Capítulo 29

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—Hola.— Dice Axel mientras entraba a mi casa.

Era temprano en la mañana y habíamos acordado en pasar el día juntos. Hoy aprovecharía para darle la mala noticia sobre el bebé, aunque no quisiera. No quería romperle el corazón. Tal vez la pérdida del bebé no le duela tanto como a mí, sino el hecho de que le mentí. Estoy hecha un desastre. No sé de qué manera decírselo; "hola, Axel, lamento decirte esto pero he perdido el bebé". O "Siento habértelo ocultado pero he pedido el bebé."

Sonrío y le doy un abrazo. Nos quedamos así por varios segundos.

—Hey, ya estoy mejor.— Dijo Axel cuando vio que no rompía el abrazo. Sentía que si me separaba de él nunca más volvería a tenerlo en mis brazos. Me asustaba tanto perderlo. Este podría ser el último abrazo que le diera. Claro estaba, solo concluía lo peor que pudiera pasar. ¿Y si no se lo tomaba tan mal? ¿Me perdonaría? ¿Y si no vuelve a confiar en mí? Debía de decirle la verdad, y era ya. No podía esperar más o esto sería un desastre total, algo del que las cicatrices que dejaría nunca sanarán completamente.
Ugh, había arruinado todo por completo. Yo y mis estúpidas decisiones. Mi cabeza estuvo en un paraíso durante un par de semanas y no pensó en lo que podría ir mal, como yo quedando embarazada, perdiendo el bebé y la mama de Axel muriendo. Pero ya es obvio que mi mala suerte se da desde que nací.

—Lo sé, pero es que necesitaba abrazarte.— Sonrío suavemente mientras lo miraba fijamente a los ojos.  Mis ojos se cristalizan y tras ellos flotan recuerdos de felicidad y dolor, miro hacia un futuro y veo que esos solo fueron memorias que no iban a durar para siempre. Solo fueron fantasías de un par de adolescentes enamorados que no tuvieron bastante precaución. La vida no es un cuento de hadas para aquellos que no se conocen a si mismos, como yo. Ya no soy quien solía ser y no extraño por lo más mínimo a esa Alexia.

—¿Qué pasa?— Preguntó Axel al ver mi cara de preocupación y de tristeza; él me conoce muy bien.

Me quedé callada ya que no me atrevía responder. Quería darle vuelta al tiempo e ir hacia el pasado, arreglar todo. Pero era imposible y debía entrar a la realidad y enfrentar mis miedos y mis problemas.  Tenía que dejar de evitar mis problemas, aunque esa opción sonara tan tentativa.

—¿Alexia?— Insistió Axel cuando veía que yo no decía nada. Él estaba preocupado y nervioso y yo solo quería verlo feliz, sin preocupaciones.

Estos días fueron los peores para mí. Ver a Axel sufrir me parte el corazón. Yo solo quiero que el este feliz. El es un chico con buen sentimientos, no lo merezco.

—Hay algo que no te he dicho.—Digo finalmente. Tenía miedo y un dolor en el alma insoportable. La palabras no querían salir de mi boca pero como quiera las forcé.

—¿Qué?— Dice el, un poco más nervioso que antes.

Y mi primera lágrima escapó mis ojos. Pero reprimí las otras. Debía ser fuerte.

Exhalé y mire fijamente a sus ojos una vez más. Con el valor que pude encontrar en mi, le dije.

—He perdido el bebé.— Digo finalmente. Las palabras salieron rápidamente de mi boca. Sonaron más bien fuertes. No era mi intención decirle la noticia así, pero si no era así, las palabras nunca hubiesen salido de mi boca. Mis ojos se congelan. Debía ser fuerte, por mi propio bien. No podía empezar a llorar como tonta, llorona que soy. Mi rostro es neutral, ninguna emoción se refleja en él.
Sus ojos se abren grandemente, sus cejas se fruncen y sus labios se separan un poco.

—¿Qué? ¿Cómo que has perdido el bebé?— Luego de una gran pausa de asombro, finalmente habla.

—Pasó repentinamente y luego ocurrió lo de tu madre que decidí que era mejor decírtelo después.—Expliqué, rápidamente. —Lo siento.— Mi voz comenzaba a temblar.

Sus ojos inyectan los míos, están llenos de dolor. Siento un pinchazo en mi estómago y es la culpa que siento. No quise lastimarlo así. No sé que me ha pasado.

—Axel, di algo por favor.—Me muevo más cerca hacia él e intento poner mi mano en su mejilla pero el se aparta bruscamente de mi. Sus ojos ya no sólo reflejan dolor, sino furia.

—Déjame, Alexia. Necesito estar solo.—Y con eso se va de la casa, tirando la puerta cuando sale fuera.

Me quedo paralizada. No puedo correr tras él. Me dejó bastante claro que no me quería ver en estos momentos. Y no lo culpo, ni yo me resisto estos últimos días. Siento como si una parte de mi ha sido arrancada agresivamente y nunca más la podré tener. Axel era la razón por las que despertaba en las mañanas, y si ya no lo volveré a tener, no veo razón para seguir viendo.

     *~*~*~*~*

Hola! Siento haber desaparecido por tanto tiempo pero ya estoy devuelta. Con un Año Nuevo por delante, tal vez encontraré mi inspiración de nuevo. El capítulo esta corto pero fue lo mejor que pude hacer, algo es mejor que nada.

Feliz Año Nuevo, Ivana.

Ivana <3

AlexiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora