No puedo evitar que una sonrisa se dibuje en mi cara mientras avanzamos por el pasillo de regreso a la casa. He comprobado que ese vampiro está bien. No es que esperara que no lo estuviera, pero parecía tan rígido que creí que había hecho algo mal. Una vez más he comprobado lo resistentes que son; después de parpadear un par de ocasiones, se puso de pie y caminó como si nada hubiera ocurrido. Increíble. Pero eso no es lo que me tiene feliz, sino el hecho de que he logrado golpearlo. ¡Lo hice!
―¿Qué te hace tan feliz? ―inquiere Irina mirándome con el ceño fruncido. Me encojo de hombros mirándola con una sonrisa infantil. Sé que estoy lejos de igualarlos, pero creo que ahora sería capaz de enfrentar al menos a un repudiado.
―Que he conseguido golpearlo. ―Sacude la cabeza con expresión reprobatoria―. Nunca imaginé que pudiera hacerlo. ―Rápidamente me explico, para evitar que malinterprete mi efusividad―. Ayer mientras intentaba esquivar sus golpes, estaba convencida de que no lograría ni siquiera rozarle. Ustedes son realmente rápidos.
―Eso no debería hacerte feliz, Gema ―murmura señalando mi rostro―. Tienes un golpe horrible. ―Niego sin dejar de sonreír. Sé que lo tengo, pero también sé que sanará.
―Supongo que en algún instante saldré herida, ¿no? ―Pone los ojos en blanco y avanza―. ¿Sabes? ―digo siguiéndola―. Cuando entrenaba con Alain, fui golpeada un par de veces. ―No de la misma forma, pero si terminaba con algunos cardenales en los brazos y piernas―. Sé que es algo que ocurre. ―De nuevo una expresión extrañada atraviesa su rostro.
―De verdad que no logro comprenderte, Gema ―confiesa contrariada―. La mayoría de las mujeres suelen aterrarse cuando ven a uno de nosotros o cuando se sienten en peligro, incluso yo cuando era humana tenía miedo, pero tú no temes. Ni a nosotros, ni a los golpes.
―No es eso, Irina ―explico con calma. Desde luego que una parte de mi les teme, aunque tal vez aquel encuentro me ayudó a superar ese miedo. No lo sé, es algo que nunca había pensado―. Es solo que crecí viendo constantes ataques de repudiados y algunos de impuros ―respondo encogiéndome de hombros―. Ver morir a inocentes no es algo que me guste y por ello decidí que no me quedaría sentada a esperar mi turno, ni el de mi familia.
―Entiendo. Pero aun así, debes ser cuidadosa. Sigues siendo una humana. ―Hago una mueca y ella sonríe―. Lo digo en el buen sentido.
―Aunque no lo parezca. Nunca lo olvido, créeme.
Sí, nunca podría olvidarlo. Ser una humana es lo que me trajo aquí, pero también lo que me separa de Armen. Estoy segura que es por eso que se comporta de esa forma tan distante. Recuerdo su expresión cuando lo besé, era algo similar a cuando le dije que lo quería. ¿A que le teme?
―Nos preocupas ―susurra captando mi atención. Se detiene y mira hacia atrás―. Él ha estado muy preocupado por ti, sobre todo al ver el golpe en tu rostro. ―Bajo la mirada y niego. Ni siquiera pareció importarle cuando me vio.
―No lo creo ―digo en voz baja.
―Pues te equivocas ―asegura―. Se quedó contigo toda la noche. ―Levanto de golpe el rostro.
―¿Qué? ―Sonríe y se encoje de hombros.
―No digas nada, se supone que no debes saberlo, pero estos días se ha quedado en tu habitación mientras duermes. ―Imposible. ¿Por qué?―. Gema, no debe ser fácil para él. Sé que no le eres indiferente, porque lo conozco, pero debes recordar quién es y lo que eso implica.
―Pero...
―Somos vampiros, Gema. No manifestamos nuestras emociones como los humanos y puede que no sea el más experimentado en ese tipo de cuestiones. Pero de algo puedes estar segura, le importas mucho. También lamento haber estado un poco distante, han pasado varias cosas...
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La donante (#1 ) *Resubida*
VampireLibro 1 de la Saga La Donante. En unas semanas iniciare a publicar los capítulos. ¡Atentos! Un mundo donde la sociedad esta formada por humanos y vampiros... Una chica dispuesta a todo por salvar a su familia, un misterioso vampiro y una conexión...