Los autos pasaban a gran velocidad frente a mi. Acompañaban la sola avenida en la que me encontraba. Estaba en una para de autobuses. No planeaba tomar uno, pero me gustaba estar aquí. Estaba sola, no había absolutamente nadie. La calle está segura, había restaurantes y hoteles más adelante. La luna estaba llena, pero gracias a las iluminadas calles, no se podían apreciar mucho la luna ni las estrellas. Hacía un frío matador pero me gusta el frío. Soy muy rara, lo sé. No sabía qué hacer. Comienzo a pensar que haberme escapado de casa fue una estupidez, pero no quería vivir más allí. Pensé que como nunca se habían hecho cargo de mí, podría vivir una vida independiente. Lo que no pensé fue que; ¿de dónde sacaré el dinero? Tal vez ellos no se preocupaban de mí pero me daban dinero. Ahora estoy sentada en una parada de autobús sin rumbo a donde ir. Había pensado en posibilidades a donde ir pero no estaba muy segura. Una opción era ir a casa de Axel pero mis padres hablarían con él, aunque sé que él no diría nada pero quería estar lejos de mi casa. Y la otra opción era ir a casa de mi abuela...
Casi nunca hablo de mi abuela. Ella es una gran persona y sé que me quiere. Okay, tal vez no estoy tan sola como suelo decir. Tengo a Gloria, Violet, Axel y mi abuela. Mi abuela es mi vida. No sé qué haré cuando se muera. Ella me hornea galletas, me hace batidas cuando se las pido, me cocina cosas muy ricas y aveces me lleva de compras. Es muy buena conmigo. Siempre suele mirarme con lástima y cariño. Antes no entendía porqué, ahora sí... Pero no quiero que me miren con lástima, he aguantado todos estos años. Puedo aguantar esta situación.
Me levanto del banco en donde me encontraba y comienzo a caminar hacia la dirección de la casa de mi abuela. Ella no vivía lejos y esta calle es segura, por lo tanto puedo ir caminado. El viento sopla y hace que me estremezca ya que es una brisa muy fría. Ya se acerca la Navidad, por lo tanto el clima cambia. En unos días ya sería acción de gracias, pero yo no tengo que dar gracias por nada. Sé que estoy viva y que mi padres me dieron techo y comida al menos, pero un niño necesita más que eso.
Mientras camino diviso que aún hay restaurantes abiertos. No son bares, son restaurantes donde va toda una familia. Algo muy lindo. Yo nunca tuve eso, tal vez sí, pero no me sentía feliz ya que no era ni la consentida de mamá o papá, la favorita o nada. No era nada. De pronto, una pregunta suerte en mi mente. Una que me pone muy curiosa. ¿Quiénes son mis padres? Surge otra. ¿Porqué me abandonaron o qué les pasó? Comienzan a surgir cosas en mi imaginación a medida que iba caminando. Al rato ya me encontraba frente a la casa de mi abuela.
Subo las pequeñas escaleras hasta llegar a la puerta. Toco el timbre y espero a que ella abra.
—Voy...—Escucho decir a mi abuela.
Abre la puerta y me mira sorprendidas.
—Alexia. Oh querida.—Me abraza ya que no la veo hace mucho.—¿Qué haces aquí? ¿Y tus padres?.—Pregunta mirando por encima de mi hombro para ver si hay alguien más.
—Solo he venido yo.—Contesto. Sentía que quería correr a sus brazos y llorar hasta que me deshidrate. Sí, así me sentía.
—¿Cómo?—Hay confusión en su rostro.—¿Qué ha pasado Alexia?—Pregunta asustada por si algo malo pudo haber sucedido, y estaba en lo correcto.
—Oh abuela.—Sollozo y corro a sus brazos a llorar. Ella me devuelve el abrazo, a pesar de que aún sigue confundida.—¿Puedo pasar?—Seco mis lágrimas.
~*~*~*~*~
La abuela me sirve unas ricas galletas con chispas de chocolate y con chocolate caliente. Me consiente demasiado.
—Ellos no sabían cómo comenzar a decirte. Decían que te iban a decir antes de los trece y nunca sucedió, luego a los trece en punto y no lo hicieron, luego prometieron que a los quince, y dejaron pasar la oportunidad. Es algo que aterra, pero aterra más la reacción del niño cuando se entere de que es adoptado, más grande y por otra boca.—Decía mi abuela.
Ella tiene toda la razón. Y me agrada estar hablando con ella ya que no intenta convencerme de que perdone a mis padres. Ella me comprende.
—Abuela. ¿Te puedo preguntar algo?—Le digo. Ella asiente con la cabeza.
—¿Quiénes son mis padres biológicos?
—Eso tendrás que preguntárselo a tus padres.—Contesta.—Ahora ve a dormir que has estado pasando mucho frío en aquel banco solita. Te he dejado ropa en tu cuarto y una toalla.
La casa de mi abuela es bastante grande, es una mansión, por lo que tengo mi propio cuarto aquí y no uso el cuarto de invitados.
—Gracias.—Me da un beso en la frente y se levanta de la silla y se va.
Camino hasta mi cuarto y veo una ropa doblada y una toalla. Sonrío y la tomo, voy hacia el baño y tomo una larga ducha.
Ya estaba en la cama tumbada pero sin poder dormir. Daba vueltas por ella y parecía un gusano envuelto en las sábanas.
—¡Ugh, coño! Esto es tortura.—Me levanto de la cama y caminó hasta la cocina. Tomo mi teléfono y veo la hora. Son solo las 12 de la madrugada.
Me siento en la silla del comedor y pienso en qué hacer. Cómo me distraeré para hacer que me de sueño.
Llama a Axel, de seguro está preocupado por ti, ahora es tu novio, ¿no?-la querida consciencia.
Sí, lo es. Y sé que estuve mal en escaparme sin decirle nada. Debe estar rompiéndose la cabeza tratando de descifrar dónde me encuentro. Tal vez esté despierto. Decido llamarlo.
2 tonos y ya contestó.
—¿Dónde te encuentras? ¿Te ha pasado algo? ¿Porqué te has ido sin decirme nada?—No he dicho ni hola y ya comienza a bombardearme con preguntas.
—Estoy en un lugar seguro, no me ha pasado nada, y lamento haberme ido sin decirte nada, necesitaba un descanso de casa.—Contesto.
—¿Y ese lugar seguro dónde es?—No se daría por vencido.
—Yo también te quiero y te hecho mucho de menos.—Le contesto así para hacerlo enfadar ya que no le he dado respuesta alguna.
—Yo también te quiero, pero enserio, dime dónde estás Alexia.—Dice un poco irritado.
—Estoy en casa de mi abuela. No muy lejos de casa pero lo bastante lejos como para alejarme de mi familia.
—¿Porqué no me avisaste que te escaparías?—Pregunta un tanto dolido.
—Creo que es porque necesitaba tiempo a solas. Eso es todo.—Se me cerraban los ojos por el sueño.
—¿Puedo ir mañana a verte?
—Sí, no soporto estar más sin ti, no sé porque me escapé sin ti.—Ya sé, ya sé, sueno un poco cursi.
Pudo oír la risa de Axel a trace del teléfono. Nos quedamos unos minutos en silencio. Tenía una sonrisa plantada en la cara ya que en serio le quería. ¿O era algo más que eso?
—Te amo.—Esas simples palabras hacen que corra una lágrima por mi mejilla. Ya quería verle.
—Yo también te amo...
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Alexia
Teen FictionAlexia, la chica rara del colegio sin amigos, la que es invisible para sus padres ya que es la hija del medio. La que supuestamente no tiene talentos para hacer deportes solo para tocar el violín. La chica que tiene una vida miserable. La chica que...