que significa?

— Creo que si...

— Serás mama

Esas palabras retoman en mi mente.

¿Y si Tal ves ya no quiero ser mama?


Hola

El próximo capitulo lo narrará sebastian

¡Adiós!

Patricia

La Secretaria De SebastiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora