Capítulo 27

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Desde pequeña he dicho que quiero tener un gran futuro, más bien, un giro perfecto. Una familia perfecta. Decía que criaría a mis hijos humildes, respetuosos, cariñosos y amables. Les enseñaría el verdadero sentido de la vida y que la belleza está en el interior de las personas. Tendría un gran trabajo, uno que diese una buena paga, quería estudiar leyes. Mi esposo sería ingeniero y tendría un abdomen marcado. Seríamos la familia más hermosa, solía pensar. Pero ahora, tomando en cuenta mi situación, no veía nada de eso posible. Tendría que trabajar muy duro en los años que estaría trabajando. Y que digamos, iba a trabajar en Starbucks porque era el único lugar que se me iba a la mente para trabajar-a pesar de que tenía sus ventajas-la paga no era demasiado para mantener una familia.

Suspiro y rasco mi rostro con mis ojos. Estaba en mi habitación sola, con todos abajo en la sala, incluyendo la abuela. No quería ver a nadie, quería estar sola para pensar y llorar sin que nadie me llegase a ver. Pero mi mente estaba ocupada pensado en solo una cosa... ¿En realidad Axel se quedaría conmigo? ¿A caso su amor era tan fuerte que se casaría conmigo? Sé que me había dicho "te amo" y yo a él, pero seamos sinceros, los jóvenes hoy en día se dicen te amo mientras que el novio engaña a la chica con otra chica y la novia tiene sentimientos por otro. Hoy en día esa palabra ha perdido su valor. A veces hasta dudo que las personas se casen por amor verdadero a por que "ella es la indicada/o, la amo". El único verdadero amor que he visto es el de una madre hacia un hijo, aunque no lo he presenciado, solo mi abuela me lo había demostrado y Violet y Gloria.

Me recuesto en mi cama boca arriba con unos aducirse es puesto escuchando música de Angus and Julia Stone. Algo se revuelve en mi estómago- además de ser el bebé que estoy cargando -es la preocupación de saber la verdad acerca de mis padres biológicos. ¿Quería saber lo que en realidad pasó con ellos? ¡Pues claro! ¿Pero y si fue que me abandonaron porque eran muy joven? Entonces no. Pensar que se avergonzaban de mi, o eran más importantes sus carreras que su propia hija. Nunca le haría eso a un hijo mío. Pero claro, aún no sabía qué había pasado con ellos.

Me quedo mirando el techo con mis manos reposando en mi abdomen. A pesar de todas estas dudas y todo lo que estaba ocurriendo, estaba nerviosa y feliz. Mañana conocería el sexo del bebé. Y Axel llamaba a cada rato para confirmar la hora de la cita médica. Ahora mismo no estábamos preocupados por el costo del sonograma ya que los padres estaban dispuestos a pagarlo, a ello les emocionaba la idea de tener un nieto, aunque no estaban muy contentos con lo que hicimos. Pero nos han estado apoyando en todo, en comparación con mis padres, que no hacen nada.

Unos leves toques en la puerta distraen mis pensamientos.

—Alexia.—Me llaman. Inmediatamente reconozco la voz de mi madre. Lleva la misma expresión, seca pero no furiosa. Sino, muestra compasión y un poco de tristeza. No mucha por lo que me llegó a preguntarme a mí misma si era un acto en verdad.

—¿Sí?—Me incorporo para sentarme en mi cama. Mi ceño está fruncido y mi rostro refleja confusión. Mi madre camina al rededor de mi cama lentamente. Habla suave y no con su voz regañona o distante de siempre.

—Venía a preguntarme si querías algo, unas vitaminas no sé.—Su actitud de amabilidad me hace dudar al instante.

—¿Qué estás haciendo? Nunca te comportas así

—He hablado con la abuela y me ha hecho sentirme mal por cómo me he portado contigo.—No sé cómo describir el tono de su voz. No sé si está siendo sincera o está armando un acto.

—Un poco tarde para eso, ¿no?—Pregunto cruzándome de brazos. Sabía que estaba tramando algo o no sé qué. No confiaría en ella para nada, mi odio hacia esa mujer era demasiado. Sabía que tenía que perdonarla pero me conllevaría tiempo hacerlo.

—También he venido a hablar sobre tus padres biológicos.—Dijo evitando mi comentario. Se sienta en mi cama sin haberle dado permiso pero acciones como esos no me molestan.—Necesitas saber la verdad aunque duela.

—¿Me dejaron no es así?—Mi ansiedad por saber la verdad crecía y crecía. Las dudas se hacían más grandes y estaba totalmente nerviosa.

—Sé que tienes miles de preguntas, pero todo a su paso...—Iba a decir algo más pero se detiene. Respira hondo y cierra los ojos como si estuviese dándose apoyo a ella misma para continuar.—También te quería explicar por qué he sido tan seca, fría y distante contigo. Tus padres murieron en un accidente de carros.
>>Habían salido a una fiesta de Navidad fuera de la ciudad. La carretera estaba mojada y su auto resbaló y chocaron con un poste.Tus padres eran jóvenes, apenas tenía  20 tu madre, tu padre 24 y tú los 2 recién cumplidos. Tu madre, que en realidad es mi hermana, llegó al hospital viva. Llevaba una semana en coma y luego despertó. La fui a visitar el día que despertó y me hizo prometerle que cuidaría a su hija. Y cumplí mi promesa, era mi hermana y estaba en en grave estado, tenía que irse en paz. Al día siguiente muere.<<

No estaba llorando ni lo iba a hacer. No la conocía, a mí madre, pero estaba triste y añgo aliviada de que en realidad no me abandonaron. Pero algo que no pude dejar escapar, fue que mis padres me tuvieron joven, como yo ahora mismo que voy a tener un bebé.

—Hay más en la historia.—Ella continúa.—Yo tenía 22 y mi hermana a penas 18. Mi ex-fiancé, tu padre, me engañó con ti madre. El también tenía los 22.
>>Solo durmieron juntos. El solo se sentía físicamente atraída por ella. Carne joven con cuerpo joven. Mi hermana, Elisabeth, era muy atractiva. Era porrista y la chica más popular del instituto todo el mundo quería con ella, pero ella solo tenía ojos para un chico, mi chico. Se acuestan y te tienen. Te odié y te desprecié por eso. Su hija bastarda. Yo lo amaba, tanto que me casaría con el.<<

Parecía que iba a llorar. Se ve que aún le dolía eso.

—Cuando Elizabeth me pidió que te cuidase, no lo pude negar. Era mi hermana y al final la perdoné, pero me vengué contigo.—Se queda callada un tiempo con la vista hacia abajo. Parece estar arrepentida de lo que hizo.

—Pero David es mayor que yo...—Ella no responde solo me mira y suspiro cuando mi duda es contestada.—David es mi hermano, medio hermano.

—Te dejaré sola para que puedas pensar.—Dice y se va.

***

Despierto a media noche por algo raro que siento en mi cama. Es viscoso y húmedo. Paso mi mano por donde siento ese raro líquido pero no logro descifrar qué es. Enciendo lámpara encima de mi mesita de noche para poder ver qué es es sustancia. Cuando logro verla y me doy cuanta de lo que es. Grito lo más fuerte que puedo y el terror, temor, miedo y duda me invaden.

Era sangre. ¡Sangre! Y solo pensé en una cosa.

—El bebé...

AlexiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora