Cloe está sentada a mi lado haciéndome preguntas sobre anoche.
—No puedo creer que le hayas dado mi dirección.
— Es que Gabbe habló y... Bueno, no me pude negar— Frunzo el ceño— ¿preferirías que fuera Alex a quien no me negara?
Me río con disimulo.
— Eso no te exime de que anoche haya llegado a mi puerta con esos aires de "Señor Perfecto " que tanto lo caracterizan.
— ¿En serio acabas de decir eso? ¿Señor Perfecto? — me encojo de hombros y ella se ríe negando con la cabeza como diciendo "¿Qué vamos a hacer con esta loca?"— vamos, te he hecho un favor, y aunque no lo digas, yo te contesto "De nada, para eso estamos las amigas".
Me preocupa la actitud de Alex hoy, si va a venir insufrible, si me va a ignorar, o si el beso significó alguna especie de tregua para él. Como sea, yo estuve pensando toda la noche acerca de eso, para mí, el beso no fue más que otro que agregar a mi lista, ni siquiera estuvo tan bueno.^mientes con todos los dientes ^ —dice la voz en mi cabeza, esa voz es la Felissa ingenua y sincera (por no decir bocona) de hace doscientos años, una parte de ella sigue en pie y no se rinde— como decía, el beso ni siquiera me gustó, y lo que él haya sentido me vale, pero más vale que no traiga esa actitud de chulito, porque entonces le daré una buena cachetada ¿y si me ignora? ahí no puedo darle una cachetada— aprieto los labios —¿y si no le gustó el beso? ¿y si hoy se burla de mí por haber caído tan fácil? No tengo tiempo de seguir pensando porque Alex irrumpe en la habitación y su postura denota confianza, como siempre, la única que se ha vuelto insegura soy yo, qué patética. Alex me voltea a ver y sonríe, pero no con una de esas sonrisas que hago yo siempre que veo a cualquier persona —mecánica y vacía —sino como la que estoy reprimiendo con todas mis fuerzas en este momento — sincera y cargada de emociones — su sonrisa es perfecta, hermosa ¿por qué no sonríe más seguido? Si lo hiciera las chicas le aventarían su ropa interior por los pasillos.
— Vaya—6Cloe se inclina en su asiento y me habla al oído — si supuse que las cosas habían ido bien al verte, viéndolo a él me aseguro de que han ido...de maravilla...demasiado. De nada— dice petulante.
Alex llega hasta nosotras y se recarga sobre mi escritorio, baja la cabeza hasta que nuestras miradas se encuentran y se inclina, se inclina, hasta que sus labios están a pocos centímetros de los míos.
— Buenos días, Felissa— dice en un tono bajo y seductor. Algo dentro de mí tiembla y aprieto las piernas. Entonces se acerca más y me da un beso en la comisura de los labios, me siento tentada a girar un poco mi rostro para que tenga un mejor acceso a mis labios, pero no quiero que luego se vaya a burlar o así, tengo que ser precavida.
—Alex— asiento, y es lo único que alcanzo a pronunciar.
Se levanta y se dirige a Cloe.
— Buen día Clo. Gracias.
Ella asiente y sonríe.
— De nada, cuando quieras, oh, te pasaría su número, pero creo que ya lo tienes.
La fulmino con la mirada. Rayos, ya había olvidado lo de los mensajes.
Su expresión se vuelve de disculpa.
— Ups, lo siento.
Alex se sienta a mi lado en el lugar donde habitualmente se sienta Lucas, quien en este momento está entrando al salón. Fulmina a Alex con la mirada.
— Alex— es lo primero que dice Lucas—¿por qué no te buscas otro lugar? Aquí no eres bien recibido. —Señala en mi dirección.
— Entonces que me lo diga ella, no tú, llevo un buen rato aquí sentado y no me ha corrido.
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Bruja
Teen FictionAcostumbrada a una vida de poder, Felissa sabe que puede controlar todo cuanto le rodea, a excepción de una cosa: libertad total, y cuando la oportunidad se le presenta, no dudará ni un segundo en lanzarse sobre de ella, no vive encadenada ni mucho...