Phenomenon Girl

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Ha pasado una hora desde que estoy dentro del mismo tronco, mis pies despertaron, pero mi brazo sigue mal.

En todo este tiempo descubrí varias cosas de mi misma, principalmente que mi mente es como una computadora. Básicamente funciona como el traje de Iron Man, puedo analizar cualquier cosa que se cruce en mi camino, cada parte de mi cuerpo, saber mis signos vitales, hacerme una auto radiografía, saber si tengo daño interior o exterior, obtener información de cualquier parte del mundo, es asombroso.

Puedo correr a 90km/h en cortas distancias, puedo levantar entre 200 y 300 kg, mi mente es sensible a las vibraciones de otras, desarrollé una superdotación intelectual excepcional: más de 160 de CI, lo que representa el 0,0023% de la población, mis sentidos se habían agudizado de forma escalofriante, todo esto tiene cierto límite y algunas funcionan solo en ciertas circunstancias, el ADN que se adhirió al mío no está completo así que tengo fallas, soy como una máquina defectuosa. Mi memoria tiene fallas creo que por a una contusión, mi mente se bloquea cuando intentó descifrar qué es.

—¿Brooke? ¿Dónde estás?— inmediatamente reconocí la voz, golpeé con mi mano sana la base del tronco tratando de llamar su atención.

—Aquí abajo— lo llamé con voz ronca.

Estaba algo deshidratada y no podía gritar. Vi sus botas pararse frente al tronco y luego se agachó, me tomó de los brazos y tiró para sacarme.

—Pensé que te habías ido— murmuró cuando me tuvo entre sus brazos, sonreí levemente y su rostro se contrajo al notar mi brazo.

—¿Qué te pasó?— preguntó sujetando el miembro.

—Me lo fracturé mientras caía.

—Lo siento— se disculpó sacándose la correa, la ajustó al ojo y me la colocó entre mi brazo y hombro para sujetarlo.

—Yo no— dije con una sonrisa, rió ante mi broma y empezamos a caminar.

El camino era un poco molesto, el lodo se adhería a los zapatos, sin contar la humedad y las moscas.

[...]

La noche había caído y habíamos logrado llegar a un bonito departamento parecido al de mi sueño, habían tres habitaciones y cuatro baños. Era bastante grande en comparación con los apartamentos que había visto en el camino. Mi brazo tenía un intento fallido de yeso poco resistente, según Luke no podíamos arriesgarlos a ir a un hospital y que S.H.I.E.L.D. nos encontrara de nuevo.

—¿Quién vive aquí?— pregunté revisando las habitaciones.

En la más grande había ropa de chica por todas partes, lo que me hizo sospechar de que si sólo era una "amiga".

—Ya te dije que una amiga, no tardará en llegar— dice y ruedo los ojos cerrando la puerta.

—Lleva toda la tarde en camino— murmuré para mi misma. Caminé hasta la sala y me dejé caer en un mueble individual, Luke leía unos papeles antiguos en la mesa de centro, o al menos eso intentaba porque estaban en latín y él no lo hablaba—. ¿Quieres ayuda?

—No, estoy bien.

—Ni siquiera entiendes lo que estás leyendo— insistí poniéndome de pie, doy un par de pasos en su dirección y trato de mirar por sobre su hombro.

—¿Quién dice que no?— cuestiona girando hacia mi.

Había olvidado que a Luke no le gustaba que usara mi mente en él. La puerta principal crujió y se escuchó una risita, terminó de abrirse completamente y para entonces ya había visto a la chica. Alta, cabello negro, ojos claros y seductores, cuerpo estilizado, sonrisa reluciente, toda una modelo.

—Oh ¡Hola!— exclamó extremadamente feliz, se acercó y besó mi mejilla. Luego fue con Luke, plantó un beso en su mejilla fastidiosamente sonoro, dejando una bonita marca de su labial rojo en su piel, él la miraba con reproche—. ¿Hace cuánto llegaron? Disculpen la tardanza, estaba comprando unas cosas en el mercado— habló dejando unas bolsas sobre la mesa.

Las abrió y empezó a buscar quién sabe qué, la miré de reojo y caminé hasta los muebles para sentarme.

—Brooke ella es Ximena— intervino Luke y sonreí hacia ella, quien me miraba alegre.

¿De dónde salió esta mujer? ¿Alicia en el país de las maravillas, Ted y damas en guerra?

—Ten, te traje esto— habló la chica tendiéndome una venda, fruncí el ceño y miré a Luke que se encogió de hombros.

—Gracias— solté confundida y tomé en objeto con la mano izquierda, me puse de pie y caminé hasta la que sería mi habitación.

Cerré la puerta y me senté en el borde de la cama, lo bueno es que tenía una perfecta vista de Nueva York, lo malo es que para mi "supuesta seguridad" estoy entre la habitación de Luke y Ximena, a veces me molesta que me cuide tanto. Después de todo me hizo saltar del tejado y rodar costa abajo sin remordimiento.

Con movimientos torpes logré despegar la punta y empecé a envolver mi brazo, agregando una segunda capa, estaba segura de que no me daría una mayor protección, pero si cobertura. Creo que un poco de cuidado podría estar bien en una semana.

Al terminar el vendaje no me sobró nada de la cinta, boté el enrollado por ahí y fui a la ventana, quité el cerrojo y la abrí para sentarme en el marco, la brisa de la noche era fría, la ciudad estaba muy iluminada. Las personas caminaban de un lado al otro cruzando la calle en lotes de treinta y treinta, las pantallas repetían las mismas propagandas, la ciudad estaba agitada.

¡Brooke! ¡Brooke!

Los gritos de aquel desconocido inundaron mi mente.

No, la perdí. Otra vez.

Podía imaginarme a un hombre cernido, con cuerpo musculoso, facciones finas... Con expresión desilusionada, me sentía culpable por como se sentía él. De cierta forma tenía la culpa, él me estaba buscando, lo tuve frente y no salí de mi escondite. Pero es el enemigo, él y su equipo, sólo me quieren para obtener lo que me hace especial, sólo quieren a la chica fenómeno.

Odio esto. Hace unas horas me gustaba, pero ya no. No puedes saber quién te quiere de verdad y quien solo por tu don, por llamarlo de alguna forma.

Mi vista paró en un chico en el centro de la plaza. Era un castaño con manos y antebrazos azules, el mismo azul de mis uñas, ojos y la marca de mi brazo. Frente a él estaba un hombre con máscara y un escudo redondo, otro con un arco y flechas en la espalda, y una chica con traje negro y pelirroja. Alcé mi cuello para ver el rostro de los que no llevaban máscara, pero era imposible, la vista no me llegaba a tanto. Pero tenía una idea que quienes eran.

Frente a mi pasó volando una mancha roja, o al menos así la vi por la gran velocidad con la que volaba. Siguió unos metros más y después paró en seco, giró su cuerpo completamente hacia mi y me tiré hacia dentro de la habitación. Los pocos segundos que logré verlo me bastaron para saber que era Iron Man.

They're Gonna Need More Than a 2nd Chance (ECAYT#2) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora