Capítulo 31. Confesiones.

3.7K 230 10
                                    

Llegamos a casa después de la escuela y yo estoy muy nerviosa por qué no sé de qué forma soltarle la bomba a mi mejor amiga, no es como si sólo tuviera que decir: "Hey, resulta que tu padre- al cual no conoces- es un Dinastic, y tú una Prodín, así que eres inmortal y tienes algunos poderes no descubiertos, la vida que conoces está por cambiar, pero descuida, no es la gran cosa".
Eso suena mal incluso en mi cabeza, debo tener tacto, pero a quién engaño, soy pésima teniendo tacto.

Me tallo los ojos con fuerza. No tengo idea ni de cómo comenzar.

-¿Estás bien Liz?- Cloe me queda viendo con preocupación.

-Sí, es sólo que...- ella frunce el ceño - De acuerdo- rezongo- no estoy bien.

-¿Es sobre lo que pasó ayer?- coloca una mano sobre su pecho, específicamente al lugar donde le dieron el disparo.

-Siéntate, por favor - señalo al sillón.

Se sienta ansiosa y yo tomo asiento frente a ella.

-Es complicado y necesito que me entiendas, que mantengas la mente abierta- ¿No pude haber dicho algo menos cliché?

-Emmm, me estás asustando, si alguien quiere matarme, sólo dilo, no voy a enloquecer, y podré tener más cuidado- mueve sus manos sobre su regazo con nerviosismo.

-No, no se trata de eso específicamente, no sé qué pasó anoche, pero tengo una hipótesis y todo tiene un origen. Entiendo que estés confundida por la herida que curó tan rápido.

Asiente.

- A decir verdad no pude concentrarme en clases pensando en una posible explicación.

-Te aseguro que no es nada de lo que estás pensando.

-Por lo que asumo que no nos secuestraron y lavaron nuestros cerebros plantando imágenes irreales para hacernos perder la cabeza como una mala broma.

Río un poco y eso parece relajar el ambiente.

-Nope, esto va más allá de ayer y de una simple broma. Esto se trata de tu vida. Incluso antes de tu nacimiento.

Ella da un asentimiento para que continúe.

-Se trata de tu origen- me acerco un poco a ella, como si fuera una bomba que tuviera que desactivar, como si tuviera que cortar el cable rojo con un cuchillo para la mantequilla - ¿Qué sabes sobre tu padre, de tu verdadero padre?

-Poco y nada- sus ojos se abren por la mención del hombre que le dio la vida.

Ahora es mi turno de asentir.

-¿Cuál es su nombre?

-Yo...- apriera los ojos- no lo sé, el tema de papá parece ser un secreto de Estado para mi madre, lo único que me ha dicho siempre es que él nos abandonó, que nunca quiso saber de mí, fue su mayor arma para cuando la hacía enfadar, pero nunca nada más escapó de sus labios.

Aprieto los labios.

-¿Ni siquiera conservas alguna foto?

-¡Ni en fotos he visto al hombre! Ni tengo una idea de cómo pueda ser nada, es como si nunca hubiese existido, y para colmo me parezco a mi mamá, cabello rubio, labios rellenos, su estatura, su complexión. TODO. Nunca hubo una pista para mi imaginación.

-Otra pregunta. ¿Has visto a tu madre envejecer?

Abre la boca.

-¿Qué? - parpadea- mi mamá aún es joven, me tuvo a muy temprana edad, si te refieres al hecho de que si han aparecido algunas arrugas en su cara e incluso canas en su rubio cabello- niega con la cabeza con una sonrisa - para su desgracia, sí, han aparecido, a ella le preocupa demasiado el tema del envejecimiento, créeme.

BrujaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora