Haber dicho esas palabras parece un error garrafal. Han pasado varios días y sigo sin saber de Armen. No ha aparecido en el comedor a la hora de la cena, ni tampoco ha venido a mi habitación a beber. Pero no es solo eso. Aunque Irina trata de actuar con normalidad, noto su inquietud y sus largas charlas se han reducido a monosílabos. Por primera vez desde que llegué aquí me siento sola, me siento fuera de lugar. Esto es muy malo, pues no he podido saber nada sobre lo que ocurre en la ciudad, ni con Pen y ni siquiera puedo pensar en preguntar.
Pen. ¿Realmente piensas cumplir tu juramento? ¿Cómo?
Miro detrás de mí, comprobando que Irina se ha rezagado. Eso es algo bueno. Avanzo hacia donde se encuentra Uriel. El único que sigue siendo el mismo, al menos durante los entrenamientos.
―Llegas temprano ―comenta con la mirada en un aparato que sostiene. Mi entrenamiento no se ha interrumpido, pero de alguna forma siento que se ha estancado. ¿Siguen creyendo que lo usaré en su contra? Es absurdo.
―¿Puedo hablar contigo? ―pregunto con voz firme. Aparta sus ojos de sus manos, y me observa interesado.
―Dime.
―Dijiste que podría practicar con los novatos. ―Una sonrisa torcida aparece en sus labios. Él es todo un misterio. A veces parece alguien sumamente frio e indiferente, pero otras, luce como alguien bastante sádico.
―¿Quieres que aumente el grado de entrenamiento?
―Sí ―contesto decidida. Puede que Armen no crea en mí y que sea verdad lo que han dicho de Pen, cosa que aún no creo del todo, pero algo de lo que estoy convencida es que debo mejorar y poder ayudar. No quiero ser una carga como dijo Anisa.
―¿Por qué? ―Frunce el ceño, cruzándose de brazos.
―Dijeron que habían querido asesinarlo... ―Deja escapar una risa siniestra.
―¿Y quieres protegerlo o ayudar a que lo maten? ―¿Qué? Quiero abofetearlo. ¿Cómo puede sugerir eso?
―¡No! ―exclamo escandalizada―. Jamás haría algo así. ―Ladea el rostro, manteniendo una expresión incrédula. ¿Tampoco cree en mí?
―Son de los tuyos, Gema ―me recuerda sin ironía―. Sería lógico que estuvieras de su lado. Eso sin tomar en cuenta que curiosamente desde que llegaste aquí, han comenzado esos ataques. ―Me quedo de piedra. Imposible.
―No lo sabía ―balbuceo. Su rostro se torna burlón―. Pero...
―Y el hecho de que ese tipo sea tu amigo. ―No puedo evitar demostrar mi desasosiego. Todo parece apuntarme, pero no es así. No lo es. Durante todos estos años creí que Pen había muerto o que nunca volvería a verlo.
―Yo no lo traicionaría, nunca podría hacerle eso... ya no ―digo en voz baja.
―¿Por qué no? ―inquiere curioso. Ni siquiera yo estoy segura de esa respuesta.
―Gracias a él mi familia está a salvo. ―Se pasa la mano por los labios.
―De acuerdo. ―La puerta del otro extremo se abre. Un vampiro de cabello oscuro y muy alto entra―. Vamos a probar cuánto has avanzado y si estás lista para practicar con los novatos. Así que pelearás con él ―dice señalándolo―. Es un impuro que quiere tu sangre así que no tendrá miramientos a la hora de atacarte. ―Sonríe de nuevo y mira al vampiro―. Sobre todo, porque sabe que lo odias, ¿entendido, Irvin?
―Señor...
―No intervengas, Irina. ¿Lista, Gema? ―Asiento, mis ojos fijos en el subalterno.
El vampiro adopta una postura de ataque. Su rostro apacible se torna aterrador. Deja al descubierto sus colmillos y un ronco gruñido escapa de su pecho. Me coloco frente a él, observándolo con detenimiento, intentando leer sus movimientos.
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La donante (#1 ) *Resubida*
VampireLibro 1 de la Saga La Donante. En unas semanas iniciare a publicar los capítulos. ¡Atentos! Un mundo donde la sociedad esta formada por humanos y vampiros... Una chica dispuesta a todo por salvar a su familia, un misterioso vampiro y una conexión...