No es que crea que Anisa hará algo a propósito contra Pen, o que sea capaz de abandonarlo, cuando nos perseguían los aliados de Abdón lo rescató, aunque ahora las circunstancias son distintas. En aquel momento, Armen fue quien le dio la orden de rescatarlo y llevarlo a donde nos encontrábamos. Además, el hecho de que sus caracteres choquen demasiado complica más las cosas. Cada uno defiende su causa y odia al otro. A pesar de eso, espero de verdad que ambos estén bien y puedan regresar.
―Debes descansar ―susurra Armen besando mi cabeza mientras sus manos acarician mis brazos, me giro y lo miro negando. Aunque el resto esté aquí, no puedo ignorar que ellos aún siguen en alguna parte y que quizás estén heridos o siendo perseguidos por los impuros y repudiados.
―No...
―Estás débil, Gema. Tienes que descansar ―dice muy serio, a manera de orden. No discuto, dejo que me conduzca a donde el resto se encuentra.
De nuevo están reunidos en torno a una fogata. Conversan sobre lo que ocurrió después de que nos marchamos. Armen me ayuda a sentarme sobre una manta y se coloca a mi lado.
―Se supone que no debían quedarse mucho tiempo ―comenta Farah con tono de reproche. Él parece estar completamente bien, no tiene heridas graves.
―Ese era el plan ―afirma Uriel dedicándole una mirada de reojo a Alain―, pero...
―Yo me retrasé ―confiesa avergonzado―. No quería dejarlo ―admite con una expresión decaída que me estruja el corazón. Pen y él han sido amigos desde niños, un poco antes de que yo lo conociera. Puedo imaginarme lo complicado que fue para él dejarlo―. Sin embargo...
―Comenzaron a aparecer más impuros y tuvimos que obligarlo a venir con nosotros ―explica Irina con una expresión de disculpa, que Alain responde con una tímida sonrisa.
De nuevo todos guardan silencio, mientras las llamas consumen las ramas con un repiqueteo característico. Cada uno parece sumido en sus pensamientos, es evidente que todos la han pasado mal y están agotados. Esto demuestra una vez más que a pesar de que ellos no tienen la obligación de protegernos lo hacen, sin distinción. Sujeto con fuerza la mano de Armen, quien corresponde el gesto. Si él no estuviera conmigo, no sé qué habría hecho.
―Nosotros haremos la primera guardia ―anuncia Rafael poniéndose de pie y mirando a Kassia, quien al instante lo acompaña―. Ustedes descansen un rato.
Sin decir más se alejan un poco de la fogata. Algunos se apoyan en las rocas, otros se recuestan en el suelo. De alguna u otra forma, todos están preocupados por Anisa y Pen, eso es evidente.
―Ven. ―Armen me tumba sobre la manta y me cubre―. Duerme un poco, si ocurre algo te despertaré. ―Asiento tirando de su ropa para que me acompañe. Sonríe un poco y se acomoda a mi lado envolviéndome con uno de sus brazos―. Estarán bien ―repite besando mi frente.
―Será una noche larga ―murmura Uriel mientras mis parpados traicioneros se cierran, a pesar de que mi cerebro se resiste a desconectarse de la realidad.
∞
Parpadeo varias veces antes de lograr enfocar su rostro. Armen me mira con ternura, mientras su mano suspendida sobre mi rostro, bloquea los rayos del sol que inciden justo sobre mi cara.
―¿Qué hora es? ―pregunto sobresaltada al notar una tenue claridad alrededor.
―Tranquila, aún es temprano. ―Me ayuda a sentarme y descubro que todos parecen haberse levantado. Algunas mantas aún están tendidas en el suelo y se observan los restos humeantes de la fogata.

ESTÁS LEYENDO
La donante (#1 ) *Resubida*
VampireLibro 1 de la Saga La Donante. En unas semanas iniciare a publicar los capítulos. ¡Atentos! Un mundo donde la sociedad esta formada por humanos y vampiros... Una chica dispuesta a todo por salvar a su familia, un misterioso vampiro y una conexión...