El Pretendiente (Editando)

Capítulo 23: Venganza, cariño, se llama venganza

Los regalos ya se han abierto. La reina ha quedado satisfecha con sus los regalos que la han dado los seleccionados cuando llega la hora de abrir el mío. Su boca forma un gran O en cuanto ve mi regalo. Me sonríe con cariño, demasiado cariño. Yo también le sonrió. Es fácil, no creen. Estar en un momento tan felices cuando en un segundo todo se cae como un castillo hecho de naipes. Tres disparos se escuchan en todo el salón. Los presentes comienzan a gritar cuando las ventanas del salón se hacen añicos gracias a las piedras que avientan. Las puertas se abre dejando entrar a un séquito de hombres con pasamontañas. Todos comienzan a sacar a la gente, excepto a mis padres, los Leger, y la familia real. Unos hombres toman fuertemente del brazo al pobre de Henri, quien solloza de dolor. Tomo de la mano a Eadlyn, quien me mira asustada. Alguien nos separa, ella gritando mi nombre cuando siento como golpean mis piernas para caer de rodillas. Una navaja queda a centímetros de mi cuello. Los demás están en la misma posiciones. Y por un momento, agradezco que Osten se haya ido a dormir con Paige, la jefa de las doncellas. Las lagrimas caen en mis mejillas, mis manos están aferradas a mis piernas. La reina America esta sentada en una silla, manos y pies atados a las patas. Sus ojos están vendados, mientras que su boca tiene un pañuelo alrededor de ella. Mientras que el rey Maxon, Ahren, Camille y Kaden estan en medio de la sala. Eadlyn me mira y baja la mirada, yo también lo hago.

—Vaya, vaya, vaya—canturrea una voz—. Pero que tenemos aquí

Levanto la mirada del suelo y veo a un hombre caminar hacia la reina. Se quita el pasamontañas cuando, de golpe, lo recuerdo. Recuerdo todo. El fue el hombre que me golpeo varias veces para que hablara. No lo hice. En cambio, me quede callado y esos fueron mis premios. Su cabello rojo le cae en la frente, impiendo la vista directa a sus ojos azules. El hombre se acerca a la reina y pasa una mano por su cabello.

—¡Quita tus manos de mi esposa!—sisea entre dientes el rey

—No puedo creer como lo soportas, Ames

Con suma destreza, deja caer el vendaje de los ojos de la reina y ella suelta un grito ahogado.

—Kota...

—¿Como te ha ido, hermanita?

La reina suelta un grito de nuevo y sacude la cabeza. Kota Singer mira a su alrededor. Su mirada recae en mi madre. La persona que la aprisiona se quita el pasamontañas, dejando a la vista de todos su identidad. Kriss Ambers sonríe maliciosamente el ver la sumisión a la que esta sometida la reina.

—¿Que quieres que haga, mi amor?

Kota sonríe.

—Mátala

Saca hábilmente un cuchillo de su bota y se dispone a clavarlo en el pecho de mi madre. Con todas mis fuerzas me libro del agarre y corro hacia Kriss, quien solamente logra hacerle un corte en el brazo.

—¡Quítate de mi camino, mocoso infeliz!

—Nadie insulta a mi hijo

Mi madre se levanta del suelo y tira a Kriss Ambers, quien se golpea la cabeza fuertemente en el piso. Tomo la navaja y la apunto hacia Kota, quien solamente se limita a soltar una carcajada.

—No tengo miedo de usarla

Otra carcajada.

—Pruebalo niño bonito

¿Porque siempre me dicen eso? Con una gran destreza, clavo rápidamente la navaja en su pierna. El suelta un gruñido de dolor.

—Déjalas a salir—gruño—. Deja que ellas se vayan de aquí

Miro a mi padre, al rey y al general Leger. Asienten ante mi propuesta.

—Déjenlas—mira a Kaden—. El chico se queda. Ya es lo suficientemente hombrecito para ver esto.

Todos sueltan a nuestras chicas y las sacan a empujones del salon.

—¡Kile, no!—grita Eadlyn con lagrimas en los ojos—. ¡Papa!

Cerraron las puertas en sus narices. Trago saliva. La garganta me duele, al igual que mi pierna herida y mi cabeza.

—Recuerdo el día en el que lo anunciaste, Maxon—Kota sonríe amargamente—. "La preciosa America Singer de Carolina, ha conquistado el corazón de nuestro amado príncipe Maxon"

Kriss se para detrás de el. Frotándose la cabeza.

—Mi hermanita, convertida en princesa y después en reina—cierra los ojos—. Me dan asco

El rey Maxon miro fijamente a Kriss, quien seguía frotándose su cabeza.

—¿Porque lo haces, Kriss?

—Venganza, cariño, se llama venganza—Kriss toma una navaja—. Fuiste un idiota al no escogerme. Fuiste un idiota al tener la "consideración" de invitarme a tu boda de cuento de hadas con America. Fuiste un idiota al robarme mi primer beso

—Tu me lo diste—se defiende el rey

—Y tu lo aceptaste

Kota y Kriss ríen, para después mirarme a mi.

—Kile Woodwork, el favorito del publico—Kriss se arrodilla en frente de mi—. Que lastima, eres un chico tan apuesto.

Dicho esto, jala mi cabeza hacia atrás y prepara la navaja para clavarla en mi garganta cuando las puertas de abren de golpe y entra Eadlyn corriendo. Eady se avienta a Kriss, quien cae de espaldas y comienza a forcejear con ella. La navaja cae lejos de ella, por lo cual Kriss saca una pistola y amenaza con disparar a mi princesa. Intento correr hacia ella, cuando Kota pone su pie en mi camino y caigo al suelo. Justo en ese momento, el terrible sonido llega.

¡Boom!

¡Boom!

Levanto la mirada y veo a Eadlyn debajo de Kriss. Ambas mirándose directamente a los ojos.

—¡EADLYN!

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