La noche pronto cayó para el grupo de aventureros, quienes se pusieron los pijamas y se fueron pronto a sus recién elegidos cuartos, Nube les había confirmado que zarparían al alba y debían de estar preparados. Todos aprovecharon por fin para asearse, limpiarse, comer bien y descansar y, al final, casi todos eligieron habitaciones separadas pues la mansión era verdaderamente inmensa, pero algunos decidieron dormir juntos como Nidia y Akilina o como Tami y Tanin.
Esos dos últimos se mantuvieron despiertos hasta tarde, los dos tumbados boca arriba en una cama de tamaño marital, charlando sobre el pasado humilde del chico o de las alocadas aventuras de la hechicera a lo largo y ancho del mundo y a través de las dimensiones que representaba en el techo con su magia, como si este se tratase de un maravilloso lienzo tridimensional y en movimiento que iba cambiando según contaba las historias. Tami le parecía increíblemente fascinante y... también le parecía hermosa.
A Tanin le encantaba ver a Tami emocionarse por sus propios relatos como si fuese una niña pequeña que a duras penas cuenta chiste, riéndose mientras contaba historias graciosas y agitando los brazos con aquel pijama largo de color azul que le quedaba grande. No parecía la misma persona fría y distante que lo había salvado de las voraces llamas, ya no veía sus ojos empañados por lágrimas de tristeza, sino de felicidad. Sus labios ya no estaban torcidos hacia abajo con una mueca de asco, sino que estaban inquietos sin poder impedir que brotasen risitas tontas o, ya de pleno, carcajadas y risas. De hecho, incluso se había despeinado ella sola dando saltos y brincos sobre la cama.
"Parece que está loca".
Se había olvidado de fingir que tenía que ser una persona adulta, seria e imbatible como su padre y estaba comportándose como ella era en realidad.
—¿Recuerdas cuando te dije que te veías muy linda cuando llorabas? —inquirió Tanin, desviando la mirada de los dibujos transparentes que orbitaban como astros en el techo hacia la semidragona hechicera. Ella le devolvió la mirada.
—Si, lo recuerdo. ¿Por qué lo preguntas ahora?
—Porque te ves más linda cuando ríes.
En el rostro de Tami se dibujó una sonrisa tonta y se tintó con un leve rubor en las pálidas mejillas. Aunque no tardó demasiado en ponerse seria de nuevo.
—Tanin —hablaba, haciendo una larga pausa para aspirar aire—, ¿cómo se siente el estar enamorada de alguien?
—No lo sé, entre cuidar a mi familia, hacerme cargo del negocio y el servicio militar, jamás pude enamorarme de ninguna chica—decía. La respuesta pareció decepcionarla, pero él sonrió y continuó—. Pero si tuviera que apostar, apostaría a que se siente lo mismo que yo siento por ti.
Por fin se había declarado. El corazón le martilleaba el pecho con tanta fuerza que sentía que iba a reventar, la cara le ardía y la respiración se le había agitado. Ella le miraba en silencio, haciendo que no hiciese sino plantearse una y otra vez las miles de formas en las que podría ser rechazado por ella.
Entonces ella se acercó a él y, sin decir nada, se inclinó y le besó.
—¿Estaría mal si dijese que me gustaría verte en tu forma de semidragona? —preguntó entre besos.
—Que travieso eres, está bien. ¡Contempla la grandiosa forma natural de Tami, la futura hechicera más poderosa del mundo!
La joven pronto se llenó de escamas negras y doradas, sus pupilas se encogieron y emergieron la cola y las alas de su espalda.
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El Linaje Oscuro
Fantasy*Maravillosa portada hecha por el Universo Hogwarts* Ya no queda luz alguna en el corazón de los hombres ni de los pocos dragones que aún viven, el Linaje Oscuro ha consumido todo cuanto se interponía en su camino y propagado las tinieblas más a...