Not A Good Change

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Entré en la habitación un tanto confundida. Al final cambié de opinión y deje que Phil me trajera a mi habitación, le había contado lo que me dijo Luke y desmintió todo aquello. Era extraño, algo en Luke me hacía pensar que era de confianza, pero decidí no darle muchas vueltas, tomé las pijamas que me había traído Jane hace unos días, según lo que me dijo. Me senté en el borde de la cama a espaldas de la puerta, empecé a peinar mi cabello con mis dedos mientras examinaba cada mechón. Había notado que el azul de mis uñas solía cambiar constantemente, era divertido en algunas ocasiones.

Escuché la puerta abrirse y supuse que era Steve, habíamos acordado que usaría pijamas mientras me acostumbraba a estar con él, sé que supuestamente yo lo recuerdo, pero segun Robert era imposible que alguien volviera a ser la misma persona después del gran trauma. Por Steve estaba bien, con tal de que lo "recuerde". Le di su tiempo para cambiarse ya que no estaba acostumbrada a verlo sin camisa, mis mejillas se ponían como dos grandes tomates y mi garganta se trancaba. Después de unos minutos decidí mirar sobre mi hombro, ya se había cambiado, lo que agradecí, pero aún estaba sin camisa, me recosté y cubrí mi cuerpo hasta el cuello con las sábanas.

Sentí la cama hundirse a mis espaldas y me giré lentamente, lo único que logré ver fue su ancha espalda descubierta, me hacía sentir culpable obligarlo cada noche a dormir de espaldas a mi, sin tener ningún tipo de contacto porque me ponía nerviosa.

Por un simple impulso lo abracé por detrás, al nivel de su cuello, pasaron unos segundos para que se girara dejando mi cabeza recargada en su abdomen desnudo, mis mejillas ardían como nunca y sentía cangrejos en mi vientre. Su mano acariciaba mi espalda con delicadeza, yo hacía dibujitos en su pecho, incliné mi cuello hacia atrás para ver su rostro, sus ojos azules estaban iluminados como el día que desperté. Era hermoso.

—Buenas noches— susurró y me incliné para besar sus labios.


Mañana será diferente.


[...]

Desperté de mal humor, eso podía percibirse a kilómetros. Salí de la cama y escogí mi ropa para cambiarme en la habitación de Jane. Steve despertó cuando estuve a segundos de irme.

—¿Adónde vas?— preguntó con un ojo abierto y el otro cerrado.

Si no fuera el enemigo diría que se ve adorable.

—Iré con Jane, me pidió que me pasara temprano por su habitación— mentí dando pasos largas hasta la cama, me incliné y deposité un beso fugaz en sus labios.

Parecía conmocionado por mi acción, pero lo ignoré, salí de la habitación y me encaminé al cuarto de Jane. En el camino me topé con Phil, forcé mi mejor sonrisa y se la creyó. La castaña dormía plácidamente cuando entré, me encerré en su baño para darme una ducha rápida y vestirme, debí haber usado el de mi habitación, pero eso significaría mas tiempo con Steve y no quiero eso.

Al salir Jane aun dormía, si que tenía el sueño pesado. Recorrí el pasillo con rapidez chocando hombros con la mayoría de los agentes, no tenía ni el mínimo interés en darles un espacio para que pasaran sin tocarme. Hoy no sería amable. No con ellos. Natasha y Clint me tomaron por sorpresa en el pasillo a unos metros de mi objetivo, los saludé como de costumbre. Clinton ni se inmutó de mi cambio, pero Natasha si, me observó por unos segundos eternos lo que me inquietó, conocía sus habilidades y sabía que podía descifrar mi plan en un minuto con una mirada.

Atravesé la puerta con cautela asegurándome de que no hubiera nadie más, golpeé el vidrio tres veces y Luke no tardó en despertar.

—¿Brooke? ¿Qué haces aquí?— preguntó un poco alarmado.

Me giré hacia tablero y busqué el botón para abrir la puerta.

—Tenemos que escapar, tendremos un minutos antes de que lleguen luego de haber presionado el botón— expliqué rápidamente y presioné el interruptor rojo.

La puerta tardó un segundo en empezar a correrse haciendo un ruido algo escandaloso.

—¿Cuál es tu plan?— preguntó ligeramente alterado.

Rodé los ojos y observé como salía de aquella cápsula.

—No tengo un plan— dije con obviedad.

Recorrí el lugar con la mirada y descubrí un pasadizo que no estaba del todo terminado. Ya podía escuchar los gritos y pasos de los agentes corriendo hacia nosotros, por las cámaras de seguridad sabrían que yo lo liberé y que ahora huía con él.

—¿Y ahora? ¿Adónde?— preguntó cuando llegamos al final del pasadizo. Habían dos puertas, una nos dejaría afuera de S.H.I.E.L.D y la otra nos llevaría al centro de las instalaciones. Necesitaba unos escasos segundos para determinar cuál era la correcta—. Brooke... Ya vienen.

—Cinco segundos— pedí alternando la mirada entre ambas puertas—. Derecha— indiqué y Luke pateó la puerta, un largo pasillo me hizo suspirar de mala gana. Había mucho que recorrer y poco tiempo. Me adelanté y empecé a correr delante de él ya que el camino era bastante estrecho. Se podía escuchar a Phil dando instrucciones a los agentes, podía sentir la desesperación de Steve, no era algo queme importara, pero si era incómodo sentir como se preocupaba por mi—. Otra puerta.

—Lo tengo— me repazó y usó su brazo para empujar la puerta—. Creo que hacemos buen equipo— comentó y reí.

A nuestra derecha se encontraba el camión de basura, Luke iba a correr hacia allá, pero lo detuve. Algo me decía que no debería ir por ahí. En cambio corrimos hacia la izquierda, tres metros después nos topamos con un cercado de dos metros de alto.

—Necesitaré ayuda para eso— dije pasando saliva. Luke se agachó con una de sus rodillas flexionadas, tomé impulso y con ayuda de su rodilla salté la reja. Esperé del otro lado unos segundos hasta que cruzó. Tiró de mi mano y corrimos unos metros hasta que me detuve en seco—. No, no, no, no.

Es un maldito precipicio.

—Oh vamos, Brooke. No llegamos hasta aquí para nada— dijo tirando de mi mano con más fuerza y enterré mis pies en el suelo mirando hacia el agua, unos diez metros más abajo.

—No me gusta el agua— chillé y rodó los ojos.

—Antes si te gustaba— murmuró y lo miré con reproche.

Idiota. Bastó que me descuidara dos segundos para que me subiera a su hombro y saltara del precipicio. Pasaron alrededor de seis segundos en los que no sentí nada, solo que Luke se separó de mi y una horrible sesasión de vacío.

—¡Te voy a matar, Luke!— grité tratando de recuperar el aliento.

El agua estaba helada y sentía que las olas se colaban por mi garganta. Para mi desgracia la marea estaba picada.

—Tranquila, ya te tengo— dijo tomándome de la cintura, me aferré a su cuello y cerré los ojos.

Podía sentir los grandes esfuerzos que hacía para nadar hasta la orilla. Quería poder moverme, pero el miedo me paralizaba.

—¿Ya llegamos?— pregunté cuando dejé de sentir el agua cerca de mi cara.

Abrí los ojos y noté que ya estaba en la tierra, Luke descansaba frente a mi con los ojos cerrados, me puse de pie y recosté de un árbol. Es extraño, no sentía ni un ápice de cansancio, me sentía energética a diferencia de Luke que parecía dormir en la tierra húmeda.

They're Gonna Need More Than a 2nd Chance (ECAYT#2) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora