—¿Dónde dices que está la bestia?—No es una bestia, es algo peor. Una diva frustrada por perder su popularidad que decide volverse un tanto más... Chispiante— aclara Tony y río negando con la cabeza.
Admito que tiene un sentido del humor particular.
El camión blindado se detiene a las afuera de la ciudad , pero el conductor no nos deja bajar. Esperamos pacientemente en la parte trasera y a través de la ventana sigo con la mirada al otro camión, en donde van Natasha y Clint.
—Por todos mis...— murmura el conductor viendo por la ventana.
Se escucha un fuerte golpe y el suelo parece sacudirse.
—La diva hace su aparición— comenta Tony y las puertas traseras se abren.
Bajamos junto a los demás y nos tomamos unos segundos para ver a la criatura.
—¿Qué es eso?
—Es evidentemente que es una criatura con problemas de crecimiento, rodeado de un campo electromagnético— responde Natasha.
Trago con dificultad, recorro su silueta con lentitud desde sus pies hasta la cabeza.
—¿De qué se supone que se alimenta de esa cosa?—cuestiona Clint mirando incrédulo a la "diva".
—Jarvis... ¿Cuántos metros de altura?— balbucea Tony ante la imponente criatura.
—Cuatro metros, señor. Creo que debería saber que no es un campo electromagnético precisamente lo que le rodea.
—Hoy es tu día de suerte, Clint— dice Stark a unos tres metros del suelo.
—¿De qué hablas?— pregunta confundido y empezamos a dispersarnos.
—Creí que habías dicho que te gustaban las chicas chispiantes.
—Dejen la charla para después ¿quieren?— interviene Natasha.
—Huele a celos.
La criatura se inclina hacia nosotros y con uno de sus brazos trata de golpearme.
—Creo que no le agradas— comenta Tony y hago una mueca.
Me despisto por unos segundos y uno de sus brazos me alcanza. Varias sensaciones se apoderan de mi cuerpo y me estremezco al sentir todas esas corrientes eléctricas recorriéndome mientras queman.
—¿Estás bien?— pregunta Natasha y me pongo de pie con dificultad.
—Si, sólo recibí una pequeña descarga. Deberían intentarlo algún día.
Duramos alrededor de 45 minutos peleando con la incansable criatura cuando empieza a encogerse. Se tambalea de un lado al otro, pero evita caer.
—¿Vieron eso?— pregunta Tony y asiento.
—Empieza a perder tamaño.Cada cierto tiempo empieza a reducir su estatura y con cada encogida empieza a tomar forma humana.
—Creo que es una chica— avisa Clint y frunzo el ceño.
—Hay que tener cuidado, no podemos matarla.
—¿Qué sugieres genio?— cuestiona Tony descendiendo a nuestra altura.
—Esperar a que llegue a su estado normal o neutralizarla— respondo como si fuera obvio y la criatura lanza otro golpe.
—¡Barton!
—Es el segundo en un día. Lo superaré— responde entre dientes segundos después y suspiro.
—¿Cuánto le queda?
—Unos 15 minutos quizás— responde Natasha.
Más le vale que se de prisa.
Por lo que puedo calcular ahora mide unos dos metros. Vuelve a tambalearse y finalmente cae hacia atrás, esperamos unos segundos, pero no reacciona.
—¿Creen que murió?— pregunta Clint inclinándose un poco hacia adelante.
—Quizás sólo se cansó— propone Natasha y empezamos a acercarnos.
Se sacude salvajemente a la vez que se encoge, pasan unos tres minutos hasta que termina midiendo poco más de 1,60.
—¿Quién creen que sea?
—Una chica.
—Gracias por decir lo obvio— habla Tony con sarcasmo.
—Creo que será una rubia de bonitos ojos— dice Natasha pensativa.
Mientras ellos discuten sobre el físico de ella yo me limito a observarla, tratar de encontrar una pista de quién era...
—Miren— señalo sus pies que empiezan a desprenderse de aquella capa azul chispiante que los cubría.
Tenía las uñas de color azul... La extraña capa retrocedía a una velocidad bastante lenta y a medida que se movía chica se volvía bolita con su cuerpo. Al nivel de sus rodillas empiezo a preocuparme de que esté desnuda y pido una toalla para cubrirla por prevención.
Ahora cubierta hasta la mitad de sus muslos mi mente empieza a formar hipótesis bastante ridículas de quien podía ser. Por alguna razón se me antojaban familiares sus piernas. El color azul de sus ojos me recordaba a Brooke y trataba de convencerme a mi mismo de que era imposible.
—Te equivocaste Cap, no está desnuda— anuncia Tony y subo un poco la mirada.
Se puede distinguir perfectamente hasta el nivel de sus codos que llevaba una bata... Una bata de hospital similar a la de Brooke.
—Creo que es Brooke— susurra Natasha con preocupación en mi oído.
Paso la mirada de Nat a la chica en el suelo, de la chica a Nat y así durante unos segundos hasta que sólo queda oculto su rostro. Un pequeño brillante en su mano me hace agacharme a su nivel y tomar su mano, sus uñas son azules.
—¡Cap! ¡El Dr. Banner me ha dicho algo importante!
Su dedo anular se encuentra adornado de un hermoso anillo.
—Brooke desapareció— termina el hombre llegando junto a mi.
Ese anillo, ese hermoso anillo lo conozco bien. Alzo la vista hasta el rostro de la chica y algo en mi se quiebra.
—¿Brooke?— murmuro más para mi que para ella.
El cuerpo se mantiene inmóvil, aparto la toalla y levanto el cuerpo entre mis brazos. Mi respiración es entrecortada e incluso me cuesta mantenerme de pie.
—¡Hay que llevarla a S.H.I.E.L.D!
Todo a mi alrededor era silencioso. Lo único que escuchaba eran mis pasos sobre la tierra y el palpitar de mi corazón. Subí al camión de un brinco y pasaron unos pocos minutos antes de arrancar. Oía la voz de Natasha tratando de calmarme, pero siendo sincero no entiendo por qué debería calmarme, es decir, no estoy sufriendo una especie de ataque ni siento dolor de ningún tipo.
Toda mi atención está puesta en Brooke.
Aparto los mechones de cabello de su rostro y acaricio su rostro con mis dedos. Su temperatura es baja, su piel es fría, pero no da indicios de vida, el único consuelo que tengo es que el camión contaba con una mascarilla de oxígeno y es lo que la mantiene respirando.
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They're Gonna Need More Than a 2nd Chance (ECAYT#2) ©
Fanfiction¿Existe tanta maldad en un ser para ser capaz de jugar con la mente de otra persona? En las renovadas instalaciones de S.H.I.E.L.D, el súper soldado Steve Rogers, se ve arrastrado en una tortuosa situación gracias a la inconsciencia de Brooke. Las...