Capítulo 7. ¿Qué me has hecho? ¥Alex¥

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ALEX

Gabbe quiere ir a Joey Markville  a cenar, yo lo uso como pretexto para librarnos de Jen esta noche, sin embargo ella se apunta en los planes, así que los tres vamos al restaurant, al llegar, Jen sale con que le duele la cabeza, así que tendremos que pedir para llevar, Gabbe hace un mal gesto, se nos ha aguado la noche. Mi amigo y yo bajamos del coche y Jen decide quedarse.

—Cada vez está más difícil —se queja Gabbe.

Meto las manos dentro de mi chamarra.

—Claro, tal vez quieras ayudar con eso—le lanzo una mirada de "tú ya sabes qué hacer".

—¿Qué? ¿Estás insinuando que me la tire? —dice alarmado.

Me encojo de hombros.

—Es sólo un polvo.

Jen es mi amiga, pero en verdad que le hace falta, últimamente está de un humor de perros.

—Es sólo un polvo, es sólo un polvo —Dice imitándome—¿por qué no lo haces tú?  Por ella encantada.

—Pues porque soy virgen ¿por qué más?

—Ja, ja, sí,  virgen tú, y yo soy astronauta.

—Bueno, bueno, en todo caso serías de esos simios que mandan de prueba.

—Era sarcasmo, idiota—me golpea en el hombro —¿olvidas que hace dos semanas...

—Sí, sí, hace dos semanas me prestaste tu coche para llevarme a... Ya olvidé su nombre.

—Taily—dice automáticamente, creo que comparte alguna clase con mi amigo.

—Taily, bueno, sí, ella. Está bien, me descubriste, pero Jen y yo somos amigos, tenemos un vínculo, tú mismo has reconocido que ella no siente el más mínimo afecto por ti, y tú tampoco por ella.

Y por venir hablando no noté la extraña sensación que me invadía, así que al abrir la puerta de Joey esa sensación me recibe con un golpe, veo a Felissa, ella me está viendo, ¿también lo siente? ¿Por qué yo tengo esta sensación cuando ella está cerca?  También veo que está acompañada de Lucas, estúpido Lucas, ¿por qué la ha invitado a salir? ¿Por qué ella aceptó? No noto cuando Gabbe está a mi lado, hasta que siento el codazo que me propina en las costillas y señala a Felissa con la cabeza. Mierda, Lucas la tiene agarrada de la mano. Aprieto los puños, lo voy a matar. Me dirijo a su mesa, Gabbe viene detrás mío, al llegar me recargo junto a ella. Lucas suelta su mano cuando Gabbe se sienta junto a él.

Me centro en Felissa y la observo, la observo porque Lucas no puede impedirlo, porque ella no me lo puede quitar, y porque quiero.

—No pierdes el tiempo Luke—digo con sorna, porque él puede tomar su mano y yo malditamente no. Felissa me lanza una mirada asesina.

—Cuando algo me interesa no me lo pienso dos veces—dice el idiota petulante.

¿En serio acaba de llamarla algo? Qué imbécil, espero que ella se lo tenga en cuenta. Veámos qué más podemos hacer.

—Felissa—me encanta pronunciar su nombre, es como un poema creado para mi uso personal, que los demás le digan Liz—Felissa—repito—no lleva ni la semana en la ciudad—una semana en la que yo he puesto a prueba de voluntad para no acercarme y para no tocar sus mejillas con mis manos, para no pasar mis dedos por su cabello, por no rodear su cintura con mis brazos y sobre todo, para no rozar sus labios contra los míos en un beso ardiente.

—Una semana es suficiente, ahora ¿Qué quieres?

¿Me está levantando la voz? ^sí, él lo está haciendo ^

BrujaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora