El cielo estaba gris y oscuro a causa de la tormenta. El viento rugía haciendo que mi cabello volase. Ayer avisaron en las noticias que para esta noche llegaría una tormenta, y esa noticia a mi me encantaba. Ver el cielo oscuro, estar caminado por las calles y que el viento te acariciara el rostro, era el mejor sentimiento del mundo. Me encantaban los días así. En realidad, otoño era mi época favorita del año junto con Navidad.
Acababa de salir del colegio y estaba caminando por las frías calles de Pensilvania. Tenía auto pero decidí ir caminando a la escuela para aprovechar el clima. Me ayudaría a reflexionar sobre la vida tan miserable que tengo. Mis padres siguen juntos, gracias a Dios no pelean. Pero los siento tan distantes a mi, ellos siempre están en casa ya que son escritores, pero solo nos sentábamos en la cena todos juntos, mi hermano mayor de 18, mi otra hermana de 15 y yo de 17 y luego mis padres volvían a sus oficinas a trabajar. Mis hermano se quedaban viendo televisión y yo subía mi cuarto. Siempre he escuchado que los hijos del medio siempre se olvidan y antes no lo quería creer, siempre me lo decían cuando ni madre embarazada de mi hermana menor. No lo creí hasta que ella nació. Siempre estaban pendientes de ella y de mi hermano, con llevarlo a las prácticas de baloncesto, ya que el era el jugador más valioso y el capitán del equipo, y que su hija rara fuera por su cuenta a las prácticas de violín. Se olvidaron completamente de mi existencia. En la cena me preguntaban como me había ido en la escuela y en las prácticas de violín, yo bien ilusionada les contaba como me había ido pero ellos proseguían con mi hermano y ellos siempre resultaban fascinados, ahora solo me limito a decir bien. Mi hermana, como siempre en la familia hay talentosos, es bailarina, jugadora de volleyball, y una 'cheerleader', no sé como le sobra el tiempo para hacer todo eso. Siempre van a sus partidos y a los de mi hermano pero nunca, me han ido a ver tocar a mi. Al principio siempre iban pero se quedaban viendo la pantalla de sus celulares.
Llego a casa dentro de media hora. Entro a casa y mis hermanos se encuentran en el sofá viendo televisión y hablando entre ellos.
-Alexia, hay comida para ti en el microondas, como llegaste tarde comimos sin ti.-Dice ni madre desde su oficina.Olvidé decir que últimamente siempre buscaban excusas para comer sin mi. No es que mi familia sea fina y eso porque son escritores, pero ellos se toman el tiempo de la cena para hablar con mis hermano y luego escribir un libro a cerca de los perfectos hijos que tienen. Mi madre no sabe que entré al club de periodismo de la escuela, porque si lo supiera estaría orgullosa de mi porque al menos uno de sus hijos es escritor, pero no se toman la molestia de preguntármelo.
-Está bien, hoy no tengo hambre.-La contestación que siempre le daba para luego subir a mi cuarto.-Alexia, oí que estabas en el club de periodismo de la escuela. ¿Te importaría si haces un reportaje de Jack y de mi como la pareja perfecta de la escuela?-Dijo mi hermana mostrando su hipocresía.
-Lo siento pero yo no soy la que busca los chismes, yo soy la que los escribe, pregúntale a Cassi, y si ella te dice que sí lo haré mientras tanto no.-Le digo con cierto tono de amargura y sigo mi camino hacia mi cuarto.
Así era mi vida prácticamente, excepto que sin mis hermanos pidiéndome favores. Mi miserable vida. Alexia Matthews, la fantasma de la familia Matthews.
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Alexia
Teen FictionAlexia, la chica rara del colegio sin amigos, la que es invisible para sus padres ya que es la hija del medio. La que supuestamente no tiene talentos para hacer deportes solo para tocar el violín. La chica que tiene una vida miserable. La chica que...